"Ventana abierta"
Padre Leonardo Molina García
¿TRIUNFAR O SERVIR?
Written by José Luis Sicre
Fe adulta
En las lecturas de los domingos anteriores
Jesús ha ido instruyendo a los discípulos a propósito de los más diversos temas
(los niños, el divorcio, la riqueza, etc.). En el de hoy da su última gran
enseñanza antes de subir a Jerusalén para la pasión.
En lo que piensa Jesús
Todo comienza con el tercer anuncio de la
pasión y resurrección, que no se lee, pero que es fundamental para entender lo
que sigue. Jesús repite una vez más a los discípulos que los sumos sacerdotes y
los escribas lo condenarán a muerte, lo entregarán a los paganos, se burlarán
de él, le escupirán, azotarán y matarán.
En lo que piensan Santiago y Juan:
Presidente del Gobierno y Primer Ministro
Igual que en los casos anteriores, al
anuncio de la pasión sigue una muestra de incomprensión por parte de los
apóstoles: Santiago y Juan, dos de los más importantes, de los más cercanos a
Jesús, ni siquiera han prestado atención a lo que dijo. Mientras Jesús habla de
sufrimiento, ellos quieren garantizarse el triunfo: “sentarnos en tu gloria uno
a tu derecha y otro a tu izquierda”. “En tu gloria” no se refiere al cielo,
sino a lo que ocurrirá “en la tierra”, cuando Jesús triunfe y se convierta en
rey de Israel en Jerusalén: quieren un puesto a la derecha y otro a la
izquierda, Presidente de Gobierno y Primer Ministro. Para ellos, lo importante
es subir.
La respuesta de Jesús, menos dura de lo
que cabría esperar, procede en dos pasos. En primer lugar les recuerda que para
triunfar hay que pasar antes por el sufrimiento, beber el mismo cáliz de la
pasión que él beberá. No queda claro si Juan y Santiago entendieron lo que les
dijo Jesús sobre su cáliz y su bautismo, pero responden que están dispuestos a
lo que sea. Entonces Jesús, en un segundo paso, les echa un jarro de agua fría
diciéndoles que, aunque beban el cáliz, eso no les garantizará los primeros
puestos. Están ya reservados, no se dice para quién.
La reacción de los otros diez y la gran
enseñanza de Jesús
“Los otros diez, al oír aquello,
se indignaron contra Santiago y Juan”. ¿Por qué se indignan? Probablemente
porque también ellos ambicionan los primeros puestos.
Jesús aprovecha la ocasión para enseñarles
cómo deben ser las relaciones dentro de la comunidad. En la postura de los
discípulos detecta una actitud muy humana, de simple búsqueda del poder. Para
que no caigan en ella, les presenta dos ejemplos opuestos:
1) el primero, que no deben imitar,
es el de los reyes y monarcas helenísticos, famosos por su abuso del poder:
“Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las
oprimen”.
2) el segundo, el que deben imitar,
es el del mismo Jesús, que ha venido a servir y a dar su vida en rescate por
todos.
En medio de estos dos ejemplos queda la
enseñanza capital: “el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que
quiera ser primero, sea esclavo de todos”. En la comunidad cristiana debe darse
un cambio de valores absoluto.
Pero esto es lo que debe ocurrir “entre
vosotros”, dentro de la comunidad. Jesús no dice nada a propósito de lo que
debe ocurrir en la sociedad, aunque critica indirectamente el abuso de poder.
Primera lectura: Isaías 53,10-11
Este texto se ha elegido como comentario
de las palabras de Jesús: “el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar su vida en rescate por todos” y de sus referencias
anteriores a la pasión (el cáliz y el bautismo). Por eso comienza diciendo
que El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento; unas palabras que
escandalizan por la forma de hablar de Dios, pero que hay que interpretarlas
como un recurso para el triunfo final. De hecho, el texto de Isaías insiste más
en el éxito de Jesús (verá su descendencia, prolongará sus años, verá y se
hartará) y de su obra (el plan de Dios prosperará por sus manos, justificará
a muchos).
Reflexiones
1. Este pasaje constituye la última
enseñanza de Jesús antes de la pasión, en la que nos deja su forma de entender
su vida: “El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir
y dar su vida en rescate por todos”. Este ejemplo es válido para todos los
cristianos, no sólo para papas y obispos.
2. Esta espléndida enseñanza no nos habría
llegado si Santiago, Juan y los otros diez hubieran sido menos ambiciosos. Los
fallos humanos pueden traer grandes beneficios.
3. La enseñanza de Jesús ha calado muy
poco en la Iglesia después de veinte siglos y en ella se sigue dando un choque
de ambiciones al más alto nivel. La única solución será tener siempre presente
el ejemplo de Jesús.
4. El texto de Isaías nos ayuda a mirar
con esperanza los momentos difíciles de nuestra vida. Aunque la impresión que
podemos tener a veces es que Dios nos está triturando con el sufrimiento, no es
ésa su intención, sino sacar de nosotros algo muy bueno.
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