1-Septiembre-2013.
Madre de los creyentes,
que siempre fuiste fiel;
danos tu confianza, danos tu fe,
danos tu confianza, danos tu fe.
Pasaste por el mundo en medio de tinieblas
sufriendo a cada paso la noche de la fe.
Sintiendo cada día la espada del silencio,
a oscuras padeciste el riesgo de creer.
Madre de los creyentes,
que siempre fuiste fiel;
danos tu confianza, danos tu fe,
danos tu confianza, danos tu fe.
La fe por el desierto a lomos de un asnillo,
la fe cuando en las bodas Jesús se hizo esperar,
la fe cuando pensaron que el Hijo estaba loco,
la fe sobre el calvario al borde de acabar.
Madre de los creyentes,
que siempre fuiste fiel;
danos tu confianza, danos tu fe,
danos tu confianza, danos tu fe.
Guardaste bajo llave las dudas y batallas
formándose el misterio al pie del corazón.
Debajo de tu pecho de amor inagotable
la historia se escribía de nuestra redención.
Madre de los creyentes,
que siempre fuiste fiel;
danos tu confianza, danos tu fe,
danos tu confianza, danos tu fe.
Los autores de este canto son Francisco Palazón y Emilio Pascual. Es apropiado para el final de la Eucaristía.
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