"Ventana abierta"
Planes con hijos
Isabel Gª Casado
Carta para los niños que ya no creen en los Reyes Magos
Hay un momento en la vida de un padre en que debe responder a ciertas preguntas. Una de ellas es “¿existen los Reyes Magos?”. La cosa suele empezar por algún comentario del tipo “en mi clase hay un niño que dice que los Reyes Magos no existen…” y ahí te dejan la bomba, a punto de explotar y tú sin saber si cortar el cable rojo o el azul.
Por si aún no ha llegado ese momento, pero está a punto y quieres retrasarlo, aquí te damos las 10 pruebas “científicas” de que los Reyes Magos existen No nos las hemos inventado, son documentos y pruebas reales (desde mapas medievales a imágenes de Los Simpson).
Nosotros pasamos ya
por ese trance con nuestro hijo mayor. En aquel momento, comentando el
“problema” con una amiga, me contó que le habían pasado una carta que se envía a los niños para contarles la verdad sobre los Reyes
Magos.
¿Una carta en la era digital?
Nos resultó un poco chocante lo de la comunicación epistolar, la verdad, pero
estábamos un poco atascados con el asunto, así que le pedimos que nos la
reenviase. La leímos y nos gustó mucho, tanto que decidimos utilizarla. Luego,
visitando foros y hablando con otros padres, supimos que hay algún modelo más,
pero en todos los casos cumplen el objetivo de que la cosa no sea tan fría como
un “sí, hijo, los Reyes son los
padres”, sino que haya una cierta magia incluso en ese abandono de la edad
de la ilusión.
El caso es que se la enviamos por correo postal y, cuando llegó a casa, se la dejamos encima de la mesa donde hacía los deberes. Cuando llegó y la vio, nos hicimos los despistados, pero en realidad estuvimos espiando cómo la abría y se ponía a leerla (él solo, en su habitación) aguardando su reacción con el alma en vilo. Terminó, la dobló, la guardó en un cajón y luego se acercó a nosotros y nos dio un beso. Aún se me saltan las lágrimas al recordarlo…
Cuándo enviar la carta de los Reyes Magos
Nuestra experiencia es que no hay un momento fijo. A veces depende más de que nuestro hijo
tenga algún amigo “enteradillo” en el cole que de lo que se haga o diga en casa. Los síntomas son siempre los mismos:
preguntas, comentarios, vueltas y revueltas sobre el tema…
El niño quiere por un lado que se sepa que lo sabe; por otro, teme que eso signifique el fin de los regalos, así que siempre hay un tiempo más o menos prolongado en el que se hace el tonto, aunque sus sospechas van rozando la certeza.
Con nuestro segundo hijo, por ejemplo, (cuando tenía 10 años) ya íbamos a mandársela, pero, por mucho que nos costara creerlo, seguía manteniendo la ilusión casi intacta, así que esperamos un año más. En diciembre de 2012 ya no hubo dudas… Pegué el sello y eché el sobre con la misiva al buzón.
Dos modelos de carta de los Reyes Magos a los niños
Os indicamos a continuación los dos modelos de carta más usuales. Copiad el texto en un Word, adaptadlo y… listo para enviar. Escoged la que más os guste y ¡suerte!
Modelo 1: sin cuento previo
Hola, David:
Somos los Reyes Magos.
En realidad, lo
importante no es que seamos Reyes ni Magos. Lo importante es que somos unas
personas que te quieren, que saben cómo sientes y cómo es tu corazón.
Sabemos tantas cosas de
ti como tus padres: que te apasiona el fútbol, que te gusta madrugar, que eres
un gran flautista, que escribes cuentos sobre dragones, que tienes una profe
hueso que se llama Lola, que te gusta hacer bizcochos y empanadillas dulces,
que conoces el secreto del cocinero, que tienes una especie de segunda familia
en Francia, que tienes un amigo que se llama Miguel (y otro Nuno, y otro
Usumane…) y una amiga que se llama María…
Sabemos que te esfuerzas en hacer bien las cosas, que intentas no
pelearte con tus hermanos (aunque a veces, con Sergio, no lo consigas) y que
muchas veces ayudas a papá y mamá. Y sabemos que ya tienes 11 años y… algunos
meses más.
Sí, ya eres mayor. Y,
por eso, ha llegado el momento de compartir contigo nuestro SECRETO. Cuando un niño deja de ser niño
y se convierte en hombrecito, está preparado para guardar nuestro secreto sin
decírselo a sus hermanos menores o a otros niños que no lo saben.
Sí, pocos saben la GRAN VERDAD… y, para conocerla, hay que
ser capaz de guardar el gran MISTERIO DE LOS REYES MAGOS sin decírselo a los demás. Y es el momento de que lo sepas tú.
Nuestro gran secreto es que… nosotros existimos únicamente en el
corazón, en el corazón de todos los papás y mamás del mundo.
La verdad es que no
existen los Reyes Magos como personas…. pues no podrían vivir eternamente. Los
que ponen tus juguetes por la noche mientras tú duermes son… ¡tus papás! Sí,
son tus padres.
Y te ponen juguetes
porque creen que durante todo el año te has portado superbien, porque creen que
eres un buen chico, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen
nieto, un buen alumno, un buen dibujante, un buen lector, un buen estudiante…en
fin, un niño que se merece que sus papás le demuestren lo orgullosos que están
de él.
Querido David, tu papá
y tu mamá son felices porque tú existes, porque tú eres su querido hijo y no un
niño cualquiera. Tus padres son felices porque disfrutan de ti, de tu
inteligencia, de tu cariño, de tu manera de ser. Tienes la virtud de hacer
felices a todas las personas que te quieren y eso…eso se merece una sorpresa
tan grande como la de creer en los Reyes Magos.
Tu hermano Miguel fue
el primero en conocer nuestro secreto, pero tu hermano Sergio es aún pequeño y
por eso no podemos hacerle participar de este gran misterio. Hay que guardar el
secreto. ¡Es una gran responsabilidad! Tú, que sí lo conoces, debes ayudarnos a
mantener en él la ilusión cada año que ponga sus zapatos bajo el árbol. Cuando
sea tan mayor como tú, los Reyes Magos nos encargaremos de escribirle una carta
también a él. Contamos contigo para que no se lo cuentes. Le dejaremos creer en
los Reyes Magos unos años más.
Modelo 2: con más fantasía
Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados
por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos
en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz
que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
— ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a
todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
— ¡Oh, sí! —exclamó Gaspar—. Es una buena idea, pero es muy difícil de
hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños
como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos
compañeros con cara de alegría, comentó:
— Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque
somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el
mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían
realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía
escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el portal:
— Sois muy buenos, queridos
Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro
hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los
niños?
— ¡Oh! necesitaríamos
millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al
mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes,
no existen tantos.
— No os preocupéis por
eso –dijo el Niño–. Yo os voy a dar no uno, sino dos pajes para cada niño que
hay en el mundo.
— ¡Sería fantástico!
Pero, ¿cómo es posible?—, dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de
sorpresa y admiración.
— Decidme, ¿no es
verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?
— Sí, claro, eso es
fundamental—, asintieron los tres Reyes.
— Y, ¿verdad que esos
pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
— Sí, sí. Eso es lo que
exigiríamos a un paje— respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
— Pues decidme,
queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que
sus propios padres?
Los tres Reyes se
miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba
planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:
— Puesto que así lo
habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos
los niños del mundo reciban algunos regalos, yo ordeno que en Navidad,
conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes,
y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que
deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de
regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los
niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán
esta historia y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más
felices.
10 pruebas de que los Reyes Magos existen
Hay un momento en la vida en que todos empezamos a dudar de que los Reyes Magos existan. Nos hacemos muchas preguntas y nuestro cerebro no suele encontrar las respuestas adecuadas; siempre hay algún metomentodo que dice que sabe y que le han dicho y que él está convencido…
Queremos ayudar a otros padres para que puedan hacer frente a esos momentos difíciles. Ya hemos dado a conocer una carta para niños que no creen en los Reyes magos, pero hoy, tras muchas investigaciones, hemos reunido nada menos que 10 pruebas de que los Reyes Magos existen. Aquí las tenéis:
Mapa de Juan de la Cosa con los Reyes Magos incluidos
A principios del siglo XVI el gran cartógrafo y navegante español Juan de la Cosa dibujó el primer mapamundi de todo el mundo conocido en el que aparece el continente americano. Además de las tierras, representó los personajes más importantes hasta ese momento de la historia y, entre ellos, pintó a los Reyes Magos. Pues este mapa existe y está en el Museo Naval de Madrid, allí podrás verlos. Juan de la Cosa era una gran científico, puedes leer su biografía en la Wikipedia.
El rayo equinoccial de Burgos
Vidrieras de las más antiguas catedrales
Imágenes, cuadros, frescos… con retratos de los Reyes Magos
¡También hay esculturas de los Reyes Magos!
La teoría de la relatividad también demuestra que los Reyes Magos
existen
Los Reyes Magos salen en Los
Simpson
Los videoclips musicales con Melchor, Gaspar y Baltasar
Los grandes grupos musicales también han aportado su granito de arena en esto de probar la existencia de los Reyes Magos. De hecho, en otros idiomas también se habla de los Reyes Magos (en inglés, por ejemplo, se los llama The Three Wise Men o Los Tres Hombres Sabios). El grupo Frankie goes to Hollywood los hizo protagonistas del videclip de su canción The Power of Love, que puedes ver aquí.
La estrella de Belén existió
Vídeos grabados por algunos padres
Cómo convencer a los niños de que los Reyes Magos Existen
Si tu peque se ha
enterado demasiado pronto de quiénes
son los Reyes Magos, o te han pillado guardando en el altillo «eso» que
ellos piensan poner en su carta… no te preocupes. Aquí tienes una solución para
que puedas prolongar un poco más la edad de la inocencia: te damos argumentos para convencer a los niños de que los
Reyes Magos existen.
Los niños, a partir
de cierta edad, empiezan a dudar de muchos elementos mágicos que los
han fascinado. Los Reyes Magos suelen
ser la primera “víctima” de ese primer paso a la madurez y es un proceso normal
hacia los 9 o 10 años. Sin embargo, a veces hay algún elemento externo que
adelanta esa edad y, en esos casos, los niños se sienten defraudados y muy
tristes.
Este año, aún en
tiempos de coronavirus, además, la «logística» de los Magos de Oriente es aún
más complicada, porque pasamos mucho más tiempo en casa las «peticiones» a los
magos son más visibles…
Una solución, aunque sea temporal, es explicarles que los padres no hacen más que obedecer el mandato de los Reyes Magos (ahora te explicamos cómo).
Carta de los Reyes Magos a todos los padres
Lo primero que debes
hacer es explicarle que, en cierto modo, es cierto que los Reyes Magos son los
padres, pero que, al dejar los
regalos en los zapatos de nuestros hijos cada 6 de enero, no hacemos más que obedecer lo que los Reyes
nos dejaron dicho por escrito.
Entonces enséñale esta carta (dirigida a tu hijo
o hija, con su nombre (intenta que la carta parezca vieja) y cuéntale que Melchor, Gaspar y Baltasar te
la dieron el día que él o ella nació.
Este es el texto,
pero piensa que puedes adaptarlo como mejor te parezca a la edad y
características de tu hijo. Lo importante es que suene lo más creíble posible.
Léele la carta en
alto y observa su reacción. Seguramente pasará de la negación a la duda y, con
suerte, a la aceptación.
«Queridos papá y apreciada mamá de Sergio (el
nombre del niño o niña):
Somos los Reyes Magos. Sabemos que acaba de
nacer Sergio. Es un niño precioso que os va a hacer muy felices a los dos. Nos
alegramos mucho, pero ahora tenéis también una responsabilidad.
Ya sabéis que, cada 6 de enero, nosotros vamos
en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para
celebrar el nacimiento del niño Jesús y para decirles lo orgullosos que estamos
de ellos.
Estamos ya muy viejecitos y cada vez nos cuesta
más hacer ese reparto. Además, hay tantos niños en el mundo… ¡No podemos ir a
casa de todos! También nos falla algo la memoria y a veces se nos olvida algún
regalo.
Como ves, ya estamos muy mayores y necesitamos
pediros tres favores muy importantes:
Primer favor: Que nos ayudéis a poner los
regalos a los niños. Cada padre y madre harán nuestro trabajo el día de Reyes:
leerán las cartas de sus hijos y, con la misma ilusión que la nuestra, les
pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. Así, todos los niños del mundo
tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus
caritas de alegría.
Segundo favor: Como esto es un gran secreto, no
se lo podréis decir a Sergio hasta que haya cumplido al menos 7 años. Cuando
tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. Los niños pequeños
no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los
padres los que nos ayudan. Si lo supieran, … ¿qué pensarían de nosotros? ¿dónde
estaría la magia?
El secreto se ha de decir solo a los niños
responsables, a los que ya pueden entender que nosotros los queremos mucho y
que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más los quieren a
ellos.
Tercer favor: Algunos padres que nos ayudan
están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos. Y también
hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás. Por eso, necesitamos que
vuestros hijos se conviertan «un poquito» en Reyes Magos y compartan algunos
regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.
Nada más. No es demasiado, ¿verdad?
Cuando Sergio os pregunte por primera vez
quiénes son los Reyes Magos, léele esta carta (pero que tenga al menos 7 años,
recuerda). Entenderá por qué nosotros hemos confiado en vosotros para hacer
nuestro trabajo: porque sois las personas que más lo queréis en el mundo y que
mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón.
Un abrazo muy grande con nuestro
agradecimiento.
Melchor, Gaspar y Baltasar»
Pues ya sabéis: se lo
leéis y así entenderá vuestra labor de intermediario, Y, quizás, seguirá
adelante un poco más con la magia maravillosa de la Navidad.
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