"Ventana abierta"
Aleteia
Dios le
pidió dibujar «por los hospitales, los enfermos y los médicos»
María Olguín
Dolors Massot
Las imágenes de María Olguín vuelan por
Instagram y Whatsapp. Muestran a Jesús, María y los ángeles atendiendo a cada
paciente como signo de que Dios sufre con nosotros.
“Quise mostrar que el Señor sufre con nosotros».
María Olguín es
una joven ilustradora que ha revolucionado las redes sociales con imágenes que
emocionan. En pocos días, su dibujo de unos ángeles atendiendo a los enfermos de coronavirus en el hospital y
protegiendo a los sanitarios se hizo viral.
Muchos médicos y enfermeras han colocado este
dibujo en su perfil de Whatsapp.
María Olguín
Jesús, María y un ángel confortando a los
enfermos de los hospitales.
Muchos ángeles en los hospitales
La ilustradora
explica que la decisión de dibujar a enfermos de coronavirus cuidados por
ángeles y, en un dibujo
posterior, por Jesús y la Virgen, no fue algo casual: «Es algo muy
personal, que ni yo misma busqué».
En otro dibujo, aparecen San José, la Virgen y el Niño Jesús con
ángeles ayudando a una familia en las tareas de casa y la educación de
los hijos durante el aislamiento.
María Olguín
El Niño Jesús, la Virgen, San José y los
ángeles atendiendo a una familia durante el confinamiento.
«Cuando empezó todo
esto del covid-19, no me lo tomé muy en serio. Hice el confinamiento, pero pensaba que sería tal vez una exageración», confiesa esta artista, que vive en un pequeño pueblo de Asturias
(España).
Un mensaje de Dios
Le da reparo hablar de su experiencia religiosa,
pero finalmente ha pensado que explicarlo forma parte de lo que puede aportar a
la sociedad en estos momentos en que hay
tanto dolor y necesitamos palpar la ayuda de Dios.
«Suelo ir a hacer
oración cada día a una iglesia que está dentro del recinto donde vivo. Un día, el Señor me puso en el corazón que
la situación que estaba generando la enfermedad, era algo fuerte e importante.
Puedo asegurar que no era fruto de mi información, porque yo suelo ver poco los
medios, solo lo justo para informarme».
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Gentileza
María Olguín preparando una ilustración en su
casa.
Al día siguiente, por
segunda vez, en la oración notó que Dios le pedía «rezar por los hospitales,
los enfermos y los médicos». “Había
entrado a la Iglesia contenta y ajena a la situación generada por el covid-19.
Salí con la certeza de que tenía que rezar cada día por lo que estaba pasando.”
«Vi que el personal sanitario se estaba
exponiendo. Que los trabajadores de los supermercados también. Y yo, ¿qué podía
hacer? «Fue entonces cuando Dios volvió a tocarme el corazón. Como artista tengo la capacidad de que la
gente vea lo que no se ve, y eso es lo que podía aportar».
María Olguín trabaja habitualmente como ilustradora en Valivan, una empresa que realiza «La casita sobre la roca», una serie de televisión católica. También
realiza ilustraciones para la revista «Misión».
«Es el Señor el que sufre con
nosotros»
«Después de aquellas
mociones de Dios, trabajando, me vino la imagen de los ángeles cuidando a los
enfermos de coronavirus. Era un mensaje claro de Dios para decirnos que el Señor cuida de nosotros».
María Olguín
La Virgen con un
anciano enfermo en el hospital, en un dibujo de María que ha publicado
recientemente en su Instagram.
Pensé: “Ya lo haré
más adelante, tengo mucho trabajo”, pero aquel día, en otro momento de oración
en esa misma iglesia, una amiga de mi madre que vive con nosotros, a la que yo
no le había comentado nada, empezó a decir ‘Señor, te pido que los enfermos se sientan especialmente
guardados por los ángeles, te pido que los sanitarios se sientan protegidos
por tus ángeles…’. Me quedé muy sorprendida porque yo no le había dicho nada… y
entendí que no podía retrasar más
el hacer ese dibujo».
«Lo importante no era
yo ni mi preocupación por los derechos de autor de mis obras (siempre estoy
pendiente de preservarlos). Sentí
que podía ser una herramienta para hacer llegar el amor de Dios y que
no era el momento de
hacer reservas». explica.
