"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El Señor se manifestó a mí hace ya mucho
tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi
misericordia
Jeremías 31: 3
En cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;
he puesto en Dios el Señor mi esperanza.
Salmo 73: 28
Escoger a Dios
Testimonio
“Cuando tenía 8 años me hice amiga de una
compañera de clases cuya familia era cristiana. En nuestra casa no se hablaba
de Dios, pero desde muy pequeña me hacía muchas peguntas sobre él.
Más tarde mi amiga me invitó a un encuentro de
jóvenes cristianos. Allí aprendí que Dios vino a la tierra para salvar a los
hombres, que Jesucristo llevó sobre sí mismo nuestros pecados sufriendo en una
cruz, en nuestro lugar, que resucitó y sigue vivo. También comprendí que si
creía en él, me convertiría en la hija de ese Padre que me amaba. ¡Qué cambio!
Cuando volví a casa me arrodillé y lo invité a entrar en mi vida.
Empecé a leer la Biblia. Entonces comenzaron
las dificultades: mis padres, muy cariñosos y comprensivos hasta ese momento,
me prohibieron leer la Biblia y volver con ese grupo de creyentes. Una noche,
en mi cama, triste debido a tal incomprensión, oré a mi Padre celestial: “¡Por
favor, dame lo que quieras darme!”. De repente me invadió un gran gozo… Desde
entonces, en tiempos felices como en la dificultad, él ha sido mi refugio, mi
consejero, mi consuelo…
Más tarde mis padres me pusieron a escoger
entre ver las cosas a su manera, o seguir a mi Dios, lo que suponía irme de
casa. Escogí la segunda opción, lo cual no fue fácil.
Hoy mi marido y yo damos gracias al Señor
porque cada día renueva nuestro ser interior según sus promesas y nos permite
vivir en el gozo de su presencia”.
Josette
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