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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 19 de diciembre de 2021

REFLEXIÓN PARA EL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO (C) 19 - Diciembre - 2021

  "ventana abierta"

De la mano de María

Héctor L. Márquez (Conferencista católico)


REFLEXIÓN PARA EL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO (C) 


Lugar del nacimiento de Jesús dentro de la Basílica de la Natividad en Belén

La liturgia para hoy nos propone la misma lectura evangélica que leeremos el próximo martes 21 (Lc 1,39-45), la visita de María a Isabel. Como primera lectura se nos presenta un pasaje de la profecía de Miqueas (5,1-4), que anuncia al pueblo que el Mesías esperado nacerá en Belén: “Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemorables. Por eso, los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus hermanos volverá junto con los hijos de Israel. Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra. Él mismo será la paz”.

Este oráculo es bien conocido, pues Mateo lo cita en la visita de los magos, cuando Herodes manda a preguntar a los sumos sacerdotes y escribas que dónde habría de nacer el Mesías, y estos le responden: “En Belén de Judea,… porque así está escrito por el Profeta” (Mt 2,5-6). Juan también lo cita durante la discusión sobre el origen de Jesús: “¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?” (Jn 7,42). Podemos ver en esta lectura que el censo ordenado por el emperador Augusto que provocó que José tuviera que trasladarse a Belén con su mujer encinta, no fue pura casualidad. Estaba todo dispuesto en el plan de salvación trazado por el Padre desde la eternidad.

Esta profecía nos señala también el origen humilde (al igual que David) del Mesías, ya que la aldea de Belén era un lugar pobre. El linaje davídico del mesías esperado se refuerza con la frase: “Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial”.  De ahí que el ángel dijera a María en la anunciación que al niño que va a nacer: “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” (Lc 1,32b). Cabe señalar que aunque ambos evangelistas que mencionan las circunstancias del nacimiento de Jesús (Mateo y Lucas) enfatizan que José, esposo de María y padre putativo de Jesús, pertenecía a la estirpe de David, la tradición, recogida en los evangelios apócrifos nos señala que María también era del linaje de David.

Esta lectura es un ejemplo de lo que en días anteriores hemos llamado la perspectiva histórica, o del pasado, que nos presenta el “adviento” que vivió el pueblo de Israel durante prácticamente todo el Antiguo Testamento, esperando, anticipando, preparando la llegada del mesías libertador que iba a sacar a su pueblo de la opresión. Y en María se hacen realidad todas las expectativas mesiánicas del pueblo judío; su “sí”, su “hágase” hizo posible la “plenitud de los tiempos” que marcó el momento para el nacimiento del Hijo de Dios (Cfr. Gál 4,4). Como dijo san Juan Pablo II: “Desde la perspectiva de la historia humana, la plenitud de los tiempos es una fecha concreta. Es la noche en que el Hijo de Dios vino al mundo en Belén, según lo anunciado por los profetas”.

Estamos a escasos días de la fecha. La liturgia nos ha llevado in crescendo hasta este momento en que nos encontramos en el umbral de la Navidad. Es el momento de hacer inventario… ¿Estamos preparados para recibir al Niño Dios?

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