"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Isaac rogó al Señor por su mujer,
porque era estéril; y le fue propicio el Señor, de modo que Rebeca su mujer concibió
Génesis 25: 21, V.M
Si pedimos alguna cosa conforme a
su voluntad, él nos oye.
1 Juan 5: 14
Todo tipo de oraciones (6) – El
ruego de Isaac
Isaac era el hijo de Abraham y Sara. Mucho
antes de su nacimiento, Dios prometió a Abraham una descendencia numerosa
proveniente de Isaac (Génesis 15: 5-6; 17: 15-16). Isaac se casó con
Rebeca. Pero había un problema: Rebeca era estéril, no podía tener hijos. ¿Qué
sucedería con las promesas de Dios? ¿Isaac se resignaría? ¡No! Él también era
un hombre de fe y aprendió a conocer personalmente al Dios de su padre. Fue a
él, oró, e incluso rogó. Sabía que su oración correspondía a una promesa
que Dios había hecho a Abraham. ¡Era según su voluntad! Isaac rogó, y Dios escuchó
sus oraciones. Dios le respondió dándole dos hijos: Jacob y Esaú, después de 20 años de matrimonio. De Jacob nacería el pueblo de Israel, y más tarde Jesús, el
Mesías prometido.
Este pasaje nos enseña que hay casos en los
cuales Dios espera que insistamos en la oración. Si bien nuestra oración es
según su voluntad, él prueba nuestra fe en sus promesas, así como nuestra
paciencia. Quiere que sus promesas sean valiosas para nosotros y que contemos
con ellas.
No dudemos en orar, incluso si parece que las
circunstancias de nuestra vida se oponen al cumplimiento de lo que Dios nos
prometió. Y si no responde inmediatamente, ¡perseveremos! Tiene razones por las
cuales nos manda esperar. ¡Pero Dios siempre cumple fielmente sus promesas!
(continuará el próximo domingo)
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