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No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

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No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 26 de noviembre de 2019

Biografía: Beato Santiago Alberione Fundador de la Familia Paulina. Martes, 26 - Noviembre - 2019

"Ventana abierta"



Beato Santiago Alberione
Fundador de la Familia Paulina


Santiago Alberione nació en San Lorenzo di Fossano (Cuneo, Piamonte) el 4 de abril de 1884, quinto hijo de Miquel y Teresa Allocco.
En octubre de 1900 entró en el seminario diocesano de Alba y el 29 de junio de 1907 fue ordenado sacerdote.
El 20 de agosto de 1914, en Alba dio inicio a la Sociedad San Pablo para la evangelización con los instrumentos de comunicación social, seguida por las otras fundaciones que forman la Familia Paulina: Hijas de San Pablo, Pías Discípulas de Divino Maestro, Hermanas de Jesús Buen Pastor, Instituto Reina de los Apóstoles para las vocaciones (Hermanas Apostolinas); los Institutos agregados: San Gabriel Arcángel, María de la Anunciación, Santa Familia y Jesús Sacerdote; los Cooperadores Paulinos.
Varias veces dio la vuelta al mundo para reunirse con sus hijos e hijas esparcidos por el mundo en todos los continentes de la tierra y estimularlos a una vida cada vez más contemplativa y apostólica.
El secreto de su inmensa actividad apostólica está en su vida interior impulsada en un crecimiento continuo a realizar las palabras del Apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).
El 26 de noviembre de 1971, a la edad de 87 años, confortado por la visita y por la bendición del Papa Paulo VI, dejó la tierra para volver a la Casa del Padre.

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma el 27 de abril de 2003.
«Ser santos no es privilegio de unos pocos, sino una vocación para todos.»
Papa Francisco

26 de noviembre de 2019 
Hoy se conmemora al Beato Santiago Alberione, considerado patrono de Internet


Redacción ACI Prensa

El 26 de noviembre se recuerda al Beato Santiago Alberione, fundador de la “Familia Paulina” y considerado patrono de Internet. Él prometió que “desde la Casa del Padre, me preocuparé de los comunicadores y de todos aquellos que trabajan con los medios más modernos y eficaces”.

Santiago Alberione nació en Italia en 1884 en una familia campesina. Siendo niño, la maestra le preguntó qué es lo que quería ser cuando fuera grande y él respondió: “quiero ser cura”.
A los 16 años ingresó al seminario de Alba y conoció al canónigo Francisco Chiesa, quien fue su guía espiritual por 46 años. Interpelado por la encíclica “Tametsi Futura” (sobre Jesucristo Redentor) del Papa León XIII, la noche del 31 de diciembre de 1900, Alberione rezó por horas ante el Santísimo Sacramento.
En ese momento, una “luz especial” apareció sobre la hostia consagrada y se sintió profundamente llamado a servir al Señor en los hombres del nuevo siglo.

Fue ordenado sacerdote en 1907 y, en medio del trabajo pastoral y del estudio de la sociedad civil y eclesial, comprendió que Dios lo animaba a predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del Apóstol Pablo y con los modernos medios de comunicación.

Es así que en agosto de 1914, el P. Alberione inició la “Familia Paulina” con la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo. Posteriormente inició la Congregación de las Hijas de San Pablo, las Pías Discípulas del Divino Maestro, las Hermanas de Jesús Buen Pastor y el Instituto Regina Apostolorum.
A ellos se sumaron los institutos de vida secular consagrada como San Gabriel Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote y Santa Familia. En total, 10 instituciones en las que también se incluye a los Cooperadores Paulinos.

Fue un gran impulsor de la impresión de ediciones populares de libros sagrados y diversas publicaciones de formación católica, litúrgica y pastoral.



En 1962 fue invitado a participar del Concilio Vaticano II y San Juan XXIII decía de él: “este sí que es un gran hombre de Dios”. Al final de su vida, el Beato Alberione fue visitado por su amigo el Beato Papa Pablo VI.

