¡Gracias Padre, por mis amigos/as, y la enorme bendición que son su presencia y amistad en cada uno de mis días, y en quienes he descubierto el más grande tesoro!
¡Gracias Padre, por cada una de mis esperanzas e ilusiones, porque me dan fuerzas para seguir adelante!
¡Gracias Padre, por cada error cometido y por cada fracaso, porque me han enseñado a buscar el camino correcto y me han ayudado a crecer como ser humano!
¡Gracias Padre, por cada obstáculo que se presenta en mi vida, porque me demuestra lo fuerte o débil que puedo llegar a ser y la capacidad que Tú me das para superarlos!
¡Gracias Padre, por mis manos, mis piernas, mi cuerpo...!
¡Gracias Padre, por mis ojos, que sirven de ventana a mi alma y me permiten disfrutar del mundo que me rodea!
¡Gracias Padre, por tener la oportunidad de satisfacer mis necesidades, las de los míos, y te suplico por las de toda la humanidad, porque no nos falte nunca el alimento, pero sí, te necesito y te imploro salud, que es uno de los dones más importantes que Tú nos concedes, y del que ésta tu humilde hija escasea; porque sólo y únicamente en Ti vivimos, nos movemos y existimos!
¡Gracias Padre, por mi corazón que aún late con fuerza y es capaz de amar y de recibir amor!
¡Gracias Padre, por la vida que me has ofrecido, y porque entre todos, podamos contribuir a que toda la humanidad pueda disfrutar de ella también, y aunque a pesar de que alguna vez he podido tener carencias económicas y necesidades, supiste llevarme por el buen camino!
¡Gracias Padre, por la vida, porque en cada instante descubro lo mucho que me falta para llegar a ser la buena persona que quiero y desearía ser!
¡Gracias Padre, por el arco iris, por las flores, por las rosas y por las espinas!
¡Gracias Padre, por la bondad que has puesto en mi corazón, y en la de todo ser humano!
¡Gracias Padre, por la sombra de los árboles, por el olor a tierra mojada y por el refrescante sabor de una limonada!
¡Gracias Padre, por las tortas de chocolate y los dulces, las caricias de mis seres amados y los mimos de todos los míos!
¡Gracias Padre, por cada uno de tus dones y envíanos las señales que nos permitan descubrir nuestra misión en este mundo!
¡Gracias Padre, por la capacidad para recordar los hermosos momentos vividos con mis seres queridos, y aunque algunos de ellos ya se han marchado al Cielo, haces que pueda sentir su cercanía, su presencia y su compañía constante!
¡Gracias Padre, por esta simple muestra de beneficios que aquí te presento, pero más importante aún por la inmensa lista de todos aquellos dones de los que disfruto y por lo que tengo que agradecerte tanto en mi vida!
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