"Ventana abierta"
Condolencias
Nuestras sentidas condolencias
Muy queridas Hnas. del Sagrado Corazón:
He querido dejar pasar unos días
esperando estuviesen más tranquilas.
Para todas ustedes nuestro sentimiento
más sincero y profundo por la pérdida de nuestra querida Hna. Inés Mesa.
Nos llegó la triste noticia, el mismo
día en que en Madrid se celebraba la fiesta de Ntra. Sra. de la Almudena, donde
ella últimamente residía.
Ya llegó de la mano de María. Ya tenemos
una intercesora más en el Cielo.
Nuestra querida Hna. Inés ya está en
el Abrazo del Señor y en la Vida que no tiene fin.
Pero qué dolor se siente en el corazón,
cada vez que se marcha alguna de nuestras amigas. Qué poquito tiempo de
distancia contado en días, se ha llevado con nuestra también querida Hna. Pilar
Gárgoles.
Lo sentimos muchísimo. Transmítanles
este mensaje de condolencias a toda su Comunidad de Religiosas. En el nombre de
mi familia, y mío en particular, y en nombre de todas sus amigas de Torreblanca.
Sólo Dios sabe las razones, nosotros las
desconocemos y lloramos su ausencia y la de todos nuestros seres queridos
que nos van precediendo y, que un día nos abandonaron para dirigirse
velozmente a la meta, a la Casa del Padre.
¡Cuánto cuesta continuar caminando sin las
personas que queremos!
¡Qué gran vacío dejan en el corazón; pero
al mismo tiempo, qué alegría y qué agradecimiento por la fe en la resurrección que
nos hace vivir con tanta esperanza los acontecimientos de
muerte...
Se nos invita a ser como la pequeña piedra
de la orilla; cuando Dios pase, cuando su mano la recoja y la arroje al Lago de
la Vida, la pequeña piedra turbará la superficie del agua con incontables
círculos, pero cuando alcance la profundidad se quedará en una gran quietud.
Se nos invita a que nuestro corazón sea
como la pequeña piedra, ¡Dios está esperando en el fondo!
Todas las Hnas. que se fueron, ya
contemplan cara a cara la belleza de Dios, compartiendo el gozo de la Jerusalén
del Cielo.
La clave está en la Sonrisa de Dios al
recibir a sus hijos en su Casa para siempre.
¡La clave es su Sonrisa y Dios siempre
sonríe!
Dice San Agustín:
"Una lágrima por el difunto se
evapora.
Una flor sobre su tumba se marchita.
Pero una oración por su alma, siempre la recoge
Dios".
La Virgen María está presente como Madre
de los Dolores, pero también como Madre del Remedio, siempre cercana a ustedes,
siempre cercana a todos sus hijos, sobre todo cuando sufren.
Que los Sagrados Corazones de Jesús y de
María les infundan el calor y el amor que necesitan. Él las vuelva a llenar
nuevamente de su Paz y Alegría.
Ustedes las Religiosas y consagradas hacen con mil tonalidades un hermoso himno a Dios.
Dios les bendiga a todas grandemente.
Junto con nuestra oración, un abrazo caliente
y cercano, con el que queremos se sientan en la medida de lo posible, reconfortadas.
Angelita
Grueso y familia.
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