Partió a la Casa del Padre un 26 de noviembre de 1971 y fue beatificado por San Juan Pablo II en 2003, en el día de la Solemnidad de la Divina Misericordia.

Según los Paulinos en España en el 2002 el Vaticano llamó a los fieles para que propongan un patrono de internet y la votación se realizó en la página italiana Santi e Beati en el 2003. Santiago Alberione quedó en primer lugar y tras su beatificación fue nombrado Patrono de las Comunicaciones y de Internet por el Colegio de Cardenales.


El P. Santiago Alberione, Fundador de la Familia Paulina, fue uno de los apóstoles más creativos del siglo XX. 
Nacido en San Lorenzo di Fossano (Cúneo, Italia) el 4 de abril de 1884, recibió el bautismo al día siguiente. La familia Alberione, compuesta por Michele y Teresa Allocco más seis hijos, pertenecía a la clase campesina, era profundamente cristiana y trabajadora.

El pequeño Santiago, cuarto de los hijos, experimenta pronto la llamada de Dios: el primer año de la escuela elemental, al preguntarle la maestra qué hará cuando sea mayor, respondió: “Quiero ser cura”. Los años de la niñez se orientan en esa dirección.

Trasladada la familia al pueblecito de Cherasco, parroquia de San Martín, diócesis de Alba, el párroco don Montersino ayuda al adolescente a tomar conciencia y a responder a la llamada. A los 16 años, Santiago es admitido en el seminario de Alba y enseguida se encuentra con quien le será padre, guía, amigo y consejero durante 46 años: el canónigo Francisco Chiesa.

Al término del Año Santo 1900, habiéndose sentido interpelado por la encíclica de León XIII “Tametsi futura”, Santiago vive la experiencia determinante de su vida. La noche del 31 de diciembre de 1900, puente entre los dos siglos, el joven seminarista reza cuatro horas seguidas ante el Smo. Sacramento y proyecta en la luz de Dios su futuro. Una “luz especial ”  le vino de la Hostia, y desde aquel momento se siente “profundamente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo”: “obligado a servir a la Iglesia” con los nuevos medios que el ingenio humano presentaba.

El itinerario del joven Alberione prosigue intensamente durante los años del estudio de la filosofía y la teología. El 29 de junio de 1907 es ordenado sacerdote. Sigue una breve pero decisiva experiencia pastoral en Narzole (Cúneo), como vicepárroco.  Allí encuentra al jovencito José Giaccardo, que para él será lo que fue Timoteo para el apóstol Pablo. Y también allí, el P. Alberione madura la comprensión de lo que puede hacer la mujer implicada en el apostolado.

En el seminario de Alba desempeña el cargo de Padre espiritual de los seminaristas mayores y menores, y da clases de varias asignaturas. Se presta para la predicación, catequesis y conferencias en diversas parroquias de la diócesis. Dedica asimismo mucho tiempo al estudio sobre la situación de la sociedad civil y eclesial de su tiempo y sobre las nuevas necesidades que se entrevén.


Comprende que el Señor le guía a una misión nueva: predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del apóstol Pablo, utilizando los medios modernos de comunicación. Atestiguan tal orientación dos libros suyos: Apuntes de teología pastoral (1912) y La mujer asociada al celo sacerdotal (1911-1915).
Dicha misión, para tener carisma y continuidad, debe ser asumida por personas consagradas, pues “las obras de Dios se hacen con los hombres de Dios”. Y así, el 20 de agosto de 1914, mientras en Roma muere el papa Pío X, en Alba el P. Alberione da inicio a la “Familia Paulina” con la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo. El comienzo es pobrísimo, de acuerdo con la pedagogía divina: “empezar siempre desde un pesebre”.

