Padre Santiago Martín
3º artículo del Tercer Milenio de la Mano de María. 1.999.
"Todas las primaveras se juntaron
para hacer el rocío de su lloro,
y dieron a su voz timbre sonoro
las arpas de los cielos que cantaron.
Su tez de oscura rosa aclamaron
todos los mares en inmenso coro,
y en dos huecos de cálices de oro
sus dos senos de luz se modelaron.
Para encender sus ojos brotó el día,
hebras dio el sol para tramar su cuna,
y su pelo tejió noche sombría.
Se alzó su imagen cual ninguna,
y creando el alma la poesía
surgió la sombra de su Ser, la luna".
Y es que cuando uno/a, quiere a alguien, se alegra tanto de que exista... Por eso la fiesta de la Natividad de María es un regalo para nosotros, aparte de ser el día del cumpleaños de Ella. ¡Es un regalo de Dios que exista la Virgen! ¿Qué sería del cristianismo sin Ella? ¡Qué pérdida la de aquellos que no la conocen, que no la aman. No saben realmente lo que se pierden! Pero dicho esto, tenemos que decir algo más, y es que como a cualquiera, el día de su cumpleaños es un buen día para decirle "Cumpleaños feliz" y para darle un regalo.
Por eso, les invito a ustedes a que mediten sobre este acontecimiento y a que le digan a la Virgen: ¿Qué quieres que te regale? Miren, la Virgen María está contenta si le llevan flores, por supuesto, y si encienden una vela ante alguna de sus imágenes; pero la Virgen María, como cualquier madre, está contenta cuando se hace algo por cualquiera de sus hijos.
Hagamos cada uno/a, un regalo a la Virgen, un regalo por lo menos cada día, digamos a la Virgen:
¿Qué quieres que te regale?
Verán como la Virgen les habla a cada uno de ustedes, y cada día les pide una cosa.
Ahora bien, también Ella es enormemente generosa; por cada regalo que pongamos ante Ella, nos hará más de uno de su parte, nunca se deja ganar en generosidad. Por tanto hagamos este juego con Ella:
María, ¿qué quieres que te regale?
Por ejemplo, un día nos pedirá: Perdona a esa persona que te ha ofendido, realmente es una persona mala, te hizo daño, pero perdónala; ya está bien de tener tanto tiempo acumulando el rencor, reza por esa persona que te ha hecho daño, para que Dios la perdone también. Ese puede ser un buen regalo a la Virgen, ¿verdad?
Otro regalo puede ser una limosna. A lo mejor un donativo ante un acontecimiento en el extranjero o en nuestro país que ha causado sufrimiento a tanta gente: un terremoto, una riada... Una limosna ante alguien conocido, alguien que a lo mejor es de tu propia familia y lo pasa mal.
O un poquito de tiempo. Hacemos el regalo a la Virgen María de ir a estar un rato con una persona que es anciana y que quizá su propia familia no le atiende bien por múltiples circunstancias.
Y veremos cómo cada día Ella nos pedirá una cosa. Y cada día Ella, sumamente generosa, nos dará también a nosotros algo.
¡Que Nuestra Señora la Virgen María nos bendiga a todos!
Hasta el próximo artículo D.M. amigos, que será ya el 4º.
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