"Ventana abierta"
ÁNGELUS
MARÍA Y JOSÉ LLEGAN A BELÉN
P. Santiago Martín
Franciscanos de María
Buenos días amigos
"Vino a los suyos y los suyos no le recibieron".
Con esta frase tremenda, lapidaria, comienza San Juan, o por lo menos está en el principio del Evangelio de San Juan, en su prólogo: "Vino a los suyos y los suyos no le recibieron".
Pero, ¿Por qué?
¿Qué ocurrió?
¿Por qué los suyos no le recibieron?
¿De qué está hablando San Juan cuando escribe este texto en su Evangelio?
Naturalmente se está refiriendo a todos los judíos, a la mayoría de los judíos que no habían aceptado que Jesús era el Mesías.
Pero también podía decirse de ese momento inicial de la vida de Jesús cuando de hecho estaba a punto de nacer tal y como ocurrió en Belén.
La Sagrada Familia llega de Nazaret a Belén, Ella a punto de dar a luz, situación realmente delicada, primeriza, una situación de que no está acompañada por su familia para asistirla en ese trance, no hay Seguridad Social, no hay buenos hospitales, algunas comodidades tenían derecho a tener.
Pues bien, llegan a Belén y se encuentran con que la aldea está hasta arriba de gente; precisamente la misma orden del emperador Augusto que les había hecho a ellos ir a Belén, había movido a muchísima gente a acudir a esa aldea que estaba desbordada. No había sitio para ellos.
Probablemente José que era un profesional, un artesano, sí que tenía medio económicos para encontrar algún lugar medianamente digno en una posada y unas mujeres que ayudaran a su mujer, a su esposa, a María, a dar a luz, también con seguridad.
No encontró nada. Todo estaba cerrado para ellos. Tuvieron que meterse -como es sabido- al final, seguramente después de mucho pedir y mucho suplicar, en una cueva de ganado; en una cueva de ganado que hay que verla para darse cuenta de lo que es, es una cueva probablemente de ovejas, donde había el nivel de una cueva de ovejas, es decir, mucho excremento y muchísimo mal olor; allí, precisamente allí,, fue el sitio donde tuvo que nacer el Hijo de Dios, el Salvador, el Redentor del mundo. Él que tenía derecho de haber nacido en el lugar más espléndido del mundo -qué sé yo- en el palacio de Augusto por ejemplo, en la colina del Palatino de Roma, o en el palacio de Herodes, Él tuvo que nacer en una cueva de ganado.
¿Cuál es la primera lección que extraemos de esto?
1. La primera es que si José hubiera sido más rico, si José hubiera sido más poderoso, si hubiera tenido, no solo más dinero, sino más influencia o incluso ejércitos, no me cabe la menor duda de que en Belén habrían encontrado un sitio para él. No había sitio en la posada porque estaba llena, pero también porque José no era un multimillonario.
Y eso nos habla de la situación de tantos emigrantes como llegan a nuestro país, ¿encuentran sitio entre nosotros?
Nuestro deber de cristianos, es recordando lo que le pasó a Jesús, abrir los brazos -dentro de la ley naturalmente- pero abrir los brazos a aquellos que vienen como emigrantes, como José, como Jesús, como María, que vienen como emigrantes de situaciones dificilísimas y no obligarles a que tengan que vivir como animales, en cuevas de animales.
Esta es por lo tanto la primera lección de este pasaje, de este momento en que Jesús, José, María; Jesús en el vientre de su Madre, llegan a Belén y no encuentran para ellos sitio.
2. Pero también hay otra reflexión que debemos hacer:
¿Qué pensaron?
¿Qué pensó sobre todo la Virgen María?
Aquello no era prácticamente nada de lo que ella hubiera podido esperar.
¿Dónde estaba el sitio adecuado para el Mesías?
¿Dónde estaba la promesa de Dios, empezaba ya a incumplirse?
¡No sabía Ella lo que le esperaba cuando llegara el momento de la Cruz!
Pero ya desde aquel momento, María debió de comprender que tenía que aprender a fiarse de Dios.
Como lugares de peregrinación quiero invitarles, por supuesto a que vayan ustedes -cómo no- a Israel, a Belén; pero también hay un sitio que me parece especialmente importante y es el Santuario de la Virgen de Guadalupe, aquel que se conserva en las sierras de Extremadura; pero también el que está en Úbeda, en Jaén. En ese lugar que habla de un paisaje agreste y duro, se puede uno hacer a la idea de lo que están sufriendo tantos emigrantes cuando no encuentran un sitio, cuando no encuentran una mano amiga.
Vayamos allí a Guadalupe por ejemplo, a decirle a la Virgen, que puede contar con nosotros, para en su nombre acoger a todos aquellos que vienen pidiendo la ayuda que a Ella, a José y a su Hijo le negaron cuando llegó a Belén.
Feliz día para todos.
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