"Ventana abierta"
Beato Santiago Alberione
Fundador de la Familia Paulina
Santiago Alberione nació en San Lorenzo di Fossano (Cuneo,
Piamonte) el 4 de abril de 1884, quinto hijo de Miquel y Teresa Allocco.
En octubre de 1900
entró en el seminario diocesano de Alba y el 29 de junio de 1907 fue ordenado
sacerdote.
El 20 de agosto de 1914, en Alba dio
inicio a la Sociedad San Pablo para la evangelización con los instrumentos de
comunicación social, seguida por las otras fundaciones que forman la Familia
Paulina: Hijas de San Pablo, Pías Discípulas de Divino Maestro, Hermanas de
Jesús Buen Pastor, Instituto Reina de los Apóstoles para las vocaciones
(Hermanas Apostolinas); los Institutos agregados: San Gabriel Arcángel, María
de la Anunciación, Santa Familia y Jesús Sacerdote; los Cooperadores Paulinos.
Varias veces dio la vuelta al mundo para
reunirse con sus hijos e hijas esparcidos por el mundo en todos los continentes
de la tierra y estimularlos a una vida cada vez más contemplativa y apostólica.
El secreto de su inmensa actividad
apostólica está en su vida interior impulsada en un crecimiento continuo a
realizar las palabras del Apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo
quien vive en mí” (Gal 2,20).
El 26 de noviembre de 1971, a la edad de
87 años, confortado por la visita y por la bendición del Papa Paulo VI, dejó la
tierra para volver a la Casa del Padre.
Fue
beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma el 27 de abril de 2003.
«Ser
santos no es privilegio de unos pocos, sino una vocación para todos.»
Papa Francisco
26 de noviembre de 2019
Hoy se conmemora al Beato Santiago Alberione, considerado patrono de
Internet
Redacción ACI Prensa
El 26 de noviembre se
recuerda al Beato Santiago Alberione, fundador de la “Familia Paulina” y
considerado patrono de Internet. Él prometió que “desde la Casa del Padre, me
preocuparé de los comunicadores y de todos aquellos que trabajan con los medios
más modernos y eficaces”.
Santiago Alberione nació en
Italia en 1884 en una familia campesina. Siendo niño, la maestra le preguntó
qué es lo que quería ser cuando fuera grande y él respondió: “quiero ser cura”.
A los 16 años ingresó al seminario de Alba y conoció al canónigo Francisco
Chiesa, quien fue su guía espiritual por 46 años. Interpelado por la encíclica
“Tametsi Futura” (sobre Jesucristo Redentor) del Papa León XIII, la noche del
31 de diciembre de 1900, Alberione rezó por horas ante el Santísimo Sacramento.
En ese momento, una “luz especial” apareció sobre la hostia consagrada y
se sintió profundamente llamado a servir al Señor en los hombres del nuevo
siglo.
Fue ordenado sacerdote en 1907 y, en medio del trabajo pastoral y del
estudio de la sociedad civil y eclesial, comprendió que Dios lo animaba a
predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del Apóstol Pablo y
con los modernos medios de comunicación.
Es así que en agosto de 1914, el P. Alberione inició la “Familia Paulina”
con la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo. Posteriormente inició la
Congregación de las Hijas de San Pablo, las Pías Discípulas del Divino Maestro,
las Hermanas de Jesús Buen Pastor y el Instituto Regina Apostolorum.
A ellos se sumaron los institutos de vida secular consagrada como San
Gabriel Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote y Santa Familia. En
total, 10 instituciones en las que también se incluye a los Cooperadores
Paulinos.
Fue un gran impulsor de la impresión de ediciones populares de libros
sagrados y diversas publicaciones de formación católica, litúrgica y pastoral.
En 1962 fue invitado a participar del Concilio Vaticano II y San Juan
XXIII decía de él: “este sí que es un gran hombre de Dios”. Al final de su
vida, el Beato Alberione fue visitado por su amigo el Beato Papa Pablo VI.
Partió a la Casa del Padre un 26 de noviembre de 1971 y fue beatificado
por San Juan Pablo II en 2003, en el día de la Solemnidad de la Divina
Misericordia.
Según los Paulinos en España en el 2002 el Vaticano llamó
a los fieles para que propongan un patrono de internet y la votación se realizó
en la página italiana Santi e Beati en el 2003. Santiago
Alberione quedó en primer lugar y tras su beatificación fue nombrado Patrono de
las Comunicaciones y de Internet por el Colegio de Cardenales.
El P. Santiago
Alberione, Fundador de la Familia Paulina, fue uno de los apóstoles más
creativos del siglo XX.
Nacido en San Lorenzo di Fossano (Cúneo, Italia) el 4
de abril de 1884, recibió el bautismo al día siguiente. La familia Alberione,
compuesta por Michele y Teresa Allocco más seis hijos, pertenecía a la clase
campesina, era profundamente cristiana y trabajadora.
El pequeño Santiago, cuarto de los hijos, experimenta pronto la llamada de
Dios: el primer año de la escuela elemental, al preguntarle la maestra qué hará
cuando sea mayor, respondió: “Quiero ser cura”. Los años de la niñez se
orientan en esa dirección.
Trasladada la familia al pueblecito de Cherasco, parroquia de San Martín,
diócesis de Alba, el párroco don Montersino ayuda al adolescente a tomar
conciencia y a responder a la llamada. A los 16 años, Santiago es admitido en
el seminario de Alba y enseguida se encuentra con quien le será padre, guía,
amigo y consejero durante 46 años: el canónigo Francisco Chiesa.
Al término del Año Santo 1900, habiéndose sentido interpelado por la
encíclica de León XIII “Tametsi futura”, Santiago vive la experiencia
determinante de su vida. La noche del 31 de diciembre de 1900, puente entre los
dos siglos, el joven seminarista reza cuatro horas seguidas ante el Smo.
Sacramento y proyecta en la luz de Dios su futuro. Una “luz especial ” le vino de la Hostia, y desde aquel momento se
siente “profundamente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por
los hombres del nuevo siglo”: “obligado a servir a la Iglesia” con los nuevos
medios que el ingenio humano presentaba.
