"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
INMEDIATAMENTE, LO DEJARON TODO Y LO SIGUIERON
18 Caminando por la ribera del mar
de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés,
echando la red en el mar, pues eran pescadores,
19
y les dice: « Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres. »
20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó.22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. (Mt. 4,18-22)
Desde
el principio del Evangelio, está la mirada de Jesús llamando a su
seguimiento. Pero no sólo entonces, sino en todo el tiempo y a lo
largo de la historia, Jesús, “llamó a los que Él quiso para
que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar”. No
hay “mirada” que no sea, para compartir la vida de Jesús y para
llamarnos a predicar el Evangelio a todas las criaturas. En cuanto ha
prendido en nuestros corazones la mirada de Jesús, no podemos dejar de ser
testigos de este Fuego que nos trae su Persona y
su Palabra. Ser “pescadores de hombres”, se hace
en nosotros, Vida de nuestra vida, y tenemos
que hablar de lo que hemos visto y oído. Esto, es
ser “apóstol”, enviado para la misión.
Pero
a algunos, como estas dos parejas de hermanos, Jesús, se lo
pidió todo. No sólo la entrega total de sus personas, sino
abandonar el oficio de pescadores. Jesús les ofrecía otros “peces
gordos” a quienes tenían que entregar todo el mensaje divino de
la Salvación, para después evangelizarlos por el Amor de la
Palabra de Dios, en Jesús de Nazaret, la Palabra del Padre.
Ellos, habían sido seducidos por Jesús y estaban absortos y bebiendo
toda Palabra que salía de sus labios.
En
ningún momento, nos cuenta el Evangelio que, echaron la mirada atrás
con la nostalgia de sus redes y barcas, o el atractivo de su
familia, su padre y un negocio muy grato de lo que vivir todos los días.
No siempre fueron fieles a ese atractivo lleno de vida de
la Persona y Palabra de Jesús. Ellos, eran felices en
su compañía, y a pesar de sus debilidades y
negaciones posteriores, siempre volvían, y cada vez con más
fuerza y gracia, a ese Jesús que se había fijado en sus pequeñas personas.
Sabían por experiencia que, en Jesús, eran fuertes en sus flaquezas.
Cuando oyeron: “¡Venid a mí!”, eso, les hizo siempre fieles
y confiados en Jesús y esto, sin saber lo que comportaba el deseo del
Señor sobre ellos.
Porque
Dios, al que ama en su Hijo, le hace fiel imagen de su
vida. Y sabemos, lo que fue la vida de Jesús: búsqueda absoluta
de la voluntad del Padre sobre Él. Jesús, sí que sabía desde el
comienzo de su vida, cuál era la voluntad del Padre sobre Él: “dar
su vida en rescate por todos”, y esto, a través de una vida llena de
sacrificios y una muerte ignominiosa.
A veces, los apóstoles, contemplarían a Jesús y cómo podía haber mirado con añoranza la Gloria que poseía junto a su Padre. Y estaba, al contrario, en una vida miserable. Pero todo era porque su Amor al hombre era más fuerte que su Pasión y Muerte futura, por ello, de aquí nació la Vida, y ésta abundante, como la gracia que poseía por su Divina Naturaleza.
¡Jesús, haznos fieles imágenes de TI, y esto, aunque a veces nos repugne la cruz y lo que ella encierra! ¡Imprime en esa Cruz, todo el amor que Dios ha derramado en los que se olvidan de sí mismos, por amor a TI! ¡Tú sólo puedes hacer suave y dulce la vida contigo como lo desee el Padre! ¡Amén, así sea!
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