La familia humana —en la que el P. Alberione se inspira— está compuesta de hermanos y hermanas. La primera mujer que sigue al P. Alberione es una muchacha veinteañera de Castagnito (Cúneo): Teresa Merlo. Con su aporte, Alberione da comienzo a la congregación de las Hijas de San Pablo (1915). Lentamente la “Familia” se desarrolla, las vocaciones masculinas y femeninas aumentan, el apostolado se delinea y toma forma.

En diciembre de 1918 se produce una primera partida de “hijas” hacia Susa (Turín): empieza una intrépida historia de fe y de iniciativas, que engendra incluso un estilo característico, denominado “a la paulina”. 

Este camino parece interrumpirse en 1923, cuando el P. Alberione enferma gravemente y el diagnóstico de los médicos no deja esperanzas. Pero el Fundador reemprende milagrosamente el camino: “San Pablo me curó”, comentará después. Por entonces aparece en las capillas paulinas la frase que, en sueño o en revelación, el divino Maestro dirige al Fundador: “No temáis - Yo estoy con vosotros - Desde aquí quiero iluminar - Caminad en continua conversión”.

Al año siguiente viene a la vida la segunda congregación femenina: las Pías Discípulas del Divino Maestro, para el apostolado eucarístico, sacerdotal, litúrgico. A guiarlas en la nueva vocación, el P. Alberione llama a la joven Hna. Ma. Escolástica Rivata, que morirá a los noventa años en olor de santidad.

En el campo apostólico, el P. Alberione promueve la impresión de ediciones populares de los Libros Sagrados, y con las publicaciones periódicas se lanza a las formas más rápidas para hacer llegar el mensaje de Cristo a los lejanos.

 En 1912 ya había aparecido la revista Vida Pastoral destinada a los párrocos; El Domingo, hojita semanal para la animación de la liturgia dominical, sale en 1921; en 1931 nace Familia Cristiana, revista semanal con la finalidad de alimentar la vida cristiana de las familias. Seguirán: La Madre de Dios (1933), “para desvelar a las almas las bellezas y las grandezas de María”; Pastor bonus (1937), revista mensual en latín; Camino, Verdad y Vida (1952), revista mensual para dar a conocer y enseñar la doctrina cristiana; La Vida en Cristo y en la Iglesia (1952), con el fin de hacer “conocer los tesoros de la Liturgia, difundir cuanto sirve a la Liturgia, vivir la Liturgia según la Iglesia”. El P. Alberione piensa también en los muchachitos: para ellos empieza a publicar en 1924 Il Giornalino 1.

Se pone mano asimismo a la construcción del gran templo dedicado a san Pablo en Alba. Seguirán los otros dos a Jesús Maestro (en Alba y Roma) y el santuario a la Reina de los Apóstoles (Roma). Sobre todo se mira a salir de los confines locales y nacionales. En 1926 nace la primera Casa filial en Roma, seguida en los años sucesivos por muchas fundaciones en Italia y en otras naciones.

Entretanto crece el edificio espiritual: el Fundador inculca el espíritu de entrega mediante “devociones” de fuerte dinamismo apostólico: a Jesús Maestro y Pastor “Camino y Verdad y Vida”, a María Madre, Maestra y Reina de los Apóstoles; a san Pablo apóstol. Es precisamente la referencia al Apóstol lo que califica en la Iglesia a las nuevas instituciones como “Familia Paulina”. 
La meta ansiada por el Fundador como primer empeño, es la conformación plena con Cristo: acoger todo el Cristo Camino y Verdad y Vida en toda la persona, mente, voluntad, corazón, fuerzas físicas. Orientación codificada en el librito Donec formetur Christus in vobis (1932).

En octubre de 1938 el P. Alberione funda la tercera congregación femenina: las Hermanas de Jesús Buen Pastor o “Pastorcitas”, destinadas al apostolado pastoral directo en auxilio de los Pastores.

