"Ventana abierta"
"Jornada Nacional de Manos Unidas"
Es muy hermoso el lema de la "Jornada Nacional de Manos Unidas".
Campaña contra el hambre, de este año, centrada en los niños.
Bajo el lema:
"SU MAÑANA ES HOY".
Como podemos comprobar, en el cartel está representado un niño pensando en un plato de comida, pero ese plato no contiene ningún alimento, está vacío.
Por eso es tan urgente todas las campañas contra el hambre.
Se necesita alimentos para hoy, no para mañana.
Quizá para mañana ya no haga falta, ya sea demasiado tarde, porque sin nuestra ayuda, sin aportación ninguna por nuestra parte, no podrían subsistir y no existiría ya un mañana para ellos.
Tenemos muy presente la multitud de niños que en los países de desarrollo mueren durante los primeros cinco años de vida a causa de la pobreza.
Pongamos, queridas madres y padres, nuestras manos en el corazón, y pensemos si fueran nuestros hijos los que estuvieran enfermos y no tuviésemos las medicinas necesarias para curarles.
O tuvieran hambre y no tuviésemos qué darles de comer.
O tuvieran frío y no tuviésemos con qué abrigarles...
Querer a todos los niños además de nuestros hijos, ayudar a los niños sea cual sea su religión, país, raza o color, es una señal muy inequívoca de que se sintoniza con el Corazón de Jesús, el Señor.
Si hay tantos niños en el mundo que padecen hambre y otros muchos males a causa de la pobreza; y no sólo por esta causa, sino por otras muchas razones que todas están emparentadas y relacionadas con el egoísmo de los hombres, de los mayores casi siempre; pues intentemos cambiar todos, y coloquémonos en el verdadero camino que Dios quiere para el mundo de nuestro tiempo.
El lema de la Jornada habla del presente y del mañana de los niños, pero que será más adelante nuestro futuro y el presente de ellos.
Y no por razones, que diríamos, egoístas.
Es evidente de que si vamos siendo mayores y no hay generaciones que vengan después de nosotros y nos atiendan y nos cuiden, pues nos irá muy mal.
Muchas situaciones difíciles: una enfermedad, un desvalimiento..., cuántos abuelos necesitan a personas jóvenes para que les ayuden a caminar por ejemplo, que les atiendan en sus casas, o en las residencias de mayores.
Esa es una razón, pero no es la más importante.
La más importante es:
Que en el amor a los niños, se pone a prueba la verdadera calidad de nuestro amor y de nuestra sintonía con Cristo.
Descubrir el Amor de Cristo, el Amor de Dios, es la gran tarea del hombre en la vida; descubrir además, esa gran Sabiduría de Dios, que va más allá de la sabiduría humana.
Y descubrir en el niño la posibilidad de amar, es la gran vocación para nosotros que nos llamamos cristianos y para todo hombre que viene a este mundo.
Cuando el corazón del hombre sintoniza bien con la necesidad de los niños, está en el camino de la verdadera caridad y de la sabiduría de Dios que se reveló en nuestro Señor Jesucristo.
Pero era en el gesto y la forma como Él atendió a los niños;
y luego, en la forma como Él dio la vida por nosotros en la Cruz.
Siempre que el sacerdote celebra la Eucaristía, y especialmente cuando acudimos en domingo, pone el acento en esa Cruz y en esa entrega del Señor; y en el momento en que resucita nos pone de relieve una verdad que va a ser la definitiva, que ya experimentamos nosotros en nuestra vida si estamos alerta a lo que sentimos, a lo que vivimos y lo que queremos, el amor siempre triunfa, el Amor verdadero que se reveló en la Cruz.
Cuando Jesús da su vida por nosotros, se convierte en triunfo en la Resurrección.
En nuestra Eucaristía, Jesús se entrega en la Cruz por la salvación del hombre, donde se hace realidad y se hace vida.
Pero también en la que nos damos cuenta, quizá más que en otros días de la semana, que ese Amor ha triunfado.
¡Jesús ha resucitado!
El Padre ha aceptado esa ofrenda de su amor, y ha vertido un río de amor y de gracia para que los hombres, desde el don del Espíritu Santo, puedan reproducirla en su vida, en una forma muy concreta, muy digna, muy cierta, y nada falsa, que es la de querer a los niños, pero de verdad:
- Cuidar de su bien.
- Dejar que nazcan.
- Educarlos en el conocimiento de la verdad y del amor de Jesucristo.
- Hacerlos amigos de Jesús.
- Atender sus necesidades físicas y sus necesidades del alma.
Cuando se ama de verdad, no se separan unas necesidades de las otras.
Y cuando se ama de verdad, el fruto del amor de los niños revertirá en los otros, y entonces también ellos se sentirán capacitados para amar a los demás, para ser buenos.
Hay muchas organizaciones en el mundo que hacen mucho bien para los niños y por los niños:
como "Intermón Oxfan" y "Spínola Solidaria" -de las que yo humildemente soy socia- donde en la segunda se encuentra además una amiga mía Religiosa que está de misionera en Manila -Filipinas- perteneciente a la congregación que fundara Monseñor Marcelo Cardenal Spínola, "Esclavas del Divino Corazón",están además "Unicef ", "Médicos sin Fronteras"...etc, etc, etc.
"Manos Unidas" quiere hacer además, un bien para los niños, completo, integral y pleno.
Quiere que se conviertan en grandes amigos de Jesús.
Queridos amig@s de la red, os animo a que le pidamos al Señor en este día, uniendo nuestra oración y la ofrenda de nuestra vida, a la Suya, le pidamos -como digo- de tal manera que nos convenzamos, mayores y niños de toda España y de Europa, de la necesidad que hay de pensar con amor y de ayudar a los niños de países en desarrollo:
- materialmente.
- A todo lo que tenga que ver con su salud física,
- Con su educación humana y espiritual,
porque los niños deben de cooperar, además, con esa vocación suya de ser unos grandes amigos de Jesús.
Queridos niños, como la "Jornada Nacional de Manos Unidas" este año se centra en vosotros, imitad en ello a la Virgen María, porque la Virgen fue muy sencilla, tenia un Corazón recto, y por eso Ella se ofreció a sí misma y también se dejó amar por el Niño Jesús, como Jesús os ama también a vosotros.
Queridos amig@s, esta "Jornada Nacional de Manos Unidas", la celebramos mirando hacia la "Jornada Mundial de la Juventud" de este próximo verano, y que sirva para todas las personas mayores; pero sobre todo para los que son jóvenes, que piensen en su vocación de ser grandes defensores y promotores del amor que necesitan y han de recibir los niños.
Que el Señor mueva nuestro corazón para trabajar por la protección y defensa de la vida.
¡Que así sea!
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