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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 16 de febrero de 2022

RINCÓN PARA ORAR. "LE PEDÍAN QUE LO TOCASE, VEO CON CLARIDAD". Miércoles, 16 - Febrero - 2022

  "Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR

SOR MATILDE


LE PEDÍAN QUE LO TOCASE, VEO CON CLARIDAD

22 Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque.

23 Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos  y le preguntaba: « ¿Ves algo? »

24 El, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan.»

25 Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas.

26 Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.» (Mc. 8, 22-26)

¿Por qué este proceso de curación del ciego, que va viendo por etapas?... Quizá Jesús nos quiere hacer comprender algo que, se nos escapa ante una mirada superficial. Lo primero que nos dice el Evangelio es que este ciego no lo era de nacimiento, pues al preguntarle Jesús si veía algo, después de untarle saliva en los ojos e imponerle las manos, respondió: “veo hombres, que parecen árboles, pero andan”... Si ha visto hombres y árboles, es que en otro tiempo pudo percibir esto. Pues, uno que nació ciego, no sabe cómo son los árboles y los hombres: su “vista”, es lo que puede tocar o percibir con los otros sentidos... ¡Este ciego, sabía muy bien lo que valía, lo que había perdido!...

Otra cosa es que, ante la petición de tocarle, “lo sacó de la aldea”: Jesús, nos enseña algo más allá de este gesto… Si nos ponemos como protagonistas de este milagro, se nos abren los ojos de la fe para percibir que nosotros también fuimos forzados a salir de “nuestra aldea”, para ser curados de la ceguera a la que nos ha llevado el pecado y quizás el olvido de Dios: puede ser una enfermedad que me aparta de los que están sanos u otra situación dolorosa que me hace alejarme también y entrar dentro de mí mismo; o tantas situaciones de penuria que me ponen frente a mí ceguera...

Y lo primero que “veo” es que, en otro tiempo, la gracia estaba conmigo y veía las realidades sobrenaturales con ojos limpios... ¡Pero hay, quizás ahora, necesito ponerme en manos del Médico divino para volver a vivir de su Amor y de su gracia!... ¡Éste, es un momento salvador que Jesús me ofrece!...

“¡Me unta saliva!”. La “saliva” del perdón y la vuelta a la amistad con Dios y me pone sus manos sobre la cabeza, para transmitirme, en este abrazo, toda su ternura y misericordia... y poco a poco voy viendo la vida y a mí mismo, con los ojos de Dios, hasta poder decir: “¡veo con claridad!”...

Este Don inmerecido me produce tal gozo que “exulta mi espíritu en Dios mi Salvador”...

Y finalmente, Jesús me ordena: “vete a casa, pero no entres en la aldea”… Es decir, entra en tu interior y no salgas ya nunca de allí. Y apártate de la aldea del alejamiento del Corazón de Dios… Y vendría muy bien aquí otro mandato de Jesús a un enfermo: “has quedado sano, no peques más, no sea que te ocurra algo peor”...

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