El itinerario del joven Alberione prosigue intensamente durante los años
del estudio de la filosofía y la teología. El 29 de junio de 1907 es ordenado
sacerdote. Sigue una breve pero decisiva experiencia pastoral en Narzole
(Cúneo), como vicepárroco. Allí
encuentra al jovencito José Giaccardo, que para él será lo que fue Timoteo para
el apóstol Pablo. Y también allí, el P. Alberione madura la comprensión de lo
que puede hacer la mujer implicada en el apostolado.
En el seminario de Alba desempeña el cargo de Padre espiritual de los
seminaristas mayores y menores, y da clases de varias asignaturas. Se presta
para la predicación, catequesis y conferencias en diversas parroquias de la
diócesis. Dedica asimismo mucho tiempo al estudio sobre la situación de la
sociedad civil y eclesial de su tiempo y sobre las nuevas necesidades que se
entrevén.
Comprende que el Señor le guía a una misión nueva: predicar el Evangelio a
todos los pueblos, en el espíritu del apóstol Pablo, utilizando los medios
modernos de comunicación. Atestiguan tal orientación dos libros suyos: Apuntes
de teología pastoral (1912) y La mujer asociada al celo sacerdotal (1911-1915).
Dicha misión, para tener carisma y continuidad, debe ser asumida por
personas consagradas, pues “las obras de Dios se hacen con los hombres de
Dios”. Y así, el 20 de agosto de 1914, mientras en Roma muere el papa Pío X, en
Alba el P. Alberione da inicio a la “Familia Paulina” con la fundación de la
Pía Sociedad de San Pablo. El comienzo es pobrísimo, de acuerdo con la
pedagogía divina: “empezar siempre desde un pesebre”.
La familia humana —en la que el P. Alberione se inspira— está compuesta de
hermanos y hermanas. La primera mujer que sigue al P. Alberione es una muchacha
veinteañera de Castagnito (Cúneo): Teresa Merlo. Con su aporte, Alberione da
comienzo a la congregación de las Hijas de San Pablo (1915). Lentamente la
“Familia” se desarrolla, las vocaciones masculinas y femeninas aumentan, el
apostolado se delinea y toma forma.
En diciembre de 1918 se produce una primera partida de “hijas” hacia Susa
(Turín): empieza una intrépida historia de fe y de iniciativas, que engendra
incluso un estilo característico, denominado “a la paulina”.
Este camino parece
interrumpirse en 1923, cuando el P. Alberione enferma gravemente y el
diagnóstico de los médicos no deja esperanzas. Pero el Fundador reemprende
milagrosamente el camino: “San Pablo me curó”, comentará después. Por entonces
aparece en las capillas paulinas la frase que, en sueño o en revelación, el
divino Maestro dirige al Fundador: “No temáis - Yo estoy con vosotros - Desde
aquí quiero iluminar - Caminad en continua conversión”.
Al año siguiente viene a la vida la segunda congregación femenina: las
Pías Discípulas del Divino Maestro, para el apostolado eucarístico, sacerdotal,
litúrgico. A guiarlas en la nueva vocación, el P. Alberione llama a la joven
Hna. Ma. Escolástica Rivata, que morirá a los noventa años en olor de santidad.
En el campo apostólico, el P. Alberione promueve la impresión de ediciones
populares de los Libros Sagrados, y con las publicaciones periódicas se lanza a
las formas más rápidas para hacer llegar el mensaje de Cristo a los lejanos.
En
1912 ya había aparecido la revista Vida Pastoral destinada a los párrocos; El
Domingo, hojita semanal para la animación de la liturgia dominical, sale en
1921; en 1931 nace Familia Cristiana, revista semanal con la finalidad de
alimentar la vida cristiana de las familias. Seguirán: La Madre de Dios (1933),
“para desvelar a las almas las bellezas y las grandezas de María”; Pastor bonus
(1937), revista mensual en latín; Camino, Verdad y Vida (1952), revista mensual
para dar a conocer y enseñar la doctrina cristiana; La Vida en Cristo y en la
Iglesia (1952), con el fin de hacer “conocer los tesoros de la Liturgia,
difundir cuanto sirve a la Liturgia, vivir la Liturgia según la Iglesia”. El P.
Alberione piensa también en los muchachitos: para ellos empieza a publicar en
1924 Il Giornalino 1.
Se pone mano asimismo a la construcción del gran templo dedicado a san
Pablo en Alba. Seguirán los otros dos a Jesús Maestro (en Alba y Roma) y el
santuario a la Reina de los Apóstoles (Roma). Sobre todo se mira a salir de los
confines locales y nacionales. En 1926 nace la primera Casa filial en Roma,
seguida en los años sucesivos por muchas fundaciones en Italia y en otras
naciones.
Entretanto crece el edificio espiritual: el Fundador inculca el espíritu
de entrega mediante “devociones” de fuerte dinamismo apostólico: a Jesús
Maestro y Pastor “Camino y Verdad y Vida”, a María Madre, Maestra y Reina de
los Apóstoles; a san Pablo apóstol. Es precisamente la referencia al Apóstol lo
que califica en la Iglesia a las nuevas instituciones como “Familia Paulina”.
La meta ansiada por el Fundador como primer empeño, es la conformación plena
con Cristo: acoger todo el Cristo Camino y Verdad y Vida en toda la persona,
mente, voluntad, corazón, fuerzas físicas. Orientación codificada en el librito
Donec formetur Christus in vobis (1932).
En octubre de 1938 el P. Alberione funda la tercera congregación femenina:
las Hermanas de Jesús Buen Pastor o “Pastorcitas”, destinadas al apostolado
pastoral directo en auxilio de los Pastores.
Durante el obligado paréntesis de la segunda guerra mundial (1940-1945),
el Fundador no se detiene en su itinerario espiritual. Va acogiendo en medida
creciente la luz de Dios en un clima de adoración y contemplación. De ello son
testimonio los Cuadernillos espirituales, en los que anota las inspiraciones y
los medios que adoptar para responder al proyecto de Dios. En esta atmósfera
espiritual nacen las meditaciones que cada día dicta a los hijos e hijas, las
directrices para el apostolado, la predicación de incontables retiros y cursos
de ejercicios (recogidos en sendos opúsculos).
