"Ventana abierta"
LAS CRUCES DE NUESTRA VIDA
Normalmente rechazamos todo aquello que nos molesta o nos
cuesta llevar como si fuera una cruz en nuestra vida.
Cuántas veces hemos tratado de desprendernos de nuestra
cruz y, cuántas veces nos hemos aferrado a ella como lo hace el náufrago a su
tabla de salvación.
El mundo está lleno de cruces: la cruz de la guerra, la
cruz del hambre, de la incultura, de la marginación, de toda injusticia, la
cruz de la droga, y todas las cruces que en definitiva son el egoísmo de los
hombres.
Cada uno de nosotros debemos saber cargar con nuestra
cruz, la cruz de cada día: la cruz del cansancio, la cruz de la enfermedad, la
vejez, la soledad.
La persona solidaria, comprometida, no solamente lleva una
cruz, sino dos, la suya, la de sus errores, la de sus dudas; y la otra no menos
pesada que es la cruz de los demás; porque debemos ser como el cireneo que
carga con la cruz que le pasan también los demás.
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