"Ventana abierta"
ÁNGELUS
LOS PASTORES Y LOS REYES MAGOS
P. Santiago Martín
Franciscanos de María
Si los pastores fueron los primeros en acudir a la cueva de Belén, fueron ciertamente los únicos; después de ellos acudieron lo que el Evangelio llama los magos y, que en España hemos bautizado como los Reyes Magos.
Y este suceso de acontecimientos, tal y como cuenta el Evangelio, fue así, pero es que además estaba cargada de un verdadero simbolismo.
Teóricamente los primeros que tenían que haber ido a Belén, eran los más listos, los más informados, los más sabios, es decir, los Magos.
Los Reyes magos eran especialistas, eran universitarios y, sin embargo, no ocurrió así, los primeros que se enteraron fueron los sencillos.
Y es que los listos o los que van de listos, tienen siempre la tentación y caen en ella con frecuencia, de pensar que las cosas importantes son las grandes y, que cuando una cosa merece la pena es cuando es muy grande, muy poderosa, muy influyente.
Parece mentira que no se den cuenta, de que cualquier cosa empezó un día siendo pequeña, y que si es importante ahora que es grande, ya era entonces importante cuando era pequeña; naturalmente esto sirvió al cristianismo para pasar desapercibido al menos, y cuando ya se dieron cuenta había cogido una fuerza realmente grande, realmente importante.
Pero al fin los sabios, los listos, los entendidos, terminan por darse cuenta de que allí ha ocurrido algo, y también ellos acuden a presentarse, a rendir pleitesía, a decirle a Dios que puede contar con ellos. Es bueno que esto sea así; en primer lugar, porque nuestro Señor no vino para una clase social, ni siquiera para la clase social de los pobres o los desfavorecidos o de los dolientes, sino que vino para todos.
Además, hay que decir, hay que afirmar que realmente todos sufren; eso de que los ricos también lloran es cierto, aunque ciertamente también es verdad que tienen a veces tanto lujo y tantas cosas, que eso les produce sufrimiento o que eso alivia las penas que, en otros sitios no cuentan ni siquiera con ese consuelo; pero también ellos son heridos de la vida, también ellos son pobres, y también ellos reciben la misericordia y la salvación de Dios. El caso es que al final, los Magos se presentaron allí, y aquellos sabios, aquellos Magos de Oriente, aquellos expertos en escudriñar los misterios de los cielos para descubrir la sabiduría, representan a tantos hombres y mujeres que quieren verdaderamente buscar, discernir la verdad.
Esos Magos de Oriente representan a los hombres y mujeres que a lo largo de toda la historia se han preguntado por el por qué de las cosas, entonces eran una minoría, pero yo creo que es que hoy por desgracia también son una minoría. Por desgracia, la mayor parte de la gente no tiene ningún interés en hacerse preguntas sobre cuestiones verdaderamente importantes:
¿De dónde venimos?
¿Qué hay detrás de la muerte?
¿Qué sucede de nuestros seres queridos cuando ya no están con nosotros?
¿Por qué ocurren ciertas cosas?
Ese interés por contestar a estas grandes preguntas que siempre se ha hecho el ser humano, hoy parece estar atenuado. Algunos se conforman con una respuesta realmente increíble, que es la respuesta de la casualidad, ¡todo es posible o producto de la casualidad!
Hay que tener una fe gigantesca en ese dios que se llama casualidad, para creer que esta maravilla que es la Creación, desde el átomo a las complejísimas Galaxias es fruto de una sucesión de casualidades. Basta estudiar una célula por dentro, para rendirse ante la evidencia de que tiene que haber un Creador.
Estos sabios que se ponen delante del Niño en la cuna de Belén, representan a los hombres sabios de hoy, que admiten que no todo puede ser fruto de esa casualidad.
¿Qué tenemos que hacer nosotros?
A mí me parece -explica el P. Santiago- que nuestro proceder tiene que ser intentar conciliar la fe con la razón, tal como el Papa nos ha aconsejado en alguna de sus Encíclicas, en "Fides et Racio" intentar conciliar el pensamiento con la Sabiduría de Dios; no está reñida la fe con la razón, al contrario.
La fe completa aquello que la razón ya no puede seguir escudriñando, porque se encuentra con el misterio.
Y por otro lado, jamás aquellas cosas que demuestra la razón, podrán ser rechazadas por la fe.
Como este escrito se refiere a los Reyes Magos, podemos acudir en Sevilla a nuestra bellísima Catedral ante la Virgen de los Reyes y, a Ella le pidamos que nos ayude a tener la auténtica sabiduría y, que si atravesamos algún momento de crisis de fe, y si nos parece que en alguna circunstancia dudamos acerca de si Dios existe, o si Dios se preocupa acerca de la suerte de los hombres, pensemos en María que en aquella cueva de Belén, tenía realmente tantos motivos para dudar y que, sin embargo, supo tener la fe suficiente como para ser fiel a la promesa y mantenerse firme en la certeza de que Dios está, aunque a veces esté escondido detrás de una nube.
Feliz día para todos.
"Ventana abierta"
ÁNGELUS
EL
P. Santiago Martín
Franciscanos de María
Buenos días amig@
La
Feliz día para todos.
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