Suavidad de Nombre, María.
Dulzura de Esperanza, María.
Tenemos libertad y Refugio en María.
Ancla de Salvación, es María.
Se llena de Esperanza y de Dulzura la vida de cada uno de nosotros, con sólo decir su Nombre, María.
En mi infancia conocí y rezaba esta oración. Siempre me conmovió.
Hoy la presento ante ustedes. La mayoría de los cristianos la conocen, algunos tal vez no, pero para todos es bueno rezarla y acurrucarnos en el hueco de sus amantes brazos. Seguro que Ella nos acogerá con el mismo cariño con el que acoge a su Divino Hijo Jesús.
¡Que Ella siempre sea protección y ayuda para todos!
Oración de San Bernardo
Acordáos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vustro socorro, haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!
Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.
Amén.
Consagración a la Virgen
y confío en tus manos- mi existencia entera.
Acepta mi pasado con todo lo que ha sido.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración.
Mis felicitaciones a todas aquellas amigas que lleven por nombre esta preciosa advocación de su Dulce Nombre.
María
¡¡Felicidades!!
Y que la SantísimaVirgen María bendiga grandemente a tod@s sus hij@s en la tierra.
¡Un enorme beso y buen día!
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