Durante el obligado paréntesis de la segunda guerra mundial (1940-1945), el Fundador no se detiene en su itinerario espiritual. Va acogiendo en medida creciente la luz de Dios en un clima de adoración y contemplación. De ello son testimonio los Cuadernillos espirituales, en los que anota las inspiraciones y los medios que adoptar para responder al proyecto de Dios. En esta atmósfera espiritual nacen las meditaciones que cada día dicta a los hijos e hijas, las directrices para el apostolado, la predicación de incontables retiros y cursos de ejercicios (recogidos en sendos opúsculos).

 El empeño del Fundador es siempre el mismo: hacer comprender a todos que “la primera preocupación en la Familia Paulina será la santidad de la vida, la segunda la santidad de la doctrina”. A la luz de esto hay que entender su Proyecto de una enciclopedia sobre Jesús Maestro (1959).
En 1954, recordando el 40 aniversario de fundación, el P. Alberione aceptó por primera vez que se escribiera de él en el volumen Mi protendo in avanti 2, y consintió en facilitar algunos apuntes suyos acerca de los orígenes de la fundación. Surgió así el librito Abundantes divitiæ gratiæ suæ, que se considera como la “historia carismática de la Familia Paulina”. 
Familia que fue completándose entre 1957 y 1960, con la fundación de la cuarta congregación femenina, el Instituto Regina Apostolorum para las vocaciones (Hermanas “Apostolinas”), y de los Institutos de vida secular consagrada: San Gabriel Arcángel, Virgen de la Anunciación, Jesús Sacerdote y Santa Familia. Diez instituciones (incluidos los Cooperadores Paulinos), unidos todos ellos por el mismo ideal de santidad y de apostolado: la reafirmación de Cristo “Camino, Verdad y Vida” en el mundo, mediante los instrumentos de la comunicación social.

A lo largo de los años 1962-1965, el P. Alberione es protagonista silencioso pero atento del Concilio Vaticano II, a cuyas sesiones participa diariamente. Entre tanto, no faltan tribulaciones y sufrimientos: la muerte prematura de sus primeros colaboradores, Timoteo Giaccardo y Tecla Merlo; la preocupación por las comunidades en países con dificultades y, personalmente, una martirizadora escoliosis, que le atormentaba noche y día.

Vivió 87 años. Cumplida la obra que Dios le había encargado, el 26 de noviembre de 1971 dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del papa Pablo VI, que nunca ocultó su admiración y veneración por el P. Alberione. Es conmovedor el testimonio que dio de él en la audiencia concedida a la Familia Paulina el 28 de junio de 1969 (el Fundador tenía 85 años):
“Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre ensimismado en sus pensamientos, que van de la oración a la acción, siempre atento a escrutar los “signos de los tiempos”, es decir, las formas más geniales de llegar a las almas... Nuestro P. Alberione ha dado a la Iglesia nuevos instrumentos para expresarse, nuevos medios para vigorizar y ampliar su apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia de la validez y de la posibilidad de su misión en el mundo moderno y con los medios modernos. Deje, querido P. Alberione, que el Papa goce de esta prolongada, fiel e incansable fatiga y de los frutos por ella producidos para gloria de Dios y bien de la Iglesia”.

El 25 de junio de 1996, el papa Juan Pablo II firmó el Decreto con el que se reconocen las virtudes heroicas del futuro Beato.

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, el domingo 27 de abril de 2003, durante la Misa celebrada en la Plaza San Pedro con ocasión del segundo Domingo de Pascua, solemnidad de la Divina Misericordia.


26  - Noviembre - 2019
Meditación Santiago Alberione de la comunidad en Roma

Tecla merlo
Cofundadora de las Hijas de San Pablo


Roma, 7 de febrero de 1964
Recordamos las palabras de la Sagrada Escritura: “La mano del Señor está sobre mí” (Is 61, 1). así pudo decir la Primera Maestra.
El Señor, creando su alma la predestinó a la santidad y a acompañar a muchas almas en el camino de la santidad y la enriqueció con muchos dones. Luego, en la fuente bautismal el Espíritu Santo le infundió gracias particulares en orden a su misión futura y así, sucesivamente, a su debido tiempo, por medio de los sacramentos, Confesión y Comunión.
La plantita fue rodeada de cuidados solícitos en la familia, en la parroquia, en la escuela y en todos los ambientes. Siempre dócil, siempre generosa. Y más tarde también conoció la vida religiosa, cuando asistió a la escuela de trabajo en el Instituto de Santa Ana.

