"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
JESÚS LAVA LOS PIES A LOS DISCÍPULOS, JUEVES SANTO

1 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo
Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado
a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
4 se levanta de la mesa, se
quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.
5 Luego echa agua en un
lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la
toalla con que estaba ceñido.
6 Llega a Simón Pedro; éste
le dice: « Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? »
7 Jesús le respondió: « Lo
que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde. »
8 Le dice Pedro: « No me
lavarás los pies jamás. » Jesús le respondió: « Si no te lavo, no tienes parte
conmigo. »
9 Le dice Simón Pedro: «
Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza. »
10 Jesús le dice: « El que
se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis
limpios, aunque no todos. »
11 Sabía quién le iba a
entregar, y por eso dijo: « No estáis limpios todos. »
12 Después que les lavó los
pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: « ¿Comprendéis lo que he
hecho con vosotros?
13 Vosotros me llamáis
"el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Señor y
el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies
unos a otros.
15 Porque os he dado
ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. (Jn.
13, 1.14-15)

Jesús, antes de pasar de este mundo al
Padre, hace un gesto, que es real y no virtual o sólo de palabra. Muchas
Palabras les había dicho a sus discípulos, pero ha llegado el momento de hablar
poco y hacer mucho: “Se levanta”… “se ciñe”… “coge una jofaina con agua y se
arrodilla ante cada uno de sus discípulos para lavarles los pies” llenos de polvo
del camino… Era oficio de esclavos… Los esclavos no hablaban mientras cumplían
este servicio humilde. ¡Y así hizo Jesús: en silencio sirvió, limpiando a los
que amaba!…
Pedro debió de ser el primero al que abordó
Jesús y sabemos de sus reticencias a dejarse hacer desde abajo: él pensó que
esta actitud no le cuadraba bien al Maestro y protesta… ¿Es que no sabe todavía
Pedro que Jesús le rompía siempre todos los esquemas?... ¡Pues no, no lo sabía,
porque hasta que Jesús no resucitó y sus mentes y corazones fueron llenos del
Espíritu Santo, no entendían muchas cosas y Palabras de Jesús!… Y siempre el
Señor corta tajantemente estas reconvenciones: “¡Si no te lavo los pies, no
tienes parte conmigo!”… ¡Esta frase de Jesús, le ha tocado el corazón a Pedro!:
¡Tener parte con Jesús!... ¡Pertenecerle, estar siempre con Él, comer en su
mismo plato!... ¡Contemplar su gloria!... ¡Todo, menos quitarle esto y todo lo
que a Pedro se le ocurría, desde su amor a su Señor: ¡Su Maestro y su Dios!...
“Si es así, Tú mandas, aunque no entienda… ¡No sólo los pies, sino también las
manos y la cabeza!… ¡No dejes fuera nada de mi persona!… ¡Todo yo quiero ser
lavado por tu Espíritu!... Y Jesús le asegura que ya está limpio todo y el
lavarle a él y a los discípulos los pies es para darles ejemplo, para que se
les grabe que deben hacerse esto unos a otros. Eso es ser su discípulo y “tener
parte con Él”...
Esta última cena de Jesús con los suyos fue
de grandes enseñanzas y mandatos: era su Testamento vivo a los que Jesús amaba:
esto tenían que transmitir a los que creyeran después en Jesús. Y la primera
enseñanza es que si Dios, ¡se ha abajado tanto, tanto, no pide menos a los que
quieran seguirle!: que se humillen, que se anonaden con Jesús y que tomen su
cruz…
Después, está el Mandamiento del Amor:
“Amaos como yo os he amado”, hasta dar la vida en un acto de Amor… Y por
último, la concreción de su Amor en la entrega de su Cuerpo y Sangre, para que
lo coman y lo beban y alimenten su espíritu con este Pan y este Vino… ¡Todo
Jesús, invade a los creyentes y se perpetúa en su Iglesia hasta el final de los
tiempos…! Es este un gran Misterio que nunca mente humana pudo concebir, porque
es Misterio de Dios, que es Amor! y por tanto, ¡sin medida, excesivo!…
¡Estemos en estos días en una adoración, tan
continuada, como nos lo permita nuestra fragilidad y el Amor del Espíritu Santo
que desea derramarse en todos los corazones si somos dóciles y lo escuchamos!…
¡No es cuestión de entender mucho, sino de
amar mucho y bendecir y alabar a nuestro Dios, que es todo Don y Amor
desbordado!…
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