"Desde niño vengo, Señor; escuchando tus palabras, su sonido forma parte de mi vida, su contenido está en mi corazón.
Tus palabras son mi banda sonora, todos los días las leo, las escucho, las medito, siempre me dicen algo, siento y experimento que todo pasa, que yo paso, pero que tus palabras permanecen tan vivas, tan novedosas, tan cercanas.
Tus palabras me recuerdan que estás cerca, a la puerta llamando, tus palabras me hablan de un Dios que es Padre, Amor para sus hijos.
En tus palabras se alegra mi corazón, mi carne descansa, porque Tú, Dios mío, eres mi refugio.
Por tus palabras nada temo, aunque tiemble la tierra, en tus palabras encuentro el perdón de mis pecados, no dejes de hablarme, Señor, no me niegues tu Palabra, ella es signo de nuestra amistad, todo en la esperanza de estar inscrito en tu Libro, y poder un día brillar ante Ti, como las estrellas del firmamento".
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