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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

lunes, 14 de febrero de 2022

Homilía: "Está cerca de ustedes el reino de Dios". Lunes, 14 - Febrero - 2022

 "Ventana abierta"

P. Yerko Reyes Benavides

Biblia Vida y Oración

Está cerca de ustedes el reino de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.

¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su deseo de paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios.

“La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies”

Desde el mismo comienzo de su pontificado, vimos con ojos de esperanza la presencia en la Sede principal de la Iglesia, la presencia de un Latinoamericano, situación inédita en la historia eclesial, ya que por primera vez en XXI siglos de peregrinar a través del tiempo, el anillo del pescador reposaría en los dedos de alguien cercano a nuestra particular manera de entender la vida y vivir la fe.

El corazón nos dio un brinco al conocer el nombre simbólico escogido por este Cardenal Argentino, ahora principal representante de la iglesia de Jesucristo: Francisco. Auguraba tiempos de cambio y renovación y de hecho comenzó refrescando el aire de la iglesia que todavía no ha terminado de sacudir el polvo por siglos acumulados y que el plumero del Vaticano II comenzó con ímpetu renovador, mas ha ido perdiendo el vigor de su aurora, puesto que los cambios en 500 años de historia impertérrita ahora se mueven a la velocidad de kilobits por segundo.

Lo que tardó 500 años en moverse en la historia de la humanidad, ahora se mueve en cuestión de años. El mundo del Concilio Vaticano II, ya no es el mundo del 2017 apenas a 52 años de diferencia. El ser humano sigue siendo humano, al menos en esencia, pero Juan XXIII visionario extraordinario, que mandó a abrir las ventanas de la iglesia para que entrará el aire del modernismo, jamás imaginó a la velocidad con la que la humanidad pasaría de ser parcelas independiente y desconectas a, un mundo hipervinculado y globalizado, procreando por sí mismo no una nueva especie, sino una nueva manera de ser “ser humano” que no se corresponde, aparentemente a su vitalidad original, su esencia y naturaleza:  “imagen y semejanza de Dios”.

A pesar de todo esto, el hombre, en el fondo fondo, no ha cambiado, ¡Gracias a Dios! en su necesidad de sentir la presencia del Creador en sus vidas, sigue siendo el mimo de siempre. Ante el boom de la información, literalmente al alcance de la mano, el alma humana siempre sedienta de Dios, se perdió entre los terabytes de información que es incapaz de manejar, y por ello con la misma velocidad que ahora proclama con vehemencia ser partidario de, se pasa a otra cosa, con la facilidad de  cambiar con el dedo de la mano la pantalla de su dispositivo móvil a otra.

El ser humano de hoy es el alimento favorito de corrientes ideológicas de todo tipo, de toda especie, incluso de toda calaña. La oferta de “bienestar y felicidad” inundas las redes y los espacios virtuales con les que las personas de hoy comparten su vida. Algunos de ellos con cierta seriedad intelectual, es decir, no son un insulto a la inteligencia, y otros con todas las características de ser sólo ofertas en un mercado espiritualoide “de métodos y estrategias comerciales" para encontrarse con una divinidad inexistente, pero que deja buenos dividendos económicos y atrapa por millares a incautos.

Hace algún tiempo, la psicología dio con la explicación a ciertos trastornos y desordenes de la personalidad y lo denomino: “bipolaridad”, término que se utiliza para denominar a una persona constantemente  transitando por dos vías psíquicas diferentes, que en la mayoría de las veces se alternan y en ocasiones se entremezclan. Esto quiere decir que la persona que sufre de trastorno bipolar pasa de una fase maníaca a una depresiva. En criollo, es como si conviviéramos con dos personas opuestas a la vez. Esto amerita un tratamiento cuidadoso llevado por un especialista. Sin embargo, dentro de lo que denominamos normal, son millones los bipo-tecnológicos. Los que recurren al mundo virtual, como alternativa de autenticidad para su ser, el de verdad y allí, expresarse con entera libertad, mejor que en el mundo real.

Los templos, luego de la imperializacion del cristianismo dejaron atrás los areópagos portátiles y los cambiaron por púlpitos en los majestuosos edificios construidos en nombre de Cristo y Cia. El gran Templo de Jerusalén si hubiese sobrevivido a la revuelta del 70 d.C. se mordería los labios de envidia ante los lujos, la pomposidad, la extravagancia, la excelencia y la exageración -arquitectónica y artística- con la que están revestidas algunas mega-catedrales (incluyendo la Sixtina), desde donde se pretende anunciar un Evangelio que nació en un pesebre.

