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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 12 de septiembre de 2021

REFLEXIÓN PARA EL VIGÉSIMO CUARTO DOMINGO DEL T.O. – CICLO B – 12 - Septiembre – 2021

 "ventana abierta"

De la mano de María

Héctor L. Márquez (Conferencista católico)


REFLEXIÓN PARA EL VIGÉSIMO CUARTO DOMINGO DEL T.O. –  CICLO B 


Las lecturas que nos presenta la liturgia para hoy (Is 50,5-9a; Sal 114; St 2,14-18; y Mc 8,27-35) son tan ricas en simbolismo y doctrina, que resulta difícil escoger uno o dos versículos para reflexionar en estas cortas líneas.

El evangelio nos presenta el pasaje de la profesión de fe de Pedro. Luego de realizar una “encuesta” entre sus discípulos sobre quién decía la gente que Él era, Pedro, iluminado por el Espíritu Santo, exclamó: “Tú eres el Mesías”. A esa profesión de fe le sigue el pedido de Jesús a sus discípulos de guardar silencio al respecto. Pero como no hay profesión de fe sin prueba (1 Pe 1,7), Jesús no pierde tiempo en anunciar el camino que le espera: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días”. En esta expresión de Jesús no hay insinuaciones, ni simbolismos; es la verdad cruda y tajante de lo que le espera. Los cuatro verbos que utiliza son inequívocos: “padecer”, “ser condenado”, “ser ejecutado”, y “resucitar”.

Pedro, contento de haber recibido el don de la fe que le permitió confesar el mesianismo de Jesús, se escandalizó y comenzó a increparlo. Su naturaleza humana le impedía aquilatar el valor salvífico del camino de la pasión que Jesús tenía que caminar. Por eso Jesús le reprende, utilizando las mismas palabras que usó para reprender a Satanás cuando le tentó en el desierto (Mt 4,10): “¡Quítate de mi vista, Satanás!”. Pedro se había quedado en el “gozo” de la fe, pero no había podido concretizarla; no había alcanzado a leer la “letra chica” que Jesús no tarda en señalarle: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará”. De nuevo los adjetivos inequívocos: “negarse” a sí mismo, y “cargar” con la Cruz.

Jesús nos invita a seguirle, pero ese seguimiento no puede ser a medias, tiene que ser radical; Jesús no admite términos medios ni tibiezas. “Nadie que pone su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el Reino de Dios” (Lc 9,62). “Ojalá fueras frío o caliente. Pero como eres tibio, y no frío ni caliente voy a vomitarte de mi boca” (Ap 15b-16).

Como nos dice la segunda lectura de hoy, la fe sin obras, por si sola está muerta. En otras palabras, “no basta con creer en Jesús, hay que creerle a Jesús”. Y cuando creemos en su Palabra salvífica, cualquier sufrimiento, tribulación, prueba, que podamos experimentar cobra un nuevo significado, nos permite participar de la obra salvadora de Jesús. A eso se refiere Pablo cuando dice: “Completo en mi carne lo que le falta a la pasión de Cristo” (Col 1,24).

Nadie ha dicho que esto es fácil; pero el premio que nos espera vale la pena (1 Co 9,24-25; 1 Pe 5,4). Esa promesa es la que nos permite estar alegres en la enfermedad y en la tribulación. Que pasen un hermoso día. No olviden visitar la Casa del Padre; Él les espera…

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