"Ventana abierta"
REFLEXIÓN DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO
29 - Enero - 2012
GRUPOPARROQUIALBENASQUE
Padre Nacho
A
mis queridos amigos y amigas del Grupo Parroquial Benasque, quiero enviarles a
través de la red un abrazo y los mejores deseos porque esta semana sean
bendecidos en el Señor Jesús.
Llegamos
al IV domingo del tiempo ordinario, la vida va transcurriendo con sus
afanes, gozos y esperanzas, y en ella nos acompaña nuestro amigo Jesús de
Nazaret, quien nos enseña con autoridad y a quien el mal está sometido.
Ciertamente
que a la enseñanza, a la palabra se le debe atención y escucha. Así debe ser
nuestro proceder ante las enseñanzas de Jesús, ante su Palabra de Vida, de
escucha atenta, reflexiva y activa.
Ya
lo dice la primera lectura: “suscitaré un profeta de entre tus hermanos, como
tú. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo lo mande. A quien no
escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas”. Porque
el profeta es por excelencia el hombre de la palabra. En este profeta que Dios
suscitará en medio de su pueblo, se ha visto la figura del Mesías, Palabra
eterna del Padre.
Es
por esto que Marcos nos señala la importancia de las palabras pronunciadas por
Cristo, es el Maestro que enseña con autoridad, con verdad, que lleva por tanto
a la verdad plena. Pero en muchos momentos de la historia la Palabra ha sido
deformada, no bien escuchada, no acatada ni vivida. Pasó con los paisanos de
Cristo. El camino para seguir al Maestro Jesús de Nazaret, es lento, necesita
silencio para la escucha atenta de su palabra, reflexión de la misma y llevarla
a la práctica. La Palabra es vida y debe hacerse vida en la nuestra.
Hoy
escuchamos mucha palabrería, charlatanería de la televisión, nacida del vacío y
destinada al vacío, discursos de todo tipo, por todos los medios, estamos
aturdidos, y lo aceptamos, nos da miedo el silencio, la reflexión, el
encontrarnos con nosotros mismos, con nuestro ser interior, con la
confrontación de nuestra propia existencia con la Palabra.
Nos
pasa como cuando Jesús visitó la casa de Marta y María: “Aconteció que yendo de
camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su
casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a
los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos
quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me
deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa
es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.
Lo
importante es pues estar a los pies del Maestro escuchando su Palabra, es la
parte mejor; pero las cosas no se quedan ahí, la Palabra tiene que llevarse a
la vida. Palabra, escucha y práctica se entrelazan, porque como dice la
escritura la Palabra es viva y eficaz. Asimismo el salmo 94 nos invita a que:
“Ojalá escuchéis hoy su voz:”No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el
día de Masá en el desierto: cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me
tentaron, aunque habían visto mis obras”. Sí, es necesario hoy, escuchar
la voz del Señor y no endurecer el corazón, sino pedir al Dios de la Vida que
lo haga dócil y pronto para cumplir su palabra en todo momento.
La
enseñanza-palabra de Jesús es pues vida, sanación, aniquilación- liberación del
mal, curación de las heridas más profundas de nuestra condición humana. Es
aliento en las dificultades, es esperanza de que otra sociedad se pueda
construir.
Todos
necesitamos pues, la palabra de Jesús para aniquilar los demonios
secretos que tenemos dentro, como lo dice Él mismo: “lo que sale de
dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del
hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,
codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo,
frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro”.
Acojamos
la Palabra con autoridad de Jesús y dejemos que nos impregne de su bien, de su
seguridad, de su aliento de vida. Pidámosle que nos libere del mal y nos haga
de verdad hijos e hijas de Dios.
Reciban
mi abrazo fraterno y mi agradecimiento, pues en la colecta para la Infancia
Misionera hemos recogido 450 €. Dios los bendiga por su generosidad. El martes
próximo tendremos la reunión de nuestro grupo de Cáritas parroquial, podremos
ver las fotografías de los niños y niñas de Mochadó (comunidad negra del río
Docampadó, en el Chocó colombiano) en donde las Hermanas de la Compañía del
Sagrado Corazón, apoyan un comedor escolar, y con nuestros pequeños aportes
estamos contribuyendo a una sana y buena alimentación de estos niños.
Cada mes las integrantes del grupo donan 3€ y este importe es enviado a
Colombia para ayudar en esta obra. Te invito a sumarte.
Fraterno
P.
Nacho
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