"Ventana abierta"
La misma medida
Parroquia de San José de A Coruña
Un rico mercader de Alejandría de Egipto cumplía escrupulosamente
sus deberes como cristiano, pero le era imposible perdonar. Una vez, su odio
implacable hacia uno que lo había engañado en un contrato, llegó a convertirse
en un escándalo, así que el obispo en persona, Juan el Limosnero, quiso
solucionar el asunto. Habló con el rico mercader, pero éste se mantenía firme,
se sentía demasiado ofendido: sobre todo, porque aquel que le había provocado
la afrenta, no sólo no se arrepentía, sino que se enorgullecía de ello.
Entonces el obispo invitó al rico mercader a que fuera a su misa a la mañana siguiente. Éste seguía el rito con acostumbrada devoción, pero llegados al Padre Nuestro, y después de haber dicho “Perdona nuestras ofensas”, el pueblo, previamente advertido por el obispo, se calló de golpe, así que el mercader se vio solo diciendo “…como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Ante tal situación, el obispo se dio la vuelta y dijo alto y claro: “ ¡ Estás arreglado… si Dios te perdona como lo haces tú”. El rico mercader entendió y decidió perdonar para estar seguro de que obtendría, a su vez, el perdón divino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario