"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
CRISTO, NUESTRO MAESTRO
1 Entonces
Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos
2 y les dijo: « En la
cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.
3 Haced, pues, y observad
todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.
4 Atan cargas pesadas y las
echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas.
5 Todas sus obras las hacen
para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien
largas las orlas del manto;
6 quieren el primer puesto
en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
7 que se les salude en las
plazas y que la gente les llame "Rabbí".
8 « Vosotros, en cambio, no
os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y
vosotros sois
todos hermanos.
9 Ni llaméis a nadie
"Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el
del cielo.
10 Ni tampoco os dejéis
llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo.
11 El mayor entre vosotros
será vuestro servidor.
12 Pues el que se ensalce,
será humillado; y el que se humille, será ensalzado. (Mt. 23,
1-12)
Los fariseos y maestros de la ley, 1º) son
hipócritas, dicen y no hacen; 2º) abusan de su situación de privilegio; 3º) viven de imagen y apariencia; 4º) son presuntuosos; 5º) buscan
honores y puestos; 6º) que la gente los llame “maestros”, “jefes”, “padre”. Quieren ser grandes en la estima
de la gente y serán humillados, pero el que se hace pequeño, desconocido, que sirve sin pedir nada
a cambio, ese será
engrandecido.
En nuestro mundo hay muchos ególatras “yo y
solamente yo” y los demás cuentan en tanto me dan gloria, pero sólo a Dios se le debe la gloria y todos somos unos pobres hombres, somos
hermanos y esto es ya un gran privilegio, pues somos hermanos en Cristo. Él es el hermano mayor que nos
ha hecho hijos de Dios en Él, el único Hijo por naturaleza.
Todo en nosotros es regalo: la adopción, la
filiación divina, la fraternidad, la redención, todo, todo sin que haya algo nuestro por derecho. Entonces, ¿dónde queda mi yo? …
Te pido Señor que me enseñes el camino del
abajamiento, lo que Tu elegiste al ser hombre. Y no sólo esto, sino que ame ser el último de todos y el servidor de todos, el ser ignorado; el
desprecio, ya es mucho pedir, pero con tu gracia seguiré tus pasos…
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