"Ventana abierta"
EL delantal de la abuela
Descubre la historia que existe tras los humildes delantales
¿Conoces la historia que hay detrás del humilde delantal que usaban nuestras abuelas?
Para la mayoría de las personas se trata de una prenda de cocina aburrida o incluso ridícula que muy pocos están dispuestos a utilizar; sin embargo, el delantal solía ser más importante de lo que te podrías imaginar.
Es posible que nuestros hijos quizá no sepan lo que es un delantal.
Antiguamente era una prenda indispensable para el ama de casa de cualquier familia.
El uso principal del típico delantal de la abuela era el de poder proteger la prenda que vestían en ese momento debido a que sólo se tenía unos cuantos vestidos, y era menos trabajoso y mucho más fácil, lavar los humildes delantales que los vestidos, pero además de eso también se utilizaban para otras muchas cosas.
La principal función del delantal de la abuela
era proteger el vestido que estaba debajo, pero además era increíblemente útil en la cocina, se utilizaba como manoplas o agarraderas, para coger los recipientes aún calientes del horno, o la sartén más que caliente del fuego, sin tener que estar con un paño de cocina siempre a mano.
Era una
maravilla, porque además era perfecto para secar las lágrimas de los más pequeños de la casa y, en algunas ocasiones, incluso era utilizado para limpiar alguna que otra oreja y carita sucias.
El delantal servía para
transportar desde el gallinero los huevos a la cocina, los pollitos que
necesitaban terapia intensiva, y a veces los huevos golpeados que terminaban en el horno.
Cuando venía alguien de visita, el
delantal de la abuela servía de refugio a los niños tímidos, el infravalorado trozo de tela se convertía en el lugar perfecto para que se escondiesen los niños más tímidos, y cuando hacía frío, nuestras abuelas los utilizaban para resguardarse, envolviendo sus brazos en él.
Aquel viejo delantal, agitado sobre el fuego,
oficiaba de fuelle. Aquellas viejas prendas de cocina limpiaron y secaron muchas frentes llenas de sudor después de pasar todo el día junto a los fogones.
Las ramitas con las que se encendían las estufas de leña también eran transportadas en aquellas prendas tan útiles.Y él era el que cargaba con las papas y la leña hasta la cocina.
Servía también de canasto para
llevar todo tipo de verduras desde la huerta hasta la cocina.
Después de usarse en la cosecha
de la cebada, le tocaba el turno con los repollos.
Con él se recogían los frutos al terminar el verano. También durante el otoño el delantal era utilizado para transportar las manzanas que habían caído de los árboles.
Cuando alguien llegaba inesperadamente, era sorprendente la rapidez con que el viejo delantal podía sacar
el polvo de los muebles.
Cuando se acercaba la
hora de comer, y ya la cena estaba preparada, nuestras abuelas salían al porche y agitaban el delantal para que los hombres dejasen de trabajar en el campo y supieran que la comida estaba lista.Con esta actuación, ellos entonces comprendían de inmediato que el
almuerzo estaba dispuesto.
La abuela también lo usaba para
colocar en la ventana la torta recién sacada del horno, para
que se enfriara. Actualmente, por el contrario, la nieta coloca la torta en el
mismo lugar, pero para que se descongele.
Pasará mucho tiempo, posiblemente largos años, antes de que alguien invente un objeto que pueda reemplazar aquel viejo delantal, que tan útil les fue a nuestras abuelas en su momento, y que
tantas funciones cumplía…
Aunque quizá ya no hay abuelas que... Tengan que proteger el vestido dado que hoy hay muchos y tenemos máquinas que los lavan.
Las asas o agarraderas de las sartenes ya no queman.
Las caritas de los niños las lavamos con toallitas húmedas.
El fuego lo avivamos con un botón o una llave.
Y el polvo lo quitamos con bayetas ecológicas que repelen el polvo...
En recuerdo de mi ABUELA, hoy tengo colgado en mi cocina un DELANTAL que me recuerda a aquella persona tan querida y que tantas cosas fue capaz de hacer con el delantal y...sobre todo, con mucho cariño.
DEDICADO A LOS ABUELOS/AS... con el mayor respeto, reconocimiento y amor.
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