Sé que no está sola, que tiene a su familia, pero quiero que sepa que sigue contando con nuestra amistad y cariño.
¡Cuídese mucho, tenga ánimo y adelante, Manuel querrá verles a usted y los suyos, bien y felices!
Él les ha necesitado mucho, tanto como yo necesito a los míos, viéndome con mucha frecuencia imposibilitada, llegando a ser dependiente en todos los sentidos. Sin embargo no puedo sentirme triste tengo a mi madre que con 88 años, gracias a Dios, aún me vive, mi familia, y sobre todo tengo a Manolo y nuestras hijas que son mis pies y mis manos ayudándome en todas mis necesidades. Yo me miro a mí misma y veo que tengo cantidad de limitaciones, que da pena verme en cierto sentido, sin embargo soy una permanente oportunidad de que otros amen y sean grandiosos ante Dios.
Manuel, sabía que aún podía amar mucho, que amar lo pueden hacer todas las personas, independientemente de su estado físico, con tal de tener corazón, un corazón tan grande como el que él tenía, y gente a su alrededor con la que poder volcarse.
Por Antonia, cuando yo le preguntaba por todos, quedaba enterada del extremo cuidado con el que ustedes le han dispensado.
Habéis echado el resto, lo que le habéis entregado en tiempo, energía, esfuerzo..., se os tendrá en cuenta, porque ante ustedes se presentó la posibilidad de amar como quizás no lo hubiéseis imaginado de otra forma; él fue un tesoro para ustedes, y habéis sido grandes a los ojos de Dios. Recibiendo, junto con vuestro cariño, una limpia mirada, una mano extendida, unos brazos siempre abiertos, unos pies acompañándole en el camino de la vida...
"Llorad con los que lloran -aconseja el Libro- las lágrimas se secan mezclándolas, son aquellas lágrimas que nacen en lo profundo del corazón, se recogen en los ojos y desde allí recorren el camino hasta el cuenco de las manos de Dios".
La clave está en la sonrisa de Dios al recibir a sus hijos en su Casa para siempre, y Dios siempre sonríe.
Nuestro Padre se lo llevó con Él para llenarle los ojos de estrellas y así poder ver brillar la Luz de su Gloria con nuevo resplandor, la Gloria del Señor lo envolvió en su claridad, y él fue con vela encendida al encuentro y al abrazo de su Salvador, diciéndole:
"Señor, yo he vivido esperándote, y los latidos de mi corazón eran tus pasos". Y recibió al Autor de la Vida abriendo las puertas de su corazón de par en par y Dios lo llenó de su Luz y de su Paz.
Desde el Cielo os seguirá ayudando y lo notaréis.
Cuesta mucho la separación, el desarraigo, pero la fe nos hace superarlo, y el encuentro definitivo llegará y será por toda la eternidad.
La Virgen María está presente como Madre de los Dolores, pero también como Madre del Remedio, siempre cercana a ustedes, siempre cercana sus hijos, sobre todo cuando sufren.
Que la Sagrada Familia de Nazaret, os siga ayudando, queridos amigos, con esa su fortaleza y os animen para seguir adelante.
Nosotros, mi familia y yo, hemos querido ofrecerles a todos, con estas letras, nuestra cercanía y cariño.
Desde ésta vuestra casa, os acompañamos y os enviamos un abrazo con el cariño profundo de nuestro corazón, y con él en la medida de lo posible, infundiros ánimo y esperanza.
Vuestros amigos:
Angelita y familia.
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