Is. 40, 1-4.6-7
1 Consolad, consolad a mi pueblo -
dice vuestro Dios.
2 Hablad al corazón de Jerusalén y
decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa,
pues ha recibido de mano de Yahveh castigo doble por todos sus pecados.
3 Una voz clama: « En el desierto
abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios.
4 Que todo valle sea elevado, y todo
monte y cerro rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie.
6 Una voz dice: « ¡Grita! » Y digo: «
¿Qué he de gritar? » - « Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del
campo.
7 La flor se marchita, se seca la
hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues, cierto, hierba es el
pueblo).
- Este es el primero de los cuatro “Cantos del Siervo”
(42, 1-4) (5-9); 49, 1-6) (50, 4-9)(10-11); (52, 13-53, 12) que nos presentan
a un perfecto discípulo de Jahvé (del Jahvé que reúne a su
pueblo y es luz de las naciones) que predica la verdadera fe, que expía con su
muerte los pecados del pueblo y es glorificado por Dios. Algunos ponen fin a
este primer canto en el versículo 1, otros en el 4.
- En este poema el Siervo se presenta como un
profeta objeto de una misión y de una
predestinación divina (v. 6.4). Está animado por el Espíritu(v.
1) para enseñar a toda la tierra (v. 1.3) con discreción y firmeza (v. 2-4) a
pesar de las oposiciones. Pero su misión rebasa la de los demás profetas, pues
él mismo es alianza y luz (v. 6) y lleva a
cabo una obra de liberación y salvación (v. 7)
(v. 1)
- A la lección del Siervo acompaña una efusión del
Espíritu como en el caso de los jefes
(v. 3-4)
carismáticos de los tiempos
antiguos, los Jueces(Ju. 3, 10) y los primeros reyes: Saúl (I
Sam. 9, 17; 10, 9-10) y David (I Sam. 16, 12-13) = (I Sam. 11,
1-2
- El relato del
Bautismo de Jesús (Mt. 3, 16-17) asocia a la venida del Espíritu una cita que
combina este versículo y (Sal. 2, 7), y los versículos 1-4 son aplicados a
Jesús por Mateo (12, 17-21) (Jn. 1, 32-34) (Is. 11, 1-10), son paralelos de
este versículo1.
(v. 6-7)
- “Yo, Jahvé, te he formado”. Término idéntico al
utilizado en (Gn. 2, 7) para describir a Jahvé “modelando” al primer
hombre.
- Este texto se
cumple plenamente en Jesús, el Mesías, que ha curado
toda dolencia y enfermedad, enderezando los “torcido” (Jn. 8, 12; 8, 32, Sal.
107, 10; Lc. 1, 79). Jesús es luz para los que no ven sentido. El modo del
Siervo es suave, pero firme; no quiebra lo frágil, pero no se
quiebra en su misión, está en todos los que sufren por la justicia.
Act. 10, 34-38
34 Entonces Pedro tomó la palabra y
dijo: « Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas,
35 sino que en cualquier nación el
que le teme y practica la justicia le es grato.
36 « El ha enviado su Palabra a los
hijos de Israel, anunciándoles la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo
que es el Señor de todos.
37 Vosotros sabéis lo sucedido en
toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo;
38 cómo Dios a Jesús de Nazaret le
ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y
curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con él.
- Lucas nos
propone la predicación de Pedro ante Cornelio y los suyos con
una formulación sintética: los pensamientos fundamentales del kerigma
de salvación, ante los oyentes no judíos. En comparación con otras
predicaciones de los Apóstoles la prueba de la Sagrada Escritura pasa a segundo
término. En primer término está la acción salvadora de Jesús de Nazaret y
el refrendo de su misión por la manera de actuar, sobre todo por su resurrección.
(v. 34-36) -
Las palabras introductorias hacen referencia a (I Sam. 16, 7), pero en un
sentido superior: en el plano de la historia de la salvación este camino está
abierto a todos sin distinción ( Rm. 1, 16) y este camino es Jesús.
Primero se abre a los hijos de Israel y se les anuncia “la paz” por
medio de Jesucristo, la paz con Dios como la condición esencial para salvarse.
Pero la obra de Jesucristo se extiende más allá de las estrechas fronteras de
Israel “El es Señor de todos”. Aquí se sintetiza y patentiza el
universal poder salvífico del Todopoderoso. Ante este título deKyrios o
de Dóminus, tuvieron que hacer escuchar a Cornelio y sus huéspedes
romanos, con atención. Para ellos, el señorío de su César era como la síntesis
del poder político y religioso.
(v. 37-38) -
El contenido del evangelio se compendia con la máxima brevedad. Pedro supone
que en Cesárea se pudo tener conocimiento de lo ocurrido a Jesús (testimonio de
cómo la historia de Jesús, ya durante su vida mortal, suscitó interés y llamó
la atención) (26, 26).
- Lo que Pedro pone
de relieve en la actuación de Jesús, nos trae la más antigua tradición del
evangelio de (Mc. 2, 22s.). El bautismo de Juan es el
principio del camino salvador de Jesús. En el verbo griego “ungir”
(KRIO/EKHRISEN) se contiene la raíz de la palabra “Cristo” (2,
36).
- El Espíritu Santo
descendió sobre Jesús al ser bautizado (Lc. 3, 22; 4, 18). El Espíritu Santo es
el primer artífice de la salvación, a lo largo de los Act.
- Y teniendo en
cuenta a sus oyentes no judíos, Pedro afirma: “pasó haciendo el bien y
sanando a todos los oprimidos por el diablo”. Se le muestra como Salvador
del mundo, SOTER. Este título arrogante se ha conservado en
monedas e inscripciones para los soberanos de entonces. Querían ser dioses y se
hicieron tributar honores divinos. El mundo romano lo aplicó a los césares.
Frente a ellos aparece Jesús de Nazaret, el verdadero bienhechor y el único
salvador porque “Dios estaba con él”
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