Era una joven débil de salud y enfermiza. Pero el Señor hace lo que quiere y se sirve de quien quiere. Hay que pensar que la santidad encuentra siempre su base en la conducta y en la vida sabiamente humanas. Primero deben estar presentes las virtudes naturales, después las virtudes sociales y familiares; entonces se construye sobre estas virtudes el edificio de las virtudes cristianas y religiosas.

Llamada por Dios hacia los veinte años, a una misión especial, se unió al pequeño grupo de jovencitas que se preparaban a convertirse, a su debido tiempo, en las Hijas de San Pablo.
Era muy frágil de salud, tanto que cuando inició la nueva vida, se dudaba que pudiera continuar. En efecto, apenas entró, comenzó a mostrar su debilidad física y sus enfermedades. Pero incluso en esto, intervino el Señor en forma tal que, con la gracia divina, con su fortaleza y prudencia, llegó hasta los 70 años, trabajando asiduamente en muchos empleos delicados y constantes, y no obstante, siempre débil, pero siempre fuerte, cuando para su oficio se necesitaba fortaleza.

El aprendizaje del Instituto de las Hijas de San Pablo fue trabajoso: se trataba de una misión nueva. En ese tiempo la Primera Maestra fue orientada abundantemente por el Canónico Chiesa: así dilató ella su mente y su corazón hacia las almas y aprendió a conocer los medios técnicos y su importancia para la difusión del bien. Fue luego excelente catequista en la Parroquia de los Santos Cosme y Damián, en Alba. Desde entonces, a las virtudes cristianas iba añadiendo las virtudes religiosas.
Así preparada y amada por su bondad, siempre humilde y ejemplar, fue encargada del cuidado de la comunidad, y cumplió este encargo hasta el final de su vida. Y ahora creemos que protege su Congregación desde el cielo.


En su gobierno enseñaba más con el ejemplo y consideraba la oración, un medio insustituible. Su forma de mandar siempre suave. Todas las Hijas de San Pablo pueden testimoniarlo.
Para las Hijas de San Pablo se trataba de una vocación nueva. Ella las dirigía y sostenía. En las dificultades, era siempre como el aceite en los engranajes. Un día en Turín dijo: Desde hoy precederé a estas Hijas para animarlas, para defenderlas de los peligros y enseñarles cómo presentarse y comportarse en la propaganda de los libros. La preparación de las Constituciones, las aprobaciones, las iglesia, las Casas nuevas, el crecer continuo de las vocaciones, la administración, etc., en un Instituto nuevo y un tanto singular, presentaba ciertamente muchas dificultades que ella resolvía especialmente con la adoración al Santísimo Sacramento.

La historia interna y externa del Instituto, su vida y sus virtudes son cosas muy conocidas y las Hijas de San Pablo las conocen muy bien. Cada año una página nueva, edificante, infundiendo ánimo. No sólo las Hijas de San Pablo de Italia conocen su espíritu paulino y apostólico, sino también las del extranjero, y esto lo he constatado también en 1963, en la visita a las casas a las que pude llegar.

Se deben poner de manifiesto los dos secretos de su vida, que son los secretos de los Santos y de los Apóstoles: humildad y fe. La Primera Maestra tuvo humildad y fe: estos son los secretos de su santidad. Estos son la explicación de tanta virtud y tantos resultados en el apostolado, en varias naciones, a las cuales se agregan otras naciones año tras año. De hecho, también hoy se siguen abriendo nuevas casas en nuevos Países para llevar el mensaje de la salvación con los medios de las comunicaciones sociales.

