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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 24 de septiembre de 2021

Festividad de Nuestra Señora de la Merced. Viernes, 24 - Septiembre - 2021

  "Ventana abierta"

Festividad de Nuestra Señora de la Merced

Provincia Mercedaria de Chile

Fr. Carlos A. Espinoza I.O. de M.

La nueva familia de Dios tiene al Padre que reconoce como “Padre de todos” y a la madre que el Hijo Amado del Padre nos entregó al pie de la cruz, razón más que suficiente para sentirnos plenamente hermanos y hermanas entre nosotros. De la paternidad del único Abba puede sostenerse la fraternidad en Cristo y María. 

Pedro Nolasco

Celebramos la festividad de la Virgen de la Merced y es una tremenda oportunidad para que hagamos un recuerdo que a muchas personas incomoda e incluso puede producirle fastidio. Todo depende desde donde estamos mirando y qué es lo que queremos ver y no ver. La cruda realidad está ahí, impertérrita, al acecho y en todos los puntos donde queremos ver con los ojos de Cristo o los ojos de María, o de Pedro Nolasco o de María Micaela o del P. Hurtado, y de tantos y tantas que intentan ver con los ojos compasivos del Maestro Jesús de Nazaret. Me refiero a la esclavitud o mejor todavía a las cautividades en lenguaje redentor mercedario. Muchas personas creen que el tema de la esclavitud es algo del pasado. Incluso cuando se abolió la esclavitud, muchos pensaron que la Orden de la Merced ya no tenía nada que decir ni hacer. ¡Se acabó la esclavitud! Se dijo a todos los vientos. ¡Ha sido abolida! Ciertamente se acabó en la retórica del momento, en las declaraciones solemnes que la humanidad acostumbra a anunciar con bombos y platillos. Pero no, desgraciadamente la esclavitud o cautividades siguen viento en popa. Lo que ha pasado es que no las queremos ver, son incómodas, nos dejan al descubierto nuestro rostro feo y deteriorado. En la Iglesia tenemos oportunidad cada año litúrgico de “hacer memoria” de la tarea o tareas pendientes: ¿cómo romper el círculo de la muerte de tantos seres humanos que o son esclavizados o se acostumbran a vivir esclavos? La Fiesta de la Virgen de la Merced es una gran oportunidad para no perder la memoria del triste camino de los cautiverios actuales, más sofisticados que los de otros tiempos, pero igualmente lacerantes. Porque este título de la Madre de Dios apunta al hecho histórico del siglo trece, atravesado por el drama de los cautivos cristianos en manos de los sarracenos, enemigos de la fe cristiana. Un valiente joven cristiano mercader, junto a otros entusiastas “caballeros de la caridad cristiana”, puso la mano en el arado para seguir las huellas del Maestro, y abrió un surco de liberación de los cautivos. Se hicieron “mercedarios” que, en lenguaje del siglo trece, define a los hombres que hacen bien a los prójimos necesitados. La mejor aliada de Pedro Nolasco fue María, la Madre de Dios, y a través de ella, confirmó su vocación de redentor de los cautivos. Esta es la razón por la que Nolasco llamó a María como “Madre de la Merced”, madre de la misericordia con el cautivo. Que la Virgen de la Merced nos ayude a romper nuestras cadenas y nos envíe a ayudar a otros a romperlas, porque las cadenas atentan contra nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios y destruyen el proyecto del hombre nuevo que Cristo  quiere para cada hombre y mujer.

 Sacerdote rescatando a niños del basurero

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