El empeño del Fundador es
siempre el mismo: hacer comprender a todos que “la primera preocupación en la
Familia Paulina será la santidad de la vida, la segunda la santidad de la
doctrina”. A la luz de esto hay que entender su Proyecto de una enciclopedia
sobre Jesús Maestro (1959).
En 1954, recordando el 40 aniversario de fundación, el P. Alberione aceptó
por primera vez que se escribiera de él en el volumen Mi protendo in avanti 2,
y consintió en facilitar algunos apuntes suyos acerca de los orígenes de la
fundación. Surgió así el librito Abundantes divitiæ gratiæ suæ, que se
considera como la “historia carismática de la Familia Paulina”.
Familia que fue
completándose entre 1957 y 1960, con la fundación de la cuarta congregación
femenina, el Instituto Regina Apostolorum para las vocaciones (Hermanas
“Apostolinas”), y de los Institutos de vida secular consagrada: San Gabriel
Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote y Santa Familia. Diez
instituciones (incluidos los Cooperadores Paulinos), unidos todos ellos por el
mismo ideal de santidad y de apostolado: la reafirmación de Cristo “Camino,
Verdad y Vida” en el mundo, mediante los instrumentos de la comunicación
social.
A lo largo de los años 1962-1965, el P. Alberione es protagonista
silencioso pero atento del Concilio Vaticano II, a cuyas sesiones participa
diariamente. Entre tanto, no faltan tribulaciones y sufrimientos: la muerte
prematura de sus primeros colaboradores, Timoteo Giaccardo y Tecla Merlo; la
preocupación por las comunidades en países con dificultades y, personalmente,
una martirizadora escoliosis, que le atormentaba noche y día.
Vivió 87 años. Cumplida la obra que Dios le había encargado, el 26 de
noviembre de 1971 dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. Sus
últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del papa Pablo
VI, que nunca ocultó su admiración y veneración por el P. Alberione. Es
conmovedor el testimonio que dio de él en la audiencia concedida a la Familia
Paulina el 28 de junio de 1969 (el Fundador tenía 85 años):
“Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre ensimismado
en sus pensamientos, que van de la oración a la acción, siempre atento a
escrutar los “signos de los tiempos”, es decir, las formas más geniales de
llegar a las almas... Nuestro P. Alberione ha dado a la Iglesia nuevos
instrumentos para expresarse, nuevos medios para vigorizar y ampliar su
apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia de la validez y de la
posibilidad de su misión en el mundo moderno y con los medios modernos. Deje,
querido P. Alberione, que el Papa goce de esta prolongada, fiel e incansable
fatiga y de los frutos por ella producidos para gloria de Dios y bien de la
Iglesia”.
El 25 de junio de 1996, el papa Juan Pablo II firmó el Decreto con el que
se reconocen las virtudes heroicas del futuro Beato.
Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, el domingo 27 de abril de 2003,
durante la Misa celebrada en la Plaza San Pedro con ocasión del segundo Domingo
de Pascua, solemnidad de la Divina Misericordia.
26 - Noviembre - 2019
Meditación
Santiago Alberione de la comunidad en Roma
Tecla merlo
Cofundadora de las Hijas de San Pablo
Roma, 7 de febrero de 1964
Recordamos las
palabras de la Sagrada Escritura: “La mano del Señor está sobre mí” (Is 61, 1).
así pudo decir la Primera Maestra.
El Señor, creando su alma la predestinó a la
santidad y a acompañar a muchas almas en el camino de la santidad y la
enriqueció con muchos dones. Luego, en la fuente bautismal el Espíritu Santo le
infundió gracias particulares en orden a su misión futura y así, sucesivamente,
a su debido tiempo, por medio de los sacramentos, Confesión y Comunión.
La plantita fue rodeada de cuidados solícitos
en la familia, en la parroquia, en la escuela y en todos los ambientes. Siempre
dócil, siempre generosa. Y más tarde también conoció la vida religiosa, cuando
asistió a la escuela de trabajo en el Instituto de Santa Ana.
Era una joven débil
de salud y enfermiza. Pero el Señor hace lo que quiere y se sirve de quien
quiere. Hay que pensar que la santidad encuentra siempre su base en la conducta
y en la vida sabiamente humanas. Primero deben estar presentes las virtudes
naturales, después las virtudes sociales y familiares; entonces se construye
sobre estas virtudes el edificio de las virtudes cristianas y religiosas.
Llamada por Dios hacia los veinte años, a una misión
especial, se unió al pequeño grupo de jovencitas que se preparaban a
convertirse, a su debido tiempo, en las Hijas de San Pablo.
Era muy frágil de salud, tanto que cuando inició la nueva
vida, se dudaba que pudiera continuar. En efecto, apenas entró, comenzó a
mostrar su debilidad física y sus enfermedades. Pero incluso en esto, intervino
el Señor en forma tal que, con la gracia divina, con su fortaleza y prudencia,
llegó hasta los 70 años, trabajando asiduamente en muchos empleos delicados y
constantes, y no obstante, siempre débil, pero siempre fuerte, cuando para su
oficio se necesitaba fortaleza.
El aprendizaje del Instituto de las Hijas de San Pablo fue
trabajoso: se trataba de una misión nueva. En ese tiempo la Primera Maestra fue
orientada abundantemente por el Canónico Chiesa: así dilató ella su mente y su
corazón hacia las almas y aprendió a conocer los medios técnicos y su
importancia para la difusión del bien. Fue luego excelente catequista en la
Parroquia de los Santos Cosme y Damián, en Alba. Desde entonces, a las virtudes
cristianas iba añadiendo las virtudes religiosas.
Así preparada y amada por su bondad, siempre humilde y
ejemplar, fue encargada del cuidado de la comunidad, y cumplió este encargo
hasta el final de su vida. Y ahora creemos que protege su Congregación desde el
cielo.
En su gobierno enseñaba más con el ejemplo y consideraba la
oración, un medio insustituible. Su forma de mandar siempre suave. Todas las
Hijas de San Pablo pueden testimoniarlo.
