"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
JESÚS, LLAMA A DIOS, PADRE SUYO
18 Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.
19 Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo.
20 Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis.
21 Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.
22 Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado.
24 En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
25 En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
26 Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo,
27 y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo del hombre.
28 No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz
29 y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio.
30 Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. (Jn. 5, 18-30)
Porque Jesús llama a Dios, su Padre, “los judíos quieren matarlo”. Ellos, “creen” en un sólo Dios, pero aceptar que tiene un Hijo, su Único Hijo que, procede de Él, y, por tanto, tiene su misma naturaleza: es Dios, esto, les resulta escandaloso... Y no es que esta verdad no esté atestiguada en la Escritura: así, el salmo 109: “Oráculo del Señor (Dios) a mi Señor (Jesús), siéntate a mi derecha y haré de tus enemigos estrado de tus pies”... “Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados, Yo mismo te engendré como Rocío antes de la aurora”… Dios- Padre, ha engendrado al Verbo, su Hijo desde toda la eternidad... Jesús, el Verbo, hecho carne, es Quién nos ha revelado estas cosas tan celestiales... Y porque a nuestra razón,no le caben tan altos Misterios, también nosotros “queremos matar a Jesús” con nuestras vacías reflexiones. Pero Dios, no nos ha “mostrado la prenda” y después ha escondido la mano, sino que nos ha dado “un arma poderosa” para entrar en el mundo de Dios: “la fe que, es garantía de lo que se espera y la prueba de las cosas que no se ven” (Hb. 11,1). Y, “mi justo vivirá de la fe” ... Este don de la fe, ni se nos ocurrió, ni, por tanto, sabíamos pedirlo... Dios mismo es el que ha tomado sobre nosotros la iniciativa, para que nos acerquemos a Él por la fe y no sólo esto, sino para que, le poseamos como nuestro único alimento para la vida eterna...
Estas son las “cosas mayores” que, aseguró Jesús que, todavía habían de ver los judíos acerca de Él: habían de verle “muerto y resucitado, para sentarse a la derecha de Dios, su Padre”. Y, “desde allí, ha de venir a juzgar a los vivos ya los muertos”, como dice nuestro “Credo de la fe”. Todo esto, lo verán por sus frutos, en la irrupción de lo divino, sobre todos los que crean en Él. Los que no crean, también lo verán, pero no para una resurrección de Vida, sino de juicio. Y quieran o no, lo tendrán que padecer...
Por esto, Jesús que, de parte del Padre, “no ha venido a condenar sino a salvar”, avisaba a los judíos, y hoy nos avisa a nosotros para que, nos convirtamos a Él y aprovechemos estos días de gracia y salvación... Y en Su Palabra, por tres veces afirma: “os lo aseguro”, que significa lo mismo que: “en verdad, en verdad os digo” ... El que es la Verdad del Padre no sabe mentir y quiere que nuestra fe en Su Palabra, sea nuestra salvación, ahora y por toda la eternidad... “Ahora quedan la fe, la esperanza y el Amor y la más grande es la que quedará por siempre: el Amor”. Porque la fe, desaparecerá ante la visión de Dios cara a cara; Y allá en el cielo, tampoco esperaremos nada, porque nuestra esperanza se ha transformado en posesión eterna de Dios. El Amor, será el que quede al final de los tiempos, como testimonio de nuestra fe en Cristo…
¡Qué bellas son estas cosas que, nos esperan, y que, Jesús nos asegura que serán nuestras, si creemos en su Palabra y nos adherimos a Él, por el Amor!...
¡Hazlo tú Jesús, por tu gran piedad y misericordia que, arde de continuo en tu Corazón!... ¡Amén, Amén!...
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