"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará
con vosotros.
2 Corintios 13: 11
(Jesús dijo:) Permaneced en mí, y yo en
vosotros.
Juan 15: 4
Vivir juntos
Se ha puesto de moda la convivencia de personas
que no se conocen entre sí, en espacios comunes, dentro de una misma vivienda.
Muchas personas creen en la bondad del ser humano para convivir en paz.
Pero, ¿qué vemos a nuestro alrededor?
Hostilidades, familias destruidas, robos, asesinatos, guerras, atentados
terroristas…
En la primera familia de la humanidad, Caín
mató a su hermano Abel por envidia. Luego Dios dictó los mandamientos, base de
la vida en sociedad. Condenó particularmente el asesinato, la mentira, el robo,
el adulterio, la codicia (Deuteronomio: 5). Dio leyes en favor del pobre,
de la viuda, del huérfano, del extranjero… El hombre debe honrar a Dios y a sus
padres.
Dios nos exhorta: “Como queréis que hagan los
hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Lucas 6: 31).¡Pero
esto no funciona! “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero, eso hago” (Romanos 7: 19). El problema de “vivir juntos” parece
colectivo, pero solo tiene solución personal para aquel que acepta escuchar.
Jesús lo explica por medio de una ilustración:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15: 5).
Al igual que la savia en el sarmiento, solo la vida de Cristo en mí puede
producir buenos frutos; por ejemplo, amar a Dios y a mi prójimo.
El “verdadero vivir juntos” no es obedecer
textos, sino primeramente creer en Jesús para tener la vida nueva, y luego
vivir la vida de Cristo recibida mediante la fe.
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