Humildad que lleva a la docilidad. Muchas veces todo parecía oscuro, lleno de riesgos y no estimado; pero la virtud superaba a la dificultad.

Fe: la fe que lleva a la oración. Cada uno conoce, en cuanto ha podido acercarse a ella, su espíritu de oración. El espíritu de oración del que sacó aquella sabiduría de gobierno, que todos conocen.

Anteayer, el Cardenal Larraona decía a uno de nuestros sacerdotes: “En mi vida la persona más prudente que he conocido ha sido la Madre Tecla, la Maestra Tecla”.

Hay que añadir también que se rodeó de colaboradoras bien escogidas; como escogidas fueron también las personas enviadas a fundar casas fuera de Italia. A veces parecía que una elección no era la más sabia, pero los acontecimientos han demostrado que la guiaba el Espíritu de Dios. Recuérdese que ayudó en todas las iniciativas, a todas las Congregaciones Paulinas hasta la última: a las Hermanas Apostolinas. Cuántos consejos dio en los encuentros con las Hermanas de las otras Congregaciones Paulinas. También quiso indicar el hábito que convenía escoger como hábito religioso, para algunas de ellas.

La Primera Maestra no era sólo una superiora, sino que era la Madre del Instituto. Ustedes tendrán otras superioras. Serán las que cumplan el oficio y sigan los ejemplos de la Primera Maestra; pero no serán las Madres. Por ello estudiar su espíritu, recordar sus ejemplos, leer lo que ella ha escrito y en especial seguir los consejos, los avisos, las conferencias, que ella sabía presentar a tiempo debido, y en forma tan gustosa y buena que todo era acogido y llevado en el corazón.

Ahora dos conclusiones: la primera es sufragar su alma.
Los sufrimientos que tuvo en su vida y los sufrimientos de su última enfermedad, sin duda han sido santificadores y purificadores. Sin embargo, nosotras tenemos la obligación de sufragar su alma.

Esta mañana he comenzado las Misas Gregorianas, ayer había celebrado la misa en Albano, para iniciar los sufragios. Hoy retornarán acá sus restos. Todas deben recordar lo que ha enseñado y los ejemplos que ha dado.

Segunda conclusión: la Primera Maestra ha señalado el camino con muchos sacrificios y ha dado pasos difíciles que, algunas veces, parecían hasta arriesgados. Era débil en cuanto a salud, pero fuerte en cuanto al espíritu; tenaz y obediente hasta el sacrificio. El Señor siempre ha premiado su virtud. Por esto seguir sus ejemplos, seguir su espíritu religioso y su espíritu apostólico.

¡Cuántas veces hablaba de llevar un poco de bien a las almas, de llevar al mundo un poco de luz! Siguió bien las tres devociones principales: a Jesús Maestro, a la Reina de los Apóstoles y a San Pablo Apóstol.

Por esto, seguir la senda trazada por la Primera Maestra, que es una senda que sube, sube hacia la perfección, un camino que sube, es decir, un desarrollo continuo del Instituto.
Últimamente les recalcaba la necesidad de escoger bien las vocaciones y orientarlas hacia el apostolado; orientarlas bien porque éste es el color, el carácter que tiene la vida religiosa paulina. Estas son las dos consecuencias, las dos resoluciones: continuar los sufragios por su alma y seguir sus ejemplos y sus enseñanzas



Beato Santiago Alberione


Sacerdote, pionero en el uso de los medios de comunicación social en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Juan Pablo II lo beatificó el 27 de abril.

Juan Pablo II ha destacado la herencia espiritual dejada por el sacerdote Giacomo Alberione (1884-1971), fundador de la Familia Paulina, «apóstol de los tiempos nuevos», en los dos encuentros que ha mantenido entre el domingo y el lunes con los peregrinos que vinieron a Roma con motivo de su beatificación.

