"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE, CON ARRUGAS Y TODO, ALABES Y BENDIGAS AL SEÑOR CON TU VIDA
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿ARRUGAS IMPOSIBLES?
Hace unos días, una amiga nos regaló una plancha para la sacristía. En realidad es un centro de planchado que funciona con vapor a presión. Cuando vi lo buena y profesional que es, pensé que ya con esta no se me iban a resistir ni las telas de lino.
Así que ese mismo domingo saqué un camino de mesa con la idea de ponerlo aquella tarde para el Santísimo. Una larga tela de lino blanco, bien antigua, que habíamos lavado recientemente y por ello estaba muy arrugada.
Me puse a plancharlo y era alucinante ir viendo cómo realmente se quedaba planchado, realmente hace maravillas. Pero el caso es que aquella tela es muy traicionera. Por menos de nada se vuelve a arrugar, y algunas líneas no se quitan ni aunque estés pasando y pasando con pleno vapor y presionando.
Con la lógica humana, lo normal hubiera sido desistir de poner aquel camino de altar. Sin embargo, el Señor me empujó a hacerlo con mucha naturalidad. “Está planchado, ¿verdad? Pues no dejes que unas arrugas que se ven te impidan ponerme a Mí algo bonito y preparado con amor”.
Lo sentí como un reto, en el que Él me mostraba la realidad de nuestra vida. Muchas veces intentamos hacer que no se vea esa parte de nosotros más débil, procuramos que no se nos noten “las arrugas”, es decir, nuestra debilidad, nuestros errores.
Pues el Señor nos regala una nueva visión de la realidad. Con Él aquellas arrugas ya no son causa para guardar la tela al cajón, aquellas arrugas muestran la gran libertad que da experimentar Su amor en la debilidad, que te libera de tal manera que no tienes que disimularlo.
La pobreza es algo que siempre nos va a acompañar. Yo misma me digo muchas veces que los demás ven más claro que yo misma mi propia pobreza, así que no tengo nada que esconder.
El Señor no ha creado un club de impolutos, sino que nos ha reunido en torno suyo, amándonos y salvándonos, por eso se ha cambiado el punto de atención en nuestra vida: ya no ocupa el centro nuestras arrugas, sino Él.
Si le entregas a Cristo tu pobreza y no quieres vivir de ella, Él ya se ocupará de hacer desaparecer esas arrugas. Eso sí, cuando Él quiera, pues nos dice como a Pablo: “Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad” (2 Co 12, 9).
Hoy el reto del amor es que, con arrugas y todo, alabes y bendigas al Señor con tu vida. Son tantos los motivos para vivir el día en acción de gracias… hasta esas cosas que nos hacen sentir tan pequeños son un trampolín para vivir colgados de Cristo.
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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Prohibido cualquier reproducción para uso comercial.
Sólo se permite un uso para actividades de evangelización
siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
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