Para las Hijas de San
Pablo se trataba de una vocación nueva. Ella las dirigía y sostenía. En las
dificultades, era siempre como el aceite en los engranajes. Un día en Turín
dijo: Desde hoy precederé a estas Hijas para animarlas, para defenderlas de los
peligros y enseñarles cómo presentarse y comportarse en la propaganda de los
libros. La preparación de las Constituciones, las aprobaciones, las iglesia,
las Casas nuevas, el crecer continuo de las vocaciones, la administración,
etc., en un Instituto nuevo y un tanto singular, presentaba ciertamente muchas
dificultades que ella resolvía especialmente con la adoración al Santísimo
Sacramento.
La historia interna y externa del Instituto, su vida y sus
virtudes son cosas muy conocidas y las Hijas de San Pablo las conocen muy bien.
Cada año una página nueva, edificante, infundiendo ánimo. No sólo las Hijas de
San Pablo de Italia conocen su espíritu paulino y apostólico, sino también las
del extranjero, y esto lo he constatado también en 1963, en la visita a las
casas a las que pude llegar.
Se deben poner de manifiesto los dos secretos de su vida, que
son los secretos de los Santos y de los Apóstoles: humildad y fe. La Primera
Maestra tuvo humildad y fe: estos son los secretos de su santidad. Estos son la
explicación de tanta virtud y tantos resultados en el apostolado, en varias
naciones, a las cuales se agregan otras naciones año tras año. De hecho,
también hoy se siguen abriendo nuevas casas en nuevos Países para llevar el
mensaje de la salvación con los medios de las comunicaciones sociales.
Humildad que lleva a
la docilidad. Muchas veces todo parecía oscuro, lleno de riesgos y no estimado;
pero la virtud superaba a la dificultad.
Fe: la fe que lleva a la oración. Cada uno conoce, en cuanto
ha podido acercarse a ella, su espíritu de oración. El espíritu de oración del
que sacó aquella sabiduría de gobierno, que todos conocen.
Anteayer, el Cardenal Larraona decía a uno de nuestros
sacerdotes: “En mi vida la persona más prudente que he conocido ha sido la
Madre Tecla, la Maestra Tecla”.
Hay que añadir también que se rodeó de colaboradoras bien
escogidas; como escogidas fueron también las personas enviadas a fundar casas
fuera de Italia. A veces parecía que una elección no era la más sabia, pero los
acontecimientos han demostrado que la guiaba el Espíritu de Dios. Recuérdese
que ayudó en todas las iniciativas, a todas las Congregaciones Paulinas hasta
la última: a las Hermanas Apostolinas. Cuántos consejos dio en los encuentros
con las Hermanas de las otras Congregaciones Paulinas. También quiso indicar el
hábito que convenía escoger como hábito religioso, para algunas de ellas.
La Primera Maestra no era sólo una superiora, sino que era la
Madre del Instituto. Ustedes tendrán otras superioras. Serán las que cumplan el
oficio y sigan los ejemplos de la Primera Maestra; pero no serán las Madres.
Por ello estudiar su espíritu, recordar sus ejemplos, leer lo que ella ha
escrito y en especial seguir los consejos, los avisos, las conferencias, que
ella sabía presentar a tiempo debido, y en forma tan gustosa y buena que todo
era acogido y llevado en el corazón.
Ahora dos conclusiones: la primera es sufragar su alma.
Los sufrimientos que tuvo en su vida y los sufrimientos de su
última enfermedad, sin duda han sido santificadores y purificadores. Sin
embargo, nosotras tenemos la obligación de sufragar su alma.
Esta mañana he comenzado las Misas Gregorianas, ayer había
celebrado la misa en Albano, para iniciar los sufragios. Hoy retornarán acá sus
restos. Todas deben recordar lo que ha enseñado y los ejemplos que ha dado.
Segunda conclusión: la Primera Maestra ha señalado el camino
con muchos sacrificios y ha dado pasos difíciles que, algunas veces, parecían
hasta arriesgados. Era débil en cuanto a salud, pero fuerte en cuanto al
espíritu; tenaz y obediente hasta el sacrificio. El Señor siempre ha premiado
su virtud. Por esto seguir sus ejemplos, seguir su espíritu religioso y su
espíritu apostólico.
¡Cuántas veces hablaba de llevar un poco de bien a las almas,
de llevar al mundo un poco de luz! Siguió bien las tres devociones principales:
a Jesús Maestro, a la Reina de los Apóstoles y a San Pablo Apóstol.
Por esto, seguir la senda trazada por la Primera Maestra, que
es una senda que sube, sube hacia la perfección, un camino que sube, es decir,
un desarrollo continuo del Instituto.
Últimamente les recalcaba la necesidad de escoger bien las
vocaciones y orientarlas hacia el apostolado; orientarlas bien porque éste es
el color, el carácter que tiene la vida religiosa paulina. Estas son las dos
consecuencias, las dos resoluciones: continuar los sufragios por su alma y
seguir sus ejemplos y sus enseñanzas
Beato Santiago Alberione
Sacerdote, pionero en el uso de los medios de
comunicación social en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Juan Pablo II
lo beatificó el 27 de abril.
Juan Pablo II ha destacado la herencia
espiritual dejada por el sacerdote Giacomo Alberione (1884-1971), fundador de
la Familia Paulina, «apóstol de los tiempos nuevos», en los dos encuentros que
ha mantenido entre el domingo y el lunes con los peregrinos que vinieron a Roma
con motivo de su beatificación.
«Intuyó la necesidad
de dar a conocer a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, “a los hombres de nuestro
tiempo con los medios de nuestro tiempo”», aclaró el Papa durante la homilía de este domingo, pronunciada al
proclamarle beato en la plaza de San Pedro del Vaticano ante unos 50.000
peregrinos.
«Su inspirador fue el apóstol Pablo, al que
definiría “teólogo y arquitecto de la Iglesia”, permaneciendo siempre dócil y
fiel al Magisterio del Sucesor de Pedro, “faro” de verdad en un mundo privado
con frecuencia de sólidos referentes», aclaró el obispo de Roma.
Al explicar el motivo de la fundación de la
Familia Paulina, el Papa recordó las palabras del beato, a quien le gustaba repetir: «Estos medios deben ser utilizados por
un grupo de santos.»