A pesar de que hay una diferencia marcadamente evidente entre el Jesús histórico y el tiempo en el que vivimos, la situación espiritual, la condición religiosa, la necesidad espiritual, la búsqueda, a veces desesperada de Dios, de los hombres y mujeres de esta época son idénticas a las del tiempo de Cristo. Los hombres de hoy y su necesidad de recibir la "Buena Nueva del Reino"  siguen entrando en la categoría de urgencia, donde según Jesús hacen falta trabajadores en la viña del Señor; a pesar que Israel y su alrededores estuviera plagado de fariseos, sumos sacerdotes, escribas, doctores de la ley y ancianos garantes de las “más sanas costumbres y las más legitimas tradiciones"; igual que hoy.

“La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies”

Al fin logre comprender por qué la gente me respondía en el templo cuando preguntaba ¿Será que el hombre ha dejado de creer en Dios? y al unísono los diez o quince participantes de la misa del día respondían, como si se tratara de una ironía visual: “¡No Padre! Hoy la gente cree más que nunca en Dios”. Y yo por dentro: ¿¡qué!?

El Papa Francisco en su primer escrito oficialmente presentado desde la sede petrina con carácter de infalibilidad, nos habló y nos ilusionó con la “Alegría del Evangelio”, y mandó a los “pastores” a salir al mundo. Tal como lo hiciera otrora Jesucristo con sus discípulos en reiteradas ocasiones en Galilea y alrededores.

Las primeras misiones de los discípulos fueron “pedagógicas”, es decir,  no tanto para que ellos hicieran “milagros”, sino para que aprendieran a sentir en sus propias vidas la fe de la gente, los anhelos de las personas cansadas y agotadas de las promesas mundanas de riquezas y bienestares; a dejarse erizar la piel por el clamor silente de los corazones que claman desde su abatimiento, soledad y desasosiego la intervención de Dios urgentemente, tal como ahora.

Los 72 apóstoles enviados por Jesús, a los lugares donde él personalmente pensaba ir, son el preámbulo de la misión permanente de la Iglesia, “estar siempre en salida”. Aunque personalmente yo no lo diría así, sino a ser “siempre peregrina” en el corazón de un mundo y de un tiempo que nos pide estar “ligeros de equipaje” para trasladarnos a los nuevos areópagos contemporáneos donde se mudó la gente y no nos avisó.

“¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias…”

Esto tampoco ha cambiado mucho, según el modo de interpretarlo, aunque por el lado que lo miremos encontraremos coincidencias: el mundo no quiere, ni le conviene recibir el mensaje de misericordia, de reconciliación, de bondad, de unidad en el amor, ese que quiere implantar Dios desde su gracia y con sus mensajeros. Hará todo lo posible para atacar desvirtuar, distorsionar, manipular y falsificar el mensaje. Además, atacará inclementemente al mensajero. Si, si hay lobos entre corderos, y los lobos están más cerca de lo que nosotros mismo creemos.

Por otro lado, la de ir ligeros de equipaje se refiera a la condición de disponibilidad y apertura para llenar el corazón de lo que es verdaderamente  valioso: la humanidad compartida en su humildad y sencillez, las risas entre hermanos, los abrazos entre desconocidos pero que en Cristo Jesús se reconocen y se  tratan como amigos de toda la vida. Esa maleta no pesa, ese equipaje no agobia ni agota; al contrario es aliciente para seguir “la parranda” por los senderos del mundo; sólo que hay que andar con cuidado porque las calles de este mundo están llenas de asaltantes, ladrones y sinvergüenzas.

El deseo de paz anhelado por las personas de esta etapa de la historia es el mismo deseo de paz de la gente del tiempo de Jesús. Faltan “deseadores” de paz, los comunicadores de esperanza, los trasportistas de la fe, los combatientes de la caridad.

La iglesia en salida no consiste en sacar los confesionarios a las plazas para, como trampas en el campo, atrapar a los incautos viandantes; ni tampoco en arrastrar dos sillas a los centros comerciales y abrir una improvisada tienda de campaña del culto; o cambiarle la letra a “Despacito” para hacer más entretenida la misa del domingo. Maravillosas y creativas ideas pero no se corresponden a la pedagogía de Cristo.

Para qué vamos a salir al mundo, si antes no desempolvamos las habitaciones de nuestra religiosa mente, limpiamos un poco las costumbres y tradiciones que se van muriendo con los baby boomers que todavía siguen fieles en nuestros templos. Abrimos nuevos espacios para esta generación Z, la hipervinculada, la que viaja a la velocidad de los kilobits y tiene una capacidad de almacenamiento que se mueve en terabytes, pueda entrar.

La iglesia en salida nos tiene que llevar primero a una introyección que sacuda una vez más el polvo acumulado en 60 años, para que la gente tenga dónde volver si es que quiere volver.

Ser discípulo de Jesús hoy día, ser seguidor del Señor significa que estemos dispuestos a ser Paradojas en el flujo del mundo contemporáneo y, capaces de ofrecer siempre y constantemente Nuevos Paradigmas de vida Cristiana inspirados en el siempre nuevo e innovador Evangelio.

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