Cómo hablar a los niños de la muerte.
3-6 años, Desarrollo emocional, Escuela de padres, Psicología Infantil
Sara Tarrés Corominas
¿Cómo hablarle a mi
hijo de la muerte de algún familiar? ¿Cómo enfocar esta delicada cuestión? ¿Qué
debo decirle a mi pequeño sobre la muerte? ¿Será capaz de entenderlo? ¿Le haré
daño? ¿Hay que ocultarle la muerte de un ser amado? ... ¿Cómo debo hablar de
este tema?
A todos nos preocupa tener que hablar a nuestro hijo sobre el tema de la muerte, pero si queremos ayudar a nuestros hijos a entender este hecho lo mejor que podemos hacer es hablar de ello con la máxima naturalidad.
La verdad es que no hay que ocultarles la muerte de un familiar, ni apartarles del duelo que vivimos ni de los rituales que realizamos tras la pérdida de un ser querido. Es algo triste, pero como comentaba anteriormente, inherente a la vida. Querer mantener a nuestros hijos alejados de esta circunstancia, silenciando o negando el fallecimiento de algún familiar solo ocasionará más problemas, ya que estamos distorsionando su realidad.
Por otro lado, debemos saber que los niños, desde bien temprana edad, se dan cuenta de la muerte y toman consciencia de ella mucho antes de que nosotros empecemos a plantearnos cómo exponerles esta cuestión. Ellos ven rápidamente un pájaro o unos insectos muertos en la calle o el parque, ... y enseguida les asalta la pregunta "¿qué le pasa al pajarito, mama?" Siendo nuestra respuesta más probable "Está durmiendo, cariño". Ellos se acercan intentando ver si respira o se mueve ... y continúan preguntando.
Estas cuestiones son absolutamente normales, sobretodo en la edad de las preguntas entre los 2 años y medio y tres. Siendo también probable que durante una temporada se interesen insistentemente sobre este tema. Dejemos que nos pregunte y hable de ello porqué este es su modo de entender y asimilar la información que está recibiendo.
Evolución de la idea de la muerte a lo largo de la infancia
El tema de la muerte se debe hablar en forma clara y en un lenguaje que el niño pueda entender a su edad y grado de desarrollo. El concepto de muerte varía con la edad y es algo que se debe tener en cuenta.
- La muerte se ve como una separación o abandono.
- No hay una comprensión cognoscitiva de la muerte.
- Se siente desesperación por la interrupción en el cuidado que se recibe.
- Con frecuencia el niño cree que la muerte es reversible o temporal.
- Se puede percibir la muerte como un castigo.
- Se presentan pensamientos mágicos de que los deseos se vuelvan realidad; se puede sentir culpabilidad por haber tenido sentimientos negativos hacia la persona que murió y creer que eso fue la causa de la muerte.
Entre los 6 a 11 años:
- Se da una comprensión gradual del carácter irreversible y definitivo de la muerte.
- Se demuestra razonamiento concreto con capacidad de comprender la relación causa y efecto.
- Comprensión de que la muerte es irreversible, universal e inevitable.
- Se tiene pensamiento abstracto y filosófico.
Cuando tengamos que enfrentarnos a este tema por la muerte de algún familiar cercano, como puede ser el de un abuelo, lo mejor que podemos hacer es informar nuestros hijos pronta y claramente. Evitar mantenerles al margen ya que, como comentaba en párrafos anteriores, lo que podemos producir es más problemas.
Es conveniente que nuestros hijos participen de algún modo del duelo familiar. No quiero decir que deban estar en primera fila, ni entrar a ver al familiar fallecido. Quiero decir que:
- Debemos ser capaces de mostrar nuestros sentimientos de tristeza, pena, frustración e incluso rabia por la pérdida de nuestro ser querido.
- Y debemos permitirles que ellos expresen sus propios sentimientos ante este hecho.
- Que nos planteen tantas preguntas como deseen.
- Y ante preguntas que no tenemos respuesta lo mejor es una declaración sincera "cariño, yo tampoco tengo respuesta a esta pregunta".
El temor del niño a lo desconocido es peor que enfrentarse a la realidad.
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