Este lunes, al encontrarse de nuevo en la Sala
de las Audiencias del Vaticano con los peregrinos que participaron en la
beatificación, el Papa enmarcó la vocación del beato en el contexto de la
Iglesia universal.
«Atento a los signos de los tiempos, don
Alberione no sólo abrió a la evangelización los modernos “púlpitos” de la
comunicación social, sino que concibió su obra como una acción orgánica dentro
de la Iglesia y a su servicio», constató Juan Pablo II.
«Que desde el Cielo don Alberione ayude a su
familia a ser como él quería, “san Pablo vivo hoy”», concluyó.
Más información:
http://www.alberione.org
La mujer asociada a la misión sacerdotal
«Para salvar a la humanidad, escribe el P.
Alberione en su libro La mujer asociada al celo sacerdotal, Dios no pudo
prescindir de la mujer, de una gran mujer: María, la Madre de su Hijo.» Y
pretende reconducir a la mujer a la corresponsabilidad eclesial y
evangelizadora, convencido de que la dimensión femenina de la Iglesia y su visión
en la sociedad y en el mundo sólo se alcanzará a través de la mujer.
En la
Familia Paulina, las Hijas de San Pablo comparten con los sacerdotes de la
Sociedad de San Pablo la misión de difundir el mensaje de la salvación con los
medios de la comunicación social.
Pero lo que hace fuertes a las Hijas de San
Pablo no son los instrumentos de comunicación social que usan en su apostolado,
sino la espiritualidad centrada en Jesús Maestro, camino, verdad y vida, la
adoración eucarística diaria, la fidelidad a los medios de comunicación social,
vivido todo según el espíritu de san Pablo: «Me gasto por el evangelio... ¡Ay
de mí si no anuncio el evangelio!...»
La Hija de San Pablo sabe que puede realizar su
vocación maternal como María, engendrando en el apostolado «hijos de Dios».
Sabe que se convierte en madre en el momento en que el mensaje de Cristo llega
al corazón del lector, del oyente..., de cualquier persona pobre de verdad. Ahí
nace un hijo de Dios. El P. Alberione quiere a la mujer activa en la oración y,
por tanto, no sola, sino al lado del sacerdote, para enriquecer la eficacia del
apostolado de ambos: todo visto proféticamente como un retorno al plan de Dios,
a su praxis (Cristo-María) y, por tanto, como acto de obediencia a su voluntad.
Familia Paulina
El objetivo de la Familia Paulina, en todo el mundo, es
continuar la misión del Beato Santiago Alberione. Las Fundaciones iniciadas por
él, tienen una razón especial en la medida en que se hereda el legado y el
espíritu de San Pablo. Todo lo que se lleva a cabo por los Padres y Hermanos Paulinos, Paulinas, Pías
Discípulas, Pastorcitas, Apostolinas, Cooperadores Paulinos y los Institutos agregados: Anuciatinas, Gabrielinos, Sagrada
Familia y Jesús Sacerdote es
intensamente comunicación que gana su propia forma de acuerdo a cada carisma
específico. Esta comunicación es también la predicación legítima de la Palabra
de Dios.
Está presente en el P.
Alberione que sus hijos, hijas y empleados no deben temer esta vez –ya que este
siempre es el tiempo favorable–, en el hecho de que sus dones sirven en favor
del ser humano. Todo lo que Alberione vivió y dejó fue una ruta que conduce a
la plena configuración con Dios. Hay muchos caminos por los que uno puede
llegar a la santidad, el P. Alberione da testimonio al mundo de que gastar la
vida predicando el Evangelio a través de los medios de comunicación es uno de
ellos. Que toda la Familia Paulina
comunique y esté, entonces, al servicio de la verdad y la vida.
El P. Alberione pensaba al
principio en «una organización
católica de escritores, técnicos, libreros, distribuidores católicos... Pero
pronto, con una mayor luz, dio un paso definitivo: escritores, técnicos,
propagandistas, sí, pero religiosos y religiosas... donde las fuerzas están
unidas, donde la entrega es total, donde la doctrina es más segura. No hay
excesivas peculiaridades ni demasiadas formalidades en esta Familia, sino que
se busca la vida en Cristo Maestro y en la Iglesia». Dentro de estas
líneas-marco fueron naciendo las diversas instituciones paulinas.
LOS PAULINOS. 100 AÑOS DE HISTORIA
31 marzo 2014
Un carisma novedoso, actual,
necesario ¿Cómo se vive una llamada así? Y usted, un paulino ‘de a
pie’, ¿cómo se define?
Yo me definiría como una persona consagrada a
Dios, que quiere llevar el Evangelio de una manera concreta a las personas de
su tiempo, como hizo el padre Alberione. Tratamos que, con los medios de
comunicación, esté siempre Jesucristo. Y esto lo vivimos en dos vertientes
dentro de la Sociedad de san Pablo: como sacerdotes o como hermanos
consagrados; los dos con la misma misión, con los mismos derechos; unos
estarán detrás del altar en algunos momentos y otros delante.
¿Qué supondría para el padre
Alberione disponer de tantas herramientas de comunicación –redes sociales,
Internet, smartphones…- para su misión en el siglo XXI?
Yo creo que Alberione se volvería loco en el
buen sentido de la locura, ¿no? Vería maravilloso todo este mundo, porque
él fue pionero en muchas cosas dentro de la Iglesia, de los primeros que usaron
la radio, la televisión o el cine. Hizo inmensidad de viajes en avión, lo
cual en aquél momento, para un cura de pueblo hacer esos viajes, incluso
trasatlánticos, visitando casi todas las comunidades fundadas en todo el mundo…
Fue increíble. Posiblemente nos daría una colleja a los paulinos porque, lo
digo personalmente, parecemos un poquitín cobardes en los usos de estos medios.
Nos dan mucho respeto y, sin embargo, él los usaría sin ningún pudor y miedo.
En los 80 años que lleváis en
España, ¿qué iniciativas apostólicas o trabajos desarrolláis “para dar a
conocer Jesucristo al mundo”?