María tiene 38 años y se convirtió a los 26. Vivía
una vida de fe junto a sus padres, pero nunca había tenido un encuentro con el
Señor. Recuerda a los 9 años preguntarse durante la Misa: “¿Cómo puede aguantar
toda esta gente tanto rato aquí?”. Sus padres y su familia vivían la espiritualidad
de Schoenstatt. Ella nació en Chile, pero a los 2 años la
familia emigró a España. Primero
recalaron en Barcelona y
posteriormente a Asturias, donde
viven en plena naturaleza.
Su proceso de conversión
De su camino
espiritual explica: «Fue una conversión muy fuerte. Tuve una adolescencia difícil, con mucho sufrimiento. Una constante de
ese tiempo era el no encontrarme guapa. Además,
no podía entender la opción de vida de mis padres, que se dedicaban a
evangelizar a través de los medios de comunicación, lo que muchas veces nos
llevó a tener problemas económicos. Dios me había regalado una sequedad muy
grande».
Gentileza
Los dibujos de María
se han compartido en Instagram y Whatsapp. Transmiten un mensaje de esperanza
en Dios.
A los 26 años, conocí
a una comunidad católica donde vi a gente realmente enamorada de Jesús. Y eran
felices. Me despertaron una sana envidia y, por primera vez en mi vida me enfrenté a Dios. Me fui a
una capilla y le dije: ‘Si de verdad estás ahí, quiero saber que existes’. Lo
dije en silencio, para mis adentros, estaba enfadada. Estaba sola,
delante del Sagrario. Y ocurrió que entró un chico al lugar donde estaba, se me
acercó y me dijo: ‘He entendido que debo rezar por ti, ¿me dejas que lo haga?’
Imploró al Espíritu Santo y después de cantar un poco, muy alegre, me dijo: ‘El
Señor quiere que sepas que esta sequedad que sientes no es para toda la vida,
solo es para fortalecer’ ».
“Aquello me removió pero seguía mi
inquietud. A los 6 meses
tuve una crisis muy fuerte, que sería el momento definitivo».
«De repente sentí una enorme sed
de Dios»
María recuerda que
«un 9 de noviembre, tomé la decisión de empezar a rezar 15 minutos diarios para
toda la vida. Lo había pensado varias semanas. No sabía cómo iba a hacerlo,
pues yo no aguantaba ni 5 minutos de oración. No sabía rezar. Pero estaba muy
mal. Necesitaba un cambio drástico en mi vida. Así que ese 9 de noviembre por
la mañana recé mis primeros 15 minutos. No pasó nada. Ni sé cómo recé.
Por la noche, de repente, sentí una enorme sed de Dios.
María Olguín
Detalle del dibujo de
la Virgen con un anciano enfermo de coronavirus.
«Necesitaba desesperadamente estar al lado del
Sagrario. Era tanta mi desesperación que tuve que pedir la llave de la iglesia
al sacerdote de mi parroquia».
«En esa caja estaba mi Dios de
amor infinito»
Una vez en la
iglesia, «me arrodillé delante del
Sagrario y tuve, por primera vez en mi vida, la absoluta certeza de que
en el interior del Sagrario estaba mi Dios de Amor infinito». La ilustradora
añade: «Entendí que Él había estado en mi corazón toda la vida y que todo el
amor que yo había sido capaz de dar, era Él en mi corazón. Entendí que, si
quería más amor para entregar a otros, allí era donde tenía que ir a buscarlo.
Entendí su entrega en la Cruz».
Ella, que había
tenido tantos problemas de autoestima, salió de la iglesia aquella noche «sintiéndome la mujer más guapa del mundo,
amada por Dios».
Mensajes de agradecimiento
Con la difusión de
los dibujos, que ella misma ha puesto en su perfil de Instagram, María ha
recibido mensajes de muchas personas. «Hay médicos que se han puesto el dibujo
en su perfil de Whatsapp. Una mujer que tiene a su madre ingresada en el
hospital me escribió que cada
día envía a su ángel a cuidar de ella. Un médico ateo, al ver la
ilustración, pidió oraciones por él».
Para hacer estas
imágenes ha sacado horas de donde no las tiene, pero María se siente contenta
de ser «instrumento para comunicar el amor de Dios» a tantas personas que
sufren, a sus familiares y a los que hacen todo por curar a los enfermos. «Tengo dos imágenes más por hacer», dice.
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