"Ventana abierta"
ACOMPAÑANDO A LA VIRGEN MARÍA EN SUS RECUERDOS
Estabas con valentía
mientras sufría JESÚS,
a la vera de la Cruz.
Y de pie, VIRGEN MARÍA,
Tuya era su agonía
y su muerte prematura.
Y en aquel mar de amargura,
con increíble coraje,
resististe el oleaje
como una roca segura.
Ahora te veo sentada
pues ya tu HIJO está muerto
y sepultado en el huerto
tras de la losa sellada.
Desde esta tarde enlutada
de amoratados colores,
con espinas y no flores,
del pueblo fiel la piedad
te llamará SOLEDAD
y VIRGEN de los DOLORES.
¡Qué pena tan acerada
refleja tu faz serena,
ahora lívida azucena,
y rosa ayer encarnada!
Y ¡qué triste tu mirada
como de paloma herida,
sin ver, sin norte, perdida,
cual si estuvieras ausente!
¡Tu corazón y tu mente
están con quien es tu vida!
A tu pecho sin aliento
aprietan tus manos finas
cruel corona de espinas
y los clavos del tormento.
Providencial instrumento
de su muerte redentora,
los guardas con mimo ahora,
que son tesoro preciado
de tu JESÚS adorado,
flor de tu carne, SEÑORA.
¿Viene, MADRE, a tu memoria
-ausente y muerto tu BIEN,-
el tiempo aquel de BELÉN,
de tierna, idílica historia?
¡Qué gozo grande y qué gloria
pues tu regazo mullido
para tu NIÑO querido
fue la más cálida cuna,
y al son de nana oportuna
en él quedaba dormido?
No hubo alegría más pura
que cuando TÚ lo abrazabas
y en tu falda lo acunabas
mientras ÉL fue criatura.
Ni habrá mayor desventura
que la de esta tarde fría.
¡Sentada en la roca fría
has tenido a tu HIJO muerto
y desfigurado y yerto,
sobre tu falda. MARÍA!
¡Aquellos besos de miel
en su carita caliente
y en su boquita riente,
rosada como un clavel!
¡Qué fría, en cambio, hoy la piel
de su carne y de sus huesos
para tus cálidos besos!
Mas, se los diste tan fuerte
que no los pudo la muerte
borrar, en su cuerpo impresos.
Desde que bajó del Cielo
a tu seno virginal,
sentiste más que otra igual
lo que es maternal desvelo.
Su amparo fuiste y consuelo
desde la cuna, a su vera,
hasta que en la Cruz, muriera.
¡Nadie se vio más seguro
con amor tan fuerte y puro
como ÉL contigo estuviera!
Del mismo modo yo quiero
verme por TI protegido.
Soy un niño desvalido
que de TI todo lo espero.
Me confío por entero
a tu maternal ternura.
sé refugio en mi orfandad.
VIRGEN de la SOLEDAD
y VIRGEN de los DOLORES.
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