Lo más difundido y lo que más conoce la gente
de nuestro apostolado son las Librerías San Pablo. Y yo siempre digo que es algo
más. De allí no sólo te tienes que ir con un libro, te tienes que ir con un
consejo, sintiéndote escuchado, acogido. Porque para nosotros una librería es
como una Iglesia, incluso tenemos la presencia del Santísimo en una capillita
de la Librería de Sevilla. Es, por así decir, un púlpito distinto al de la
parroquia. Luego tenemos otra iniciativa en el mundo editorial con libros y
CDs; tenemos la revista Cooperador Paulino, alguna producción
de cine… Y en Sevilla tuvimos una emisora de radio durante unos 14 años, Onda
San Pablo. Luego hay un apostolado que se conoce poco y también es muy
querido, el apostolado bíblico. Es la Sociedad Bíblica Católica Internacional
(Sobicaín), que se dedica únicamente a difundir por el mundo la Biblia.
¿Cuánto tiempo lleváis en
Sevilla?
En Sevilla vamos a cumplir ahora 44 años.
¿Cómo fueron los primeros años?
En los comienzos no teníamos local.
Al llegar a un lugar lo que hacíamos era ir puerta por puerta, vendiendo
al estilo de los vendedores de enciclopedias. Así iban los paulinos y las
paulinas, muchas veces acogidos por otros religiosos que nos ofrecían sus
casas. La primera residencia que tuvimos en Sevilla estaba en la Plaza de
la Alfalfa, y allí, incluso, se hacía la venta poquito a poco. Nos iban
conociendo religiosas y religiosos que iban a nuestro piso a comprar material.
Después pudimos adquirir una casa en el barrio del Porvenir, donde actualmente
vivimos. La primera librería –que no estaba donde la tenemos ahora en Sierpes
57- era más pequeñita, estaba en el número 17. Y allí empezó la expansión. En
el año 87, lo recuerdo porque yo estaba ya aquí en Sevilla, nos hicimos con
este nuevo local, que es mucho más espacioso.
¿Qué otras actividades
evangelizadoras realizáis en Sevilla?
Siempre hemos estado insertos en la pastoral de
la diócesis, en la parroquia. No obstante, con la ocasión del centenario, hemos
querido dar un impulso a nuestra pastoral en Sevilla, y actualmente estamos
trabajando en varias parroquias. Donde más lo hacemos es en la parroquia de San
Sebastián, que es la nuestra. Allí tenemos algún grupo bíblico, en la animación
de la eucaristía de los domingos, etc. Colaboramos en un proyecto que llevamos
a cabo con Cáritas para personas sin techo, que se llama el ‘Proyecto
Lázaro’, y organizamos talleres de medios de comunicación, de Biblia,
retiros en parroquias o en colegios, y trabajamos también con el colegio de la
Sagrada Familia de las Hermanas Carmelitas de Vedruna.
El beato Santiago Alberione fundó
varias congregaciones e Institutos. Además de vosotros ¿existen otras
presencias de Familia Paulina en Sevilla?
Sí, somos diez ramas en toda la familia. En
España existen ocho, de las cuales en Sevilla estamos tres: los Paulinos, un
Instituto de Vida Secular Consagrada que se llama Virgen de la Anunciación -son
mujeres que se consagran a Dios por el ideal de la evangelización y hacen su
apostolado en los lugares más diversos, tanto ambientes eclesiales como en su
trabajo ordinario, su familia- y los cooperadores paulinos, una asociación de
laicos que colaboran y se reúnen periódicamente con nosotros, viven nuestra espiritualidad
y en su medida trabajan y hacen su apostolado en sus parroquias con nuestro
carisma.
Este año celebráis el
Centenario de vuestra fundación. ¿Cómo habéis afrontado este acontecimiento?
Uno de los retos que nos lanzó el padre general
fue que volviéramos a reavivar el espíritu de Santiago Alberione, volver al
espíritu original, a lo que él pensó pero con creatividad; no hacerlo como él
lo hizo, pero sí con su mismo espíritu, con su intensidad de soñar, con su
ímpetu. En los tres últimos años nos hemos estado preparando para ello.
¿Cómo lo vais a celebrar en
Sevilla?
Además de las actividades pastorales
comentadas, el miércoles 2 de abril tendremos una mesa redonda en el Círculo
Mercantil, en la calle Sierpes, presidida por el obispo auxiliar, con la
participación de Marcelino Manzano, delegado de Medios de la Archidiócesis, y
yo mismo, en torno a los medios de comunicación y la pastoral de la Iglesia. Y
el viernes próximo celebraremos una Eucaristía de acción de gracias que
presidirá nuestro arzobispo en la Capilla de la Virgen de los Reyes.
Autora: Dolores
Ramírez
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18 febrero 2017
DOMINGO, 19 DE NOVIEMBRE DE 2017
Identificando a un paulino
LOS MOMENTOS DEL APOSTOLADO
PAULINO
El apostolado paulino es una serie de
operaciones que va desde la concepción del mensaje hasta hacerlo llegar a
los destinatarios del mismo. Se distinguen tres momentos importantes: el
momento creativo, momento de ejecución técnica y momento de la difusión.
P. Danilo y seminaristas en el taller
San Pablo Colombia.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo
Momento creativo: son
las actividades que se desarrollan en torno a la Palabra, es concebir el
mensaje, e idear como se va a hacer realidad como proyecto audiovisual. El
Fundador llama a esta parte la redacción, afirma que debe tener en cuenta las
necesidades de los destinatarios del mensaje y que debe estar siempre en
dependencia de la Biblia, es decir de la Palabra de Dios.
Foto tomada por equipo vocacional
San Pablo
Momento de la realización técnica: Es un
momento de gran importancia porque se multiplica la Palabra de Dios a través
del trabajo manual o artesanal. Es el momento donde la idea toma una forma
determinada con la que va a salir a evangelizar.
Momento de la difusión: Según el padre Alberione,
es el más importante de los tres momentos, es la búsqueda de mercado y canales
adecuados para que se distribuya el mensaje que se encuentra en formato
audiovisual.
El dinamismo Evangelizador de los
Medios de Comunicación Social
El avance de la civilización ha aportado a la
comunicación nuevos y modernos instrumentos para expresarse, en este sentido,
el papa Pablo VI reconoció el trabajo del padre Alberione por impulsar el uso
de esos instrumentos en beneficio de la Iglesia, para evangelizar más
ampliamente.
