"Ventana abierta"
ÁNGELUS
LA VIRGEN MARÍA COMO EDUCADORA
P. Santiago Martín
Franciscanos de María
Una de las tareas principales de maría, casi a la altura como la de ser Madre, la de dar a luz a Jesús, fue precisamente la de ser educadora; de hecho la educación de los hijos forma parte de la maternidad-paternidad, que tanto es así, que a un padre adoptivo, a una madre adoptiva se le considera auténticamente padres, precisamente porque aun no habiendo engendrado, educan a los hijos, les cuidan, les atienden, les dan lo que necesitan; y además es sabido que las leyes de todos los países establecen medidas de castigo, de persecución contra aquellos padres que no se preocupan de la educación de sus hijos.
María no necesitó de la amenaza de ninguna ley para educar a Jesús, eso era algo que lógicamente Ella, como la mayoría de los padres, hizo con muchísimo gusto y con verdadero empeño y dedicación.
Ahora bien, ¿han pensado ustedes lo difícil que debió ser educar al Niño Jesús?
Desde un punto de vista la cosa era enormemente sencilla, el Niño Jesús era estupendo, era el Hijo de Dios, no cometió pecado nunca, por lo tanto el Niño Jesús no era un niño que faltara al colegio, no era un niño desobediente, no era un niño que llegara a casa con la ropa destrozada, o que cada día tuvieran que ir a recogerle a algún sitio peligroso... nada de todo eso era el Niño Jesús. Era en ese sentido distinto a como son la mayoría de los niños.
Y sin embargo, no me cabe duda de que también el Niño Jesús debió de tener algún momento de dificultad y algún problema, por algo era un ser humano, también Él debió de pasar la adolescencia, esa situación siempre delicada, en la cual entramos en crisis con lo anterior y encontramos siempre una cierta actitud de rebeldía y de protesta.
¿Qué cualidades utilizó la Virgen María para educar al Hijo de Dios?
Cuando uno mira por ejemplo, las enseñanzas de tantos Santos especializados en la educación y fundadores de órdenes religiosas dedicadas a esa tarea, se da cuenta uno de que aconsejan siempre dos cualidades: San Juan Bosco, San Juan Bautista de la Salle, Marcelino Champagnat, San José de Calasanz, aconsejan siempre dos cualidades a los educadores y, estoy seguro de que en ambas fue especialista la Santísima Virgen, me refiero a la cualidad de la amabilidad y a la cualidad de la firmeza. "Amabilidad y firmeza".
1. Amabilidad para decir las cosas bien dichas, para decirlas con calma y no para decirlas a gritos. Cuántas veces tenemos toda la razón del mundo y perdemos la razón por nuestro genio, por nuestra forma de decir las cosas, porque no sabemos esperar cinco minutos a estar más calmados, porque no sabemos esperar quizá a que el otro esté más dispuesto a escucharnos; nos sale a borbotones, nos sale con la ira y, aunque tengamos razón, eso no surte efecto, por lo tanto, "amabilidad".
2. Y la otra virtud, la firmeza.
He visto en muchísimas ocasiones como padres o madres critican, corrigen a sus hijos, les imponen incluso castigos merecidos y que sin embargo, horas después, o a veces minutos después les levantan los castigos:
Porque el niño ha echado una lagrimita.
Porque el niño ha hecho una monería.
Porque ha ido a engatusar.
Porque después ya no ha pasado nada...
Es lo peor que se puede hacer indudablemente.
El niño o la niña cogerán la medida a sus padres y sabrán que pueden hacer lo que quieren, porque después, aunque les hayan puesto un terrible castigo, con hacerles unas carantoñas conseguirán que se olvide todo.
"Amabilidad", para decir las cosas con paz.
"Justicia", por supuesto, para no pasarse.
Y "Firmeza", para no dejarse, para no convertirse en unos títeres en el fondo manejados por las manos de los pequeños que saben muchísimo más de lo que nosotros podemos imaginarnos .
Les recomiendo ir a un sitio que a mí me gusta particularmente, porque tiene una vista preciosa desde su entorno; me refiero al pueblo de Fuente la Higuera en la provincia de Valencia. Allí veneran una imagen del Rosario, una Virgen del Rosario pero que tiene una advocación muy especial, se llama la Virgen del Rosario de los Niños".
Creo que podemos acudir allí, o a cualquier otro sitio ante María, a pedirle que nos ayude a saber educar. Cuando estemos sintiendo que se nos va de las manos esa labor importante, bien si eres profesor, bien si eres padre, madre, abuelo incluso, en ese momento es un buen instante para acudir a la Virgen:
¡Ayúdame a saber educar!
¡Ayúdame a decir las cosas que tengo que decir, pero sin perder los nervios!
¡Ayúdame a ser firme, a no dejarme engañar, a no dejarme seducir por una lágrima fácil!
¡Ayúdame a amar siempre, Tú, María, que supiste educar tan bien a tu Hijo Jesús!
Feliz día para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario