"Ventana abierta"
El cirujano y el niño
La Salle Valencia-Palma
Hermano
Félix Benedico
Mañana por la mañana
abriré tu corazón, le explicaba el cirujano a un niño.
Y el niño interrumpió:
–
¿Usted encontrará a Jesús allí?
El cirujano se quedó mirándolo, y continuó:
– Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo
–
Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el
niño.
El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados
tranquilamente
– Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu
corazón abierto.
–
Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón?
La
Biblia bien claro dice: que Él vive allí.
Las
alabanzas todas dicen que Él vive allí….
–
¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:
– Te diré que encontraré en tu corazón.
Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las
paredes y vasos.
Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no…
–
¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está
conmigo.
El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue.
Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la
cirugía:
– Aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca
masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.
Terapia: analgésicos y reposo absoluto.
– Pronóstico: hizo una pausa y en tono triste dijo:
– Muerte dentro del primer año.
Entonces detuvo la grabadora
– Pero, tengo algo más que decir:
– ¿Por qué? preguntó en voz alta -¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste
aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana.
¿Por qué?
De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:
– El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del
mío y conmigo estará toda la eternidad.
Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será
confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera.
Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntas,
en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.
El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aún más rencor, no
entendía las razones.
Y replicó:
– Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que
muera dentro de unos meses?
El Señor le respondió…
–
Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la
cumplió.
Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus
hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.
Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para
que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.
El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.
Días después, luego de practicar la cirugía, el doctor se sentó a un lado
de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.
El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:
–
¿Abrió mi corazón?
– Sí – dijo el cirujano-
–
¿Qué encontró? – preguntó el niño
-Tenías razón, ¡encontré allí a Jesús!
Paterna,
marzo de 2019
Transcrito
por el Hno Félix benedico
Autor
desconocido por mí.
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