Esto fue publicado el 01/04/2013 - Cientos de miles de personas volvieron a llenar esta mañana la Plaza de San Pedro para volver a ver al Papa Francisco, que se asomó de la ventana del tercer piso del Palacio Apostólico para el Regina Coeli, la oración mariana que después de la Pascua reemplaza al Angelus.
"Recemos juntos, en el nombre del Señor muerto y resucitado y por intercesión de María Santísima, para que el misterio pascual pueda operar profundamente en nosotros y en este tiempo, para que el odio le deje lugar al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, al tristeza a la alegría", pidió el Papa argentino. El Pontífice también llamó a los fieles a dejarse alcanzar por la gracia de Cristo y cambiar esos aspectos que tenemos que no son buenos, convirtiéndonos en instrumentos de la misericordia de Dios.
Fiel a su estilo sencillo, que le brindó enorme popularidad, Francisco ni bien apareció en el ventana, al mediodía (las 7 en la Argentina), saludó a la multitud, entre los cuales muchísimos argentinos con banderas, con un normal "¡Buen día y Feliz Pascua!". Esas primeras palabras del Papa venido desde el fin del mundo, vestido de blanco, enseguida hicieron estallar una ovación en la Plaza.
Actitudes y gestos
Después de agradecer a la gente por haber venido, Francisco, que anteayer atrajo a más de 250.000 personas, volvió a hablar de la Pascua. "Que la fuerza de la resurrección de Cristo pueda alcanzar a cada persona, especialmente a quien sufre y a todas las situaciones que más necesitan de confianza y esperanza", pidió, hablando en italiano.
"Cristo le ganó al mal en modo pleno y definitivo, pero nos toca a nosotros, a los hombres de cada tiempo, recibir esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad", siguió. "Por esto me parece importante lo que hoy le pedimos a Dios en la liturgia: Oh Padre, haz crecer a tu Iglesia donándole siempre nuevos hijos, concede a tus fieles de expresar en la vida el sacramento que han recibido de la fe".
Al recordar que "el bautismo nos hace hijos de Dios y la eucaristía nos une a Cristo", el Pontífice argentino llamó a que esto se convierta en vida, traduciéndose en "actitudes, comportamientos, gestos, elecciones". "La gracia incluida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales", dijo. Aunque insistió en subrayar que "todo pasa por el corazón humano".
"Si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito cambiarme en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los otros, yo le permito a la victoria de Cristo afirmarse en mi vida, de alargar su acción benéfica", dijo. "Y con la gracia del bautismo y de la comunión eucarística puedo convertirme en instrumento de la misericordia de Dios".
"Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: ¡Es éste, queridos hermanos y hermanas, nuestro compromiso cotidiano, pero también diría, nuestra alegría cotidiana!", exclamó. "La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo", agregó.
Después de la oración mariana y de la bendición, el Papa volvió a despedirse en el modo más natural de todos: "¡Feliz Pascua y buen almuerzo!". De nuevo hubo una ovación en la Plaza. El Papa miraba a la multitud, como encantado. Parecía como que no quería irse viendo semejante fiesta en la Plaza de San Pedro, muy llena también porque hoy es "Pasquetta", día feriado en Italia.
Esta tarde el Papa hará una visita privada a la necrópolis situada debajo de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano y se detendrá a rezar ante la tumba de San Pedro, según informó la Sala de Prensa del Vaticano.
Fuente | lanacion.com.ar
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