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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 19 de julio de 2023

Reflexión: "LA PROTECCIÓN DE DIOS". Miércoles, 19 - Julio - 2023

  "Ventana abierta"

LA PROTECCIÓN DE DIOS
Web católico de Javier Olivares

Un misionero estaba colaborando como médico de un pequeño hospital en África. Muchas veces, él tenía que trasladarse en su bicicleta a través de la jungla hacia el poblado más cercano, para conseguir material de su trabajo, medicamentos y dinero que le era enviado desde los Estados Unidos.

El viaje duraba dos días, así que tenía que acampar una noche. Él ya había hecho este recorrido varias veces sin ningún contratiempo. En uno de sus viajes, antes del anochecer del primer día encontró a dos hombres que peleaban fuertemente. Uno de ellos estaba seriamente herido y el otro huyó, por lo que acudió a atenderle y acompañarle a donde este vivía y dejar algunas indicaciones a su familia. Semanas después en su siguiente viaje y al llegar a la ciudad, se le acercó aquel hombre que había atendido, y este le dijo: "Yo sé que usted cuando regresa, lleva consigo medicinas que necesita y dinero. El día que usted me atendió de mis heridas, algunos amigos y yo le seguimos hacia la jungla por la noche, así cuando usted acampara y estuviera dormido, teníamos planeado matarle y tomar el dinero y las medicinas. Cuando íbamos a atacarle, vimos que la tienda de campaña estaba rodeada por 16 guardias armados. Nosotros éramos 4 y vimos que era imposible llevar a cabo nuestro plan así que decidimos retirarnos". Escuchando el misionero le dijo al hombre riendo: "Eso es imposible. Yo puedo asegurarle que siempre viajo solo y nadie me acompaña en mis viajes". El hombre le corrigió e insistió en lo que vio. "No Señor, yo no fui el único hombre que vio a los guardias. Mis amigos también los vieron y todos contamos el mismo número de guardias. Estábamos asustados. Fue por eso que le dejamos y desistimos en atacarle. Cuando regresábamos yo me separé de ellos y fue entonces que después uno de ellos me siguió y me atacó como castigo por haberlos hecho perder su tiempo y no haber conseguido nada, ya que yo había planeado todo. Fue entonces que después usted me encontró y vio huir al que me golpeó y vino en mi ayuda. Espero que usted me pueda perdonar."

Varios meses después, el misionero asistió a una celebración dominical en una iglesia en Michigan donde él les contó acerca de sus experiencias en el África, incluyendo la historia de los 16 guardias que estuvieron con él mientras acampaba y les dijo: Recuerdo bien ese día porque era el cuarto aniversario de haber llegado al África.

Uno de los asistentes de la comunidad, se paró e interrumpió al misionero y le dijo algo que dejó a todos los asistentes atónitos. "Nosotros estuvimos ahí con usted en espíritu para ayudarle. En esa noche en África, era de día aquí. Yo llegué a la iglesia para recoger algunos materiales que necesitábamos para un viaje que teníamos que hacer, al poner las cosas en mi camioneta, yo sentí que la presencia de Dios estaba a mi lado diciéndome que orara por usted. La urgencia fue tan grande que llame a algunos hombres de la iglesia para que oráramos por usted por protección. Esto lo hicimos en el salón donde tenemos las fotografías de todos nuestros misioneros, no sabía cuál era el peligro que usted pasaba, pero en la fotografía venía impreso el día que usted fue enviado a África años atrás, un día antes de su aniversario. Nosotros estuvimos ahí con usted en oración protegiéndolo y ellos están aquí para atestiguarlo.

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