"ventana abierta"
De la mano de María
Héctor L. Márquez (Conferencista católico)
REFLEXIÓN PARA EL VIERNES DE LA VIGÉSIMA
QUINTA SEMANA DEL T.O. (1) -MEMORIA DE
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
Pero lo que quisiéramos resaltar de esta lectura es que al comienzo de
esta se dice que Jesús “estaba orando solo”; y luego de orar, de tener ese
diálogo amoroso con el Padre, es que interroga a sus discípulos para determinar
si estaban conscientes de su mesianismo y, de paso, les anuncia su pasión para borrar
cualquier vestigio de mesianismo triunfal en el orden político o militar que
estos pudieran albergar. Me imagino que en esa oración también pidió al Padre
que iluminara a sus discípulos para que aceptaran lo que él les iba a
comunicar.
Cabe señalar que de todos los evangelistas Lucas es quien tal vez más
resalta la dimensión orante de Jesús. De hecho, Lucas es el único que enmarca
este pasaje en un ambiente de oración (comparar con Mc 8,27-33 y Mt 16,13-20).
Así, Lucas nos presenta a Jesús en oración siempre que va a suceder algo
crucial para su misión, o antes de tomar cualquier decisión importante (Cfr. Lc 3,21; 4,1-13; 6,12; 9,29;
11,1; 22,31-39; 23,34; 23,46).
Esta oración de Jesús en los momentos cruciales o difíciles nos muestra la
realidad de su naturaleza humana, en ese misterio insondable de su doble
naturaleza: “verdadero Dios y verdadero hombre”. Vemos como Jesús se alimentaba
de la oración con el Padre para obtener la fuerza, la voluntad y el valor
necesario para que su humanidad pudiera llevar a cabo su misión redentora. Tan
solo tenemos que recordar el drama humano de la oración en el huerto. Aquella
agonía, aquel miedo, no formaban parte de una farsa, de una representación
teatral. Fueron tan reales e intensos como su oración. Jesús verdaderamente
estaba buscando valor, ayuda de lo alto. Y a través de esa oración, y el amor
que se derramó sobre Él a través de ella, su naturaleza humana encontró el
valor para enfrentar su máxima prueba.
Hoy, pidamos al Padre que, siguiendo el ejemplo de su Hijo, aprendamos a
dirigirnos al Él en oración fervorosa y confiada antes de tomar cualquier
decisión importante en nuestras vidas, y cada vez que enfrentemos esas pruebas
que encontramos en nuestro peregrinar hacia la Meta, con la certeza que en Él
encontraremos la luz que guíe nuestros pasos y el valor y la aceptación
necesarios para enfrentar la adversidad.
Hoy conmemoramos a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced. Te invitamos a ver nuestro vídeo sobre esta advocación visitando nuestro canal de YouTube, De la mano de María TV.
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