El paulino se caracteriza por acoger
los medios más rápidos de comunicación.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo
Hoy la Iglesia no
puede continuar su labor sin el apoyo de estos medios, pues los recursos que se
usaban tradicionalmente ya no son suficientes. El sacerdote y especialmente el
religioso paulino debe familiarizarse con el manejo de estas nuevas
herramientas para responder a los retos del mundo actual.
Estos medios difunden y multiplican un mensaje
en poco tiempo, por eso se convierten en un canal adecuado para transmitir la
“fuerza de la salvación” que es fuerza del Espíritu que fecunda el trabajo que
el apóstol de la comunicación realiza.
Al principio el padre Alberione pensó en una
organización de escritores, técnicos, libreros y distribuidores católicos, y
dar orientaciones del apostolado; pero después se decidió a conformar una
comunidad religiosa para este fin, procurando así, alcanzar la más alta
perfección.
Contenido y Método Paulino de Evangelización
El padre Alberione insistía mucho en llevar
“Todo el Cristo al hombre y dar todo el hombre a Dios, por Jesucristo”.
Entendía que dar todo el Cristo significaba volver a las fuentes de la vida y
espiritualidad cristiana, es decir, volver a la Sagrada Escritura y la
liturgia; entonces a partir de estas fuentes se puede considerar a Cristo como
Maestro.
El apostolado procura
llevar la salvación a los
hombres.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo
En segundo lugar, significa llevar a todo el
hombre a Dios para que tenga una profunda relación con Él y para que llegué a
ser imagen de Jesucristo. En pocas palabras es salvar al hombre haciéndolo
verdaderamente cristiano.
Este mensaje se transmite a través de la
Iglesia para que el hombre de una respuesta, asumiendo la historia de Jesús
como propia en su vida cotidiana. El hombre no puede permanecer indiferente
ante el mensaje de salvación que recibe.
El
Apostolado, como medio de Santificación
El padre Santiago Alberione asociaba santidad y
apostolado, decía que era necesario que el apostolado estuviera orientado a
santificar a quienes lo realizaban. Afirmaba también que el apóstol vive dos
grandes amores: Dios y los hombres.
A través de los medios de comunicación,
El paulino santifica su vida.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo
Naturaleza del Apostolado
La naturaleza del apostolado es “Dar a Cristo”
tal como se ha presentado: Camino, Verdad y Vida. Esto significa dar el “Cristo
total”, pues el padre Santiago Alberione considero que debía usarse los medios
de comunicación para este fin.
En el taller San Pablo.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo
La naturaleza del apostolado tiene su raíz en
la predicación instrumental y se manifiesta en tres vertientes:
1. Enseñar:
que consiste en comunicar la verdad para abrir la inteligencia del hombre a las
riquezas de Cristo Jesús. Parte de la doctrina y la enseñanza del Evangelio.
2. Educar:
es guiar al hombre por el camino del comportamiento de Cristo. Es seguir una
moral para ser ejemplo de vida.
3. Santificar:
Es dar la vida por los hombres, es decir vivir la vida de Cristo.
La naturaleza del apostolado nos enseña que es
más importante el contenido que los medios que se usen. Es decir, que lo
urgente es transmitir al Cristo total con los medios que se encuentren a
nuestro alcance.
El Alma del Apostolado
La tarea del Apóstol San Pablo fue anunciar a
todos que Dios ama a los hombres (Hch 20, 22-24), sin embargo, era impulsado
por el Espíritu Santo en todo momento. El apostolado también es impulsado por
el mismo Espíritu, que nos comunica su amor para transmitirlo a los demás.
Imagen del Beato Alberione.
Tomada de San Pablo Vocaciones
El apostolado es un
acto de amor hacia Dios y hacia el prójimo. Al respecto San Bernardo, un
místico, ponía de ejemplo las cisternas y decía que, a diferencia del canal, la
cisterna se llena y después deja salir el agua que le sobra, en cambio el canal
solo deja pasar el agua. Igualmente nosotros debemos ser como las cisternas,
que nos dejamos llenar de la gracia de Dios para después poderla transmitir a
otros.
El alma del apostolado es la vida interior,
mantener una íntima relación con Dios. El alma del apostolado es el Espíritu
Santo, que apremia al apóstol y lo hace eficaz transmisor del amor de Dios.
Esto nos enseña que debemos permitir que el Espíritu Santo nos guíe y cultivar
una buena relación con Dios.
San Pablo y El Padre Alberione Apóstoles de Cristo
San Pablo y el Padre Alberione Apóstoles de Cristo
Imagen de San Pablo, tomada del sitio web
La Misericordia en los tiempos finales
El Apóstol San Pablo tuvo un encuentro con
Jesús n el camino de Damasco, esta experiencia cambió su vida radicalmente, ha
visto al Señor por voluntad de Dios y ha sido llamado a ser apóstol de Cristo.
El mismo apóstol Pablo afirma que tiene todo el
derecho de llamarse apóstol gracias a este encuentro, por eso es:
Apóstol de la luz, por su encuentro con Cristo.
Apóstol del sufrimiento de la muerte, porque se
identifica con la de Cristo.
Apóstol de la libertad.
Apóstol de la universalidad, porque emprende su
misión de evangelizar a todo el mundo.
Apóstol de los medios de comunicación, porque
usara los viajes y las cartas que eran el medio más rápido de su tiempo.
Apóstol del amor, porque es la gracia que ha
recibido de Dios.
Imagen del Padre Santiago Alberione,
Tomada del sitio web Familia paulina
El padre Santiago
Alberione siguió las huellas de San Pablo y sintió la necesidad de transmitir
la Palabra de Dios en nuestros días, hizo suya la misión de llevar “La palabra
de Dios a los hombres de hoy con los medios de hoy”.
En la noche de su iluminación, decidió impulsar
su trabajo bajo las palabras de Jesús mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la
vida” (Jn 14, 6), este se convierte en un programa de vida no solo para el
padre Alberione, sino también para los paulinos en general.
Hoy la Familia Paulina continúa evangelizando a
través de la prensa, la radio, la televisión y el Internet; procurando siempre
mantener una espiritualidad firme, de donde alcanza la gracia de Dios, para
hacer efectivo este trabajo.
