"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
INSTRUCCIÓN A LOS APÓSTOLES
16 « Mirad que yo os envío como ovejas en
medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las
palomas.
17 Guardaos de los hombres,
porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas;
18 y por mi causa seréis llevados
ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los
gentiles.
19 Mas cuando os entreguen,
no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os
comunicará en aquel momento.
20 Porque no seréis
vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en
vosotros.
21 « Entregará a la muerte
hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los
matarán.
22 Y seréis odiados de
todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se
salvará.
23 « Cuando os persigan en
una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo
os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el
Hijo del hombre. (Mt. 10, 16-23)
Duro y concreto es el panorama que anuncia
Jesús a sus apóstoles cuando les envía a predicar. Estarán como ovejas sin
malicia, en medio de lobos voraces; serán perseguidos y odiados por los más
cercanos y por los lejanos, por todo el mundo; comparecerán ante los poderosos
y grandes de la tierra, que los golpearán… Y todo por el nombre de Jesús, a
quién han seguido y entregado su vida…
Pero esto es sólo una cara de la medalla,
porque el reverso pertenece a la fuerza y a la gracia del Reino de Dios. Ya
dijo Jesús: “No temáis porque yo he vencido al mundo y lo he puesto como
estrado de mis pies”
A la astucia y crueldad de los hombres,
enfrentarán el candor y la simplicidad de la paloma, porque la mansedumbre de
Cristo que se les transmite, ha vencido al mundo: “aprended de mí que soy manso
y humilde de corazón”. Y a ello unirán la sagacidad de la serpiente, porque
todo su obrar ha de ir envuelto por la prudencia que el Espíritu Santo les va a
transmitir. Difícil unión entre candor y astucia. Pero esto sólo lo puede hacer
el Espíritu Santo en nosotros si le dejamos obrar libremente.
Guiados por el Espíritu de Jesús, Él pondrá
en nuestros labios sus palabras, a las que no podrá hacer frente ningún
adversario nuestro. En sus manos, nuestra vida será un milagro de la gracia de
Dios: “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Temed
más bien al que puede arrojar de sí cuerpo y alma”…
Y por fin, después de quedar invadidos por
la fuerza de Dios, nos dará el perseverar en ella. Porque si no es por el
Espíritu, ¿quién podrá hacernos perseverar, hasta el fin, en este estado? Sólo
Él que nos transmitirá a todos las consecuencias de ser hijos de Dios y, por
tanto, amados por el Padre como niños, hijos mimados, que en su candor, no
saben sino ponerse en sus manos con una confianza filial, indefectible…
¡Señor, obra en nosotros estas
maravillas para proclamar tu Nombre, a tiempo y a destiempo, cuándo y dónde nos
conduzca tu Espíritu Santo!…
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