«Intuyó la necesidad de dar a conocer a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, “a los hombres de nuestro tiempo con los medios de nuestro tiempo”», aclaró el Papa durante la homilía de este domingo, pronunciada al proclamarle beato en la plaza de San Pedro del Vaticano ante unos 50.000 peregrinos.


«Su inspirador fue el apóstol Pablo, al que definiría “teólogo y arquitecto de la Iglesia”, permaneciendo siempre dócil y fiel al Magisterio del Sucesor de Pedro, “faro” de verdad en un mundo privado con frecuencia de sólidos referentes», aclaró el obispo de Roma.

Al explicar el motivo de la fundación de la Familia Paulina, el Papa recordó las palabras del beato, a quien le gustaba repetir: «Estos medios deben ser utilizados por un grupo de santos.»


Este lunes, al encontrarse de nuevo en la Sala de las Audiencias del Vaticano con los peregrinos que participaron en la beatificación, el Papa enmarcó la vocación del beato en el contexto de la Iglesia universal.
«Atento a los signos de los tiempos, don Alberione no sólo abrió a la evangelización los modernos “púlpitos” de la comunicación social, sino que concibió su obra como una acción orgánica dentro de la Iglesia y a su servicio», constató Juan Pablo II.
«Que desde el Cielo don Alberione ayude a su familia a ser como él quería, “san Pablo vivo hoy”», concluyó.

Más información:
http://www.alberione.org


La mujer asociada a la misión sacerdotal

«Para salvar a la humanidad, escribe el P. Alberione en su libro La mujer asociada al celo sacerdotal, Dios no pudo prescindir de la mujer, de una gran mujer: María, la Madre de su Hijo.» Y pretende reconducir a la mujer a la corresponsabilidad eclesial y evangelizadora, convencido de que la dimensión femenina de la Iglesia y su visión en la sociedad y en el mundo sólo se alcanzará a través de la mujer. 



En la Familia Paulina, las Hijas de San Pablo comparten con los sacerdotes de la Sociedad de San Pablo la misión de difundir el mensaje de la salvación con los medios de la comunicación social.

Pero lo que hace fuertes a las Hijas de San Pablo no son los instrumentos de comunicación social que usan en su apostolado, sino la espiritualidad centrada en Jesús Maestro, camino, verdad y vida, la adoración eucarística diaria, la fidelidad a los medios de comunicación social, vivido todo según el espíritu de san Pablo: «Me gasto por el evangelio... ¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!...»


La Hija de San Pablo sabe que puede realizar su vocación maternal como María, engendrando en el apostolado «hijos de Dios». Sabe que se convierte en madre en el momento en que el mensaje de Cristo llega al corazón del lector, del oyente..., de cualquier persona pobre de verdad. Ahí nace un hijo de Dios. El P. Alberione quiere a la mujer activa en la oración y, por tanto, no sola, sino al lado del sacerdote, para enriquecer la eficacia del apostolado de ambos: todo visto proféticamente como un retorno al plan de Dios, a su praxis (Cristo-María) y, por tanto, como acto de obediencia a su voluntad.

Familia Paulina


El objetivo de la Familia Paulina, en todo el mundo, es continuar la misión del Beato Santiago Alberione. Las Fundaciones iniciadas por él, tienen una razón especial en la medida en que se hereda el legado y el espíritu de San Pablo. Todo lo que se lleva a cabo por los Padres y Hermanos Paulinos, Paulinas, Pías Discípulas, Pastorcitas, Apostolinas, Cooperadores Paulinos y los Institutos agregados: Anuciatinas, Gabrielinos, Sagrada Familia y Jesús Sacerdote es intensamente comunicación que gana su propia forma de acuerdo a cada carisma específico. Esta comunicación es también la predicación legítima de la Palabra de Dios.
Está presente en el P. Alberione que sus hijos, hijas y empleados no deben temer esta vez –ya que este siempre es el tiempo favorable–, en el hecho de que sus dones sirven en favor del ser humano. Todo lo que Alberione vivió y dejó fue una ruta que conduce a la plena configuración con Dios. Hay muