"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
El evangelio de este primer domingo de Adviento nos llama a estar despiertos y da una razón para ello:"no sabéis cuándo es el momento"... Parecería que esta advertencia no va con nosotros, pues nosotros sí que sabemos el momento: el 24 por la noche... Bastaría con desperezarse unas horas antes...
Eso es una lectura superficial del evangelio. No se trata solo de saber cuándo, ni el "estar despierto" evangélico es, simplemente, no estar dormido. Es algo más, mucho más, algo que no se improvisa. Es activar las actitudes adecuadas para acoger a Jesús, que viene a salvarnos, y para que su venida salvadora produzca en nosotros todos sus efectos. Eso pide, en palabras de san Ignacio de Loyola, "disponernos", ponernos a punto interiormente, activar actitudes que están adormecidas y que no es fácil sacar de la modorra...
Eso es una lectura superficial del evangelio. No se trata solo de saber cuándo, ni el "estar despierto" evangélico es, simplemente, no estar dormido. Es algo más, mucho más, algo que no se improvisa. Es activar las actitudes adecuadas para acoger a Jesús, que viene a salvarnos, y para que su venida salvadora produzca en nosotros todos sus efectos. Eso pide, en palabras de san Ignacio de Loyola, "disponernos", ponernos a punto interiormente, activar actitudes que están adormecidas y que no es fácil sacar de la modorra...
Pensemos en la actitud de humildad que nos lleva a reconocernos necesitados de salvación; en el deseo profundo de un encuentro con Jesús que nos sanee; en la confianza y la esperanza profunda no solo en que va a venir, sino en que esa venida es "por mí" y es capaz de transformarme... No, esas actitudes no se activan en 24 horas...
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