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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 5 de noviembre de 2022

REFLEXIÓN PARA EL SÁBADO DE LA TRIGÉSIMA PRIMERA SEMANA DEL T.O. (2) 5- NOVIEMBRE - 2022

 "Ventana abierta"

De la mano de María

Héctor L. Márquez (Conferencista católico) 


REFLEXIÓN PARA EL SÁBADO DE LA TRIGÉSIMA PRIMERA SEMANA DEL T.O. (2) 


Ruinas de la ciudad de Filipos, hogar de la comunidad a la que Pablo dirige su carta.

En la primera lectura para hoy (Fil 4,10-19) Pablo continúa dirigiéndose a la comunidad de Filipos desde la prisión. Está contento porque acaba de recibir una ayuda económica de parte de ellos. Solo el que ha estado en prisión comprende la alegría que causa recibir un paquete, cualquier cosa, de parte de sus amigos o familiares. Por eso les da las gracias.

Pablo les agradece la ayuda, pero recalca que aunque está contento de recibirla, él no necesita de bienes materiales, ni para predicar el Evangelio ni para ser feliz: “Yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta”. Él encontró a Cristo y ya no necesita nada más. “Todo lo puedo en aquel que me conforta”…

Podrá estar tras unas rejas, pero el conocimiento de Jesús, y del amor de Dios, que es “la verdad”, lo hace sentirse libre (Jn 8,32). En otras palabras, Pablo ha encontrado la verdadera libertad. Ello le permite ser feliz en cualquier situación, en la hartura y la abundancia (y da gracias), o en el hambre y la privación (y no se queja, porque solo Cristo le basta). “Todo lo puedo en aquel que me conforta”… “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt 11,28). Como decía santa Teresa de Ávila: “quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta”. Los que me conocen bien, saben lo cerca que me toca esta lectura…

Es por eso tal vez que Jesús no se cansa de advertirnos contra los peligros de la riqueza, que puede desviar nuestra atención de las cosas que tienen verdadero valor (las cosas del Reino), y convertirse en un obstáculo para nuestra salvación. De ahí que en el Evangelio de hoy (Lc 16,9-15) nos diga: “Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero”.

El mensaje de Jesús es claro: el dinero no es el “verdadero bien”. La riqueza material puede que nos haga “tener”, pero eso no nos da la felicidad. La verdadera riqueza, la verdadera felicidad, está en conocer a “aquel que me conforta” y sabernos amados por Él. Y Pablo lo entendió a cabalidad.

Si tenemos la dicha de vivir en la abundancia, seamos agradecidos y compartámoslo con el que no tiene, “para que, cuando [nos] falte, [nos] reciban en las moradas eternas” (Lc 16,9). Porque sirviendo a nuestros hermanos, especialmente a los más necesitados, servimos a Cristo (Mt 25,40). Si nos encontramos en necesidad, demos gracias a Dios por todas sus bendiciones, pero sobre todo por su amor infinito y, con la confianza de un hijo que se dirige a su padre, imploremos su ayuda y misericordia infinitas.

“Todo lo puedo en aquel que me conforta”…

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