Los Paulinos en España
La Sociedad de San Pablo es
una congregación religiosa apostólica, fundada por el padre Santiago Alberione
en Alba (Cuneo, Italia), el 20 de agosto de 1914, para predicar el evangelio
valiéndose en particular de las nuevas tecnologías en la nueva cultura de la
comunicación. Apenas transcurridos 20 años, el Fundador envía en 1934 a uno de
sus primeros seguidores, el padre Desiderio Costa (1901-1989), a comenzar su
obra en tierras españolas, y él será el primer Superior Provincial, desde la
erección de las Provincias y Regiones, en 1956, hasta 1971.
La Sociedad de San
Pablo operó durante muchos años fundamentalmente en Zalla-Bilbao y en
Coslada-Madrid, con gran autonomía e independencia entre ambas comunidades,
tanto en el campo apostólico como en las actividades formativas de los profesos
y aspirantes paulinos, siguiendo el llamado “modelo albés”. La casa de León,
abierta en 1951, atravesó momentos difíciles y por circunstancias diversas tuvo
que cerrarse en 1953.
En diciembre de 1951 comienza en Zalla (Vizcaya) la
publicación de la revista “Familia Cristiana” y por esas fechas se ponen en
marcha en Madrid otras publicaciones periódicas que no lograron sobrevivir: “El
Ángel del Hogar” (hoja dominical), “Valentín” (revista infantil) y “Vida
Pastoral”. Hacia 1952 comienza sus actividades “San Pablo Films”, que llegó a
adquirir notable desarrollo, con Agencias en Madrid, Bilbao, Barcelona,
Valencia, Sevilla y Valladolid, regidas por paulinos y paulinas. En torno a
1960 surge la comunidad de Protasio Gómez, que no tarda en convertirse en sede
del Gobierno Provincial.
A mediados de la década de los
setenta, coincidiendo con los notables cambios sociopolíticos y religiosos, que
supusieron una gran pérdida de miembros, se empiezan a tomar las primeras
medidas importantes para la unificación de la vida paulina y apostólica de la
SSP Provincia de España, con la centralización administrativa, la distinción
entre comunidades y actividades apostólicas y la supresión de las imprentas
propias. Efectivamente, la crisis posconciliar, las sucesivas reformas
educativas del país y las nuevas tecnologías que van surgiendo, sobre todo en
el campo de las artes gráficas, son algunas de las principales razones que
aconsejan el cierre de los dos “colegios apostólicos” de Zalla (Vizcaya) y de
Coslada (Madrid) y de las imprentas anexas a los mismos. Al mismo tiempo, y de
una manera escalonada, se produce la apertura de cinco comunidades: Sevilla
(1970), Oviedo (1972-1999), Valencia (1975-1988), Las Rozas (1976-2012) y
Barcelona (1980-2003), a lo que hay que añadir la ampliación, en diciembre de
1978, de las instalaciones de Protasio Gómez, sede actual de las actividades
apostólicas propias de la Dirección General, de la División Editorial y de la
Administración centralizada de la Provincia.
Durante la década de los
ochenta tiene lugar un fuerte período de expansión y consolidación de la
actividad editorial, ya un poco más organizada y profesionalizada, con tres
sectores apostólicos de creación y producción editorial (libros, música,
vídeos), ofertando temas, colecciones y proyectos editoriales que son
apreciados y difundidos a una y otra parte del Atlántico. En 1988 se inaugura
la Casa de Formación, en Vizconde de los Asilos, Madrid, que acoge una nueva
comunidad paulina (Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional, algunos profesos y un
pequeño grupo de postulantes y aspirantes). En dicha sede se instalan también
las oficinas para el relanzamiento de “Familia Cristiana”, que, tras sucesivos
esfuerzos y campañas, no será capaz de encontrar la fórmula adecuada, por lo
que dejará de publicarse en 1995. Pocos años antes, San Pablo Films va cerrando
las Agencias para centrarse en el campo de vídeo.
A partir de 1990 tratamos de
organizarnos un poco más y de responder mejor a los nuevos retos que nos
presentan la nueva cultura, la sociedad y la Iglesia. Así en 1992, siguiendo
las directrices del Gobierno General tanto para los países del CIDEP (creado en
1991) como para toda la Congregación, que nos instaba a una mayor organización,
tiene lugar el nombramiento del primer Director General de Aposto-lado, con la
correspondiente descripción de objetivos, orientaciones, ámbitos y plazos de su
tarea, como autoridad delegada para las obras apostólicas.
Durante este período
se intensifica también la asunción progresiva y decidida de un buen número de
empleados o colaboradores laicos en todas las actividades apostólicas de SAN
PABLO en España, contando actualmente con una plantilla de 100 empleados
(editorial, comercial, administración, servicios).
El 2 de mayo de 1994 nace
una nueva comunidad paulina en el sur de Madrid, en la calle Resina, y en torno
a ella la moderna y funcional sede de la División Comercial (márketing, ventas,
logística, almacenes). En los últimos años, la red de Librerías SAN PABLO
nacional se expande, pasando de cuatro (Bilbao, Madrid, Sevilla, Oviedo) a
diez: Palma de Mallorca (1993), calle Alcalá, en Madrid (1998), Santiago de
Compostela (1999), Pamplona (2006), Zaragoza (2009), Murcia (2010). El 12 de
enero de 1996 emite por primera vez Onda SAN PABLO de Sevilla, que cerrará sus
emisiones el 8 de septiembre de 2007, que cerraría sus emisiones en 2008.
Uno de los medios
privilegiados para el conocimiento, divulgación y difusión de la vida y misión
paulina en España ha sido fundamentalmente la revista “Cooperador Paulino”, que
se editó de una manera irregular de 1935 a 1969. Después de un largo
paréntesis, a partir de 1980 la revista se edita periódicamente. “Cooperador
Paulino” es también un óptimo apoyo para dar a conocer las novedades
editoriales y el fondo del “Catálogo General” de SAN PABLO, que actualmente
cuenta con más 800 títulos de libros, 200 títulos de CD´s, una librería virtual
en www.sanpablo.es e importantes proyectos multimedia.
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