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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 15 de junio de 2023

Reflexión: "EL CIEGO BARTIMEO". Jueves, 15 - Junio - 2023

"Ventana abierta"

EL CIEGO BARTIMEO
Web católico de Javier Olivares

Nos ha podido ocurrir en variadas y numerosas ocasiones. Hemos entrado a una óptica y, antes de sentarnos frente al oftalmólogo, hemos optado por contemplar y pensar en la montura que más nos gustaba como adorno y resorte de las lentes.

Al leer detenidamente el relato evangélico de este domingo ordinario XXX concluyo que corremos ese riesgo: pedimos lo que es secundario para nuestra felicidad y obviamos aquello que, en verdad, nos la consigue.

Bartimeo no se anduvo con chiquitas. Cuando Jesús se le acercó y le preguntó “¿qué quieres que haga por ti?”…podría haber pedido el oro y el moro, la luna a sus pies o el sol las veinticuatro horas del día:

-Una mejor posición social

-Una salida a su vida familiar

-Una mayor comprensión en su entorno, etc.

¡Pero... no !,  no se conformó con solicitar de Jesús Maestro unas simples y bonitas “monturas” para su vida. Pretendió, pidió y obtuvo lo más importante para su existencia: ¡VER!

Muchos de los amigos que nos rodean viven en una catarata crónica (incluso también nosotros); confundimos la realidad con la verdad, la salvación con la felicidad momentánea, la paz interior con el puro fuego de artificio que se disparan desde tantos cañones interesados y ruidosos. El viejo adagio “ojos que no ven, corazón que no siente” se convierte también en pauta para pasar de largo ante la miseria humana.

¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!

Que sea consciente de las cegueras que salen a mi encuentro.

Que esté dispuesto, siempre que haga falta, a reconocer que el mejor oftalmólogo para mis ojos eres Tú; que la escucha del Evangelio es la mejor receta, la eucaristía el colirium más saludable y certero, la oración la mejor intervención quirúrgica para saber hacia dónde y cómo mirar, una iglesia la mejor consulta para la miopía.

¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!

Es el mundo quien al borde del camino… necesita una palabra de aliento.

Es la humanidad despistada y envilecida… llena pero vacía.

Es el ser humano que quiere… y no puede dirigirse en la dirección adecuada.

Es la tierra que en un afán de verlo y entenderlo todo… se niega a la visión de Dios.

Es el grito de aquellos que queremos estrenar “gafas nuevas” para andar por caminos nuevos sin miedo a caernos.

Que no seamos como aquel hermano nuestro que, no reconociendo la disminución en su vista, al pasar por delante de una consulta médica y confundiendo un árbol con un peatón le dijo: “yo no necesito ningún oftalmólogo…gracias a Dios veo muy bien”.

La FE, entre otras cosas, son los OJOS para situarse ante las personas, ante los acontecimientos de la vida, ante nosotros mismos, ante las dificultades o los éxitos, etc., con una dimensión más profunda y verdadera: JESÚS.

Autor del texto: Padre J. Leoz 

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