"Ventana abierta"
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1- 9):
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto
quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos,
pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al
sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó
también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el
suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con
las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro
discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta
entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre
los muertos.
Pensamientos para la homilía
Padre Joan Manel.
El misterio de la Creación:
Así de grande es el Amor de Dios.
Empezábamos, ayer por la noche, en la Vigilia
Pascual, escuchado el relato de la Creación.
El Universo nos habla de la inmensidad del Amor
de Dios.
No podemos dejar de referirnos a los
descubrimientos increíbles gracias al telescopio espacial Hubble, que lleva 25
años orbitando la tierra y mandando imágenes de una claridad y de una
profundidad impresionantes y sin precedentes en la astronomía.
Gracias a estas imágenes los astrónomos creen
haber podido contar las estrellas en el universo: unos 200.000 millones de
galaxias, con unos 100.000 millones de estrellas en cada una. Total: unos
20.000 trillones de estrellas. Más estrellas que granos de arena en todos los
desiertos y playas del mundo combinados.
Y la edad de este universo: unos 13.700
millones de años.
Un universo en expansión que no sólo no
desacelera su expansión por causa de la gravedad, sino que, al contrario,
acelera su expansión.
Así de grande es el Amor de Dios por nosotros:
infinito, inmenso, increíble.
El misterio del mal y la grandeza
del ángel y del hombre
Dice el padre Amorth, el exorcista de Roma: “El
mal ha entrado en el mundo cuando Dios ha querido crear unos seres de una
grandeza extraordinaria: tanto para el hombre, como para el ángel, la libertad
es algo irrenunciable.”
La Redención: un Amor más grande
que el de la Creación
Para rescatar al hombre que nace en el mundo
con una libertad herida, inclinada hacia el mal (es el pecado original): Dios
nos revela un amor más grande que el que ha revelado en la creación.
“Elevado sobre la cruz, atraeré a
todos hacia mí”, con lazos de Amor.
“Esto es el Amor: no que nosotros
nos hayamos avanzado a amar a Dios, sino que Dios ha sido el primero en
amarnos, TANTO, que ha mandado a su único hijo como víctima propiciatoria por
nuestros pecados. AMADOS MÍOS, SI DIOS NOS HA AMADO TANTO, TAMBIÉN NOSOTROS
DEBEMOS AMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS” (1 Juan 4,10-11).
Esta es una razón del corazón que la razón no
entiende, como decía el gran filósofo cristiano Pascal.
4. INVENCIBLE, LA
MUERTE NO PUDO CON EL INVENCIBLE: RESUCITÓ
Muriendo la muerte del hombre, Dios la
destruyó. Porque la muerte no podía retener cautivo al Autor de la Vida.
Al tercer día el sepulcro de Cristo quedó vacío
para que un día tu sepulcro, mi sepulcro queden bien vacíos. Dios no nos ha
creado para acabar en el agujero de ningún cementerio, ni en un montoncito de
cenizas. ¡NO! Nuestro destino es una felicidad eterna en el cielo porque Dios
nos ama REALMENTE HERMANOS Y HERMANAS, CON UN AMOR INMENSO, INFINITO Y ETERNO.
Llamados a COLABORAR EN LA
SALVACIÓN DEL MUNDO.
Recordemos lo que decíamos al final de la
homilía del Viernes Santo:
María Santísima al pie de la Cruz del Salvador,
su hijo, nos anima a entrar de lleno, a COLABORAR, en este Misterio de
Salvación, y a ofrecer oración y sacrificios para que sean muchos y muchas l@s
que se conviertan, y nos acompañen a las fiestas de las alegrías eternas, en el
Paraíso.
¡No te quieras salvar solito, llévate al cielo
un millón de amigos y de amigas, libres de sus rebeldías y pecados. salvados,
redimidos, rescatados por el inmenso Amor de Dios!
¡Si es así, tu felicidad eterna se multiplicará
por un millón!
Buena Pascua de Resurrección a tod@s.
Padre Joan Manel.
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