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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 28 de marzo de 2014

Domingo 2: 8º del Tiempo Ordinario. DÍA DE HISPANOAMÉRICA.

"ventana abierta"



7/2/2014
DÍA DE HISPANO AMERICA


El próximo 2 de marzo se celebra el Día de Hispanoamérica con el lema “La alegría de ser misionero”, promovido por la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal y por la OCSHA, la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana,

Esta es una jornada en la que las Iglesias Latinoamericanas y de España se unen para esta misión de comunión, colaboración y solidaridad entre estos pueblos y naciones hermanos. También es una oportunidad para recordar a todos los misioneros españoles en América Latina.

“Es el lugar donde hay más misioneros españoles, como parece lo más lógico, porque nos sentimos más obligados con ellos: son a los que les llevamos el Evangelio y ahora no podemos ni queremos dejar de mantenerlo vivo. También les transmitimos nuestra lengua y nuestra cultura, que la han hecho suya, por lo que nos sentimos más unidos y más cercanos a sus vidas”, explican desde la delegación de misiones de Madrid, diócesis en la que se da especial relevancia a esta campaña.
Este año, se ha elegido el lema: “La alegría de ser misionero”. La influencia del Papa Francisco ha sido decisiva en la elección de este lema y su Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, un manual de evangelización y de despertar a la alegría de anunciar la buena noticia entre quienes no la conocen.
“Debemos ser conscientes de que nuestros hermanos creyentes que viven en aquellas tierras permanecen fieles al Señor y a la Iglesia gracias a los sacerdotes, seglares, religiosos y sobre todo religiosas, que están con ellos. Nuestra aportación, nuestra oración, nuestro recuerdo no puede ser sólo por lo que hicieron los primeros evangelizadores de aquellas tierras, hoy, ahora, hay misión, se hace misión, se vive la misión. Y nosotros también nos debemos sentir implicados”, añaden.
La diócesis de Madrid cuenta con 451 misioneros en Hispano-América. De los cuales 64 son sacerdotes incardinados en esta diócesis. Allí atienden parroquias, hospitales, son rectores o directores espirituales de seminarios, capellanes de universidad… donde la Iglesia local les ha pedido que se entreguen y sirvan a las comunidades.



Hoy, al participar en la eucaristía, nos unimos a la Iglesia en el agradecimiento a Dios por el don de los nuevos santos, Juan XXIII y Juan Pablo II. Ellos, con su testimonio de vida y sus palabras, nos han indicado el camino que lleva a Dios. Nosotros, además de imitar su ejemplo, acudiremos a su intercesión para que el Señor siga bendiciendo a su Iglesia. Juan Pablo II quiso que el II Domingo de Pascua fuera el Domingo de la Divina Misericordia. Después de haber vivido la celebración del Misterio Pascual, nos disponemos a experimentar en nosotros la riqueza insondable de la Misericordia divina para nosotros y para la humanidad.
En España, además, celebramos la Jornada de Vocaciones Nativas. Es una ocasión para dar gracias a Dios por estas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que Él suscita en los territorios de misión, así como para colaborar en su formación mediante la oración y la ayuda económica.
El Evangelio muestra los tres regalos que Cristo ofrece a la comunidad de los creyentes:
el Espíritu Santo, el perdón de los pecados y la misión.
Regalos que, en el día de hoy, se actualizan con la canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II. Ellos siguieron, por vocación, a Jesús, quien les llamó a confirmar a sus hermanos en la fe y a anunciar la buena nueva del Evangelio por el mundo. Por esos les reconocemos “misioneros por vocación”, como dice el lema de la Jornada de Vocaciones Nativas.
El don del Espíritu está esencialmente vinculado con el don de la paz y, por tanto, con el perdón de los pecados, que Jesús entrega a los apóstoles: “A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados”. La auténtica paz ahonda sus raíces en la purificación de los corazones, en la reconciliación con Dios, con los hermanos y con toda la creación. Esta reconciliación es obra del Espíritu. Con razón, por tanto, el sacramento de la reconciliación es un inestimable regalo pascual de Jesús.
El don de la misión universal es confiado a los apóstoles y a sus sucesores: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Son palabras que vinculan para siempre la misión de la Iglesia con la vida de la Trinidad, porque el Hijo es el misionero enviado por el Padre para salvar al mundo, por el amor.

Gracias a la fidelidad de tantos misioneros, hoy Dios suscita numerosas vocaciones en el seno de las comunidades cristianas nacientes, para el servicio de la Iglesia y de la humanidad.

Tomás quiso meter su mano en la herida del Corazón de Cristo, el habitáculo íntimo de la Iglesia. Ese Corazón es el santuario de la Divina Misericordia. “El culto a la Misericordia divina no es una devoción secundaria, sino una dimensión que forma parte de la fe y de la oración del cristiano” (Benedicto XVI, 23-4-2006). “La tierra está llena de miseria humana, pero está rebosante de la misericordia de Dios” (san
Agustín).

La respuesta agradecida a Dios Resucitado, que derrama su misericordia con la humanidad, se transforma en compromiso de colaboración con los seminarios y noviciados en los territorios de misión, para que estas vocaciones sigan el ejemplo de los nuevos santos Juan XXIII y Juan Pablo II.

Oración de los fieles
Como los primeros cristianos, que eran constantes en la oración, imploremos la Misericordia divina para su Iglesia y para la humanidad

Por la Iglesia universal, por el papa Francisco y el Colegio episcopal, para que, siguiendo el ejemplo de Juan XXIII y de Juan Pablo II, anuncien el Evangelio al mundo entero.
Roguemos al Señor
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Por las comunidades cristianas, para que sean constantes en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios y compartan con los demás los dones recibidos.
Roguemos al Señor

Por las vocaciones al sacerdocio que Dios suscita en los territorios de misión, para que sean fieles a la llamada y estén dispuestas a servir a la Iglesia en los lugares donde aún no es conocido el Evangelio.
Roguemos al Señor

Por los novicios y novicias, que se están iniciando a la entrega radical de sus vidas según el carisma de su vocación, para que no les falten los recursos necesarios para su formación.
Roguemos al Señor

Por los enfermos, los necesitados y los excluidos, para que encuentren en el seno de las comunidades cristianas las ayudas necesarias, y descubran en estos gestos de fraternidad  la imagen de la Misericordia divina.
Roguemos al Señor

Por nosotros, que estamos participando en la eucaristía, para que vivamos la experiencia de salir al encuentro de los demás, haciéndoles partícipes de la alegría de habernos encontrado con el Resucitado.
Roguemos al Señor

Acoge, Padre, nuestra plegaria, que ponemos en tus manos por la intercesión de los santos Juan XXIII y Juan Pablo II, por Jesucristo nuestro Señor.

Domingo 2: 8º del Tiempo Ordinario. DÍA DE HISPANOAMÉRICA.
José Julio Martínez

¡Señor, que yo te mire! Son tan bellas
 las cosas bajo el sol, tan atractivas,
que mis ojos, si Tú no los cautivas,
se quedarán sin luz por ir tras ellas.

¡Señor, que yo te ame! En las estrellas
más claras, en las cumbres más altivas,
en el mar, en las fuentes siempre vivas,
busqué el amor, más sólo hallé sus huellas.

Mirarte, amarte..¡qué locura fuera
mi petición, si yo sólo supiera
que Tú eres Dios, y yo nada y pecado!

Mas sé también que por salvarme mueres,
y muriendo me miras, porque quieres
que yo te mire y quede enamorado.


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