"Ventana abierta
Hijas, me dirijo a
vosotras especialmente:
Como podemos comprobar, vamos encontrando dificultades en nuestra convivencia con el devenir de los días, como nos está pasando, pero compartiendo el camino con vosotros, y todos juntos, avanzaremos y nos será más fácil afrontar cada jornada.
Cada día cuando sale el sol nos disponemos a vivir de nuevo, a salir de nosotros mismos, a enfrentarnos con la realidad de cada día. Y pienso: “Hoy posiblemente sea el mejor día de todos”, pero cuando ya se va yendo la luz, y va oscureciendo, veo con desaliento que solo ha sido un día más igual que el anterior, otro día más sin entendernos.
Pero la vida, la que todos andamos, necesita esfuerzo por llevar un poquito de luz, de fuerza y esperanza; ese esfuerzo para que vuelva el amor, el respeto, el diálogo entre las distintas partes, en la familia.
Estamos muy tristes, papá sobre todo, no concibe que haya sido un daño tan insalvable el que se haya causado, como para que se nos pueda apartar incluso de nuestros nietos que sabéis son nuestra alegría, si eso llegara a pasar, seríamos los abuelos más tristes del mundo.
Pensadlo, hijas, no nos desheredéis de ellos, que sabéis estamos deseando que llegue el día que vosotros señaláis para tenerlos con nosotros, aunque ellos estén a lo suyo, solo con verlos y saber que están bien, nos conformamos. Apelamos a vuestra bondad.
Sabemos que esto necesita tiempo y esfuerzo por parte de todos, pero nos cabe la confianza de que lo iremos consiguiendo, si Dios quiere.
Un abrazo inmenso para todos, de los abuelos, que os quieren en demasía como os merecéis.
Como podemos comprobar, vamos encontrando dificultades en nuestra convivencia con el devenir de los días, como nos está pasando, pero compartiendo el camino con vosotros, y todos juntos, avanzaremos y nos será más fácil afrontar cada jornada.
Cada día cuando sale el sol nos disponemos a vivir de nuevo, a salir de nosotros mismos, a enfrentarnos con la realidad de cada día. Y pienso: “Hoy posiblemente sea el mejor día de todos”, pero cuando ya se va yendo la luz, y va oscureciendo, veo con desaliento que solo ha sido un día más igual que el anterior, otro día más sin entendernos.
Pero la vida, la que todos andamos, necesita esfuerzo por llevar un poquito de luz, de fuerza y esperanza; ese esfuerzo para que vuelva el amor, el respeto, el diálogo entre las distintas partes, en la familia.
Estamos muy tristes, papá sobre todo, no concibe que haya sido un daño tan insalvable el que se haya causado, como para que se nos pueda apartar incluso de nuestros nietos que sabéis son nuestra alegría, si eso llegara a pasar, seríamos los abuelos más tristes del mundo.
Pensadlo, hijas, no nos desheredéis de ellos, que sabéis estamos deseando que llegue el día que vosotros señaláis para tenerlos con nosotros, aunque ellos estén a lo suyo, solo con verlos y saber que están bien, nos conformamos. Apelamos a vuestra bondad.
Sabemos que esto necesita tiempo y esfuerzo por parte de todos, pero nos cabe la confianza de que lo iremos consiguiendo, si Dios quiere.
Un abrazo inmenso para todos, de los abuelos, que os quieren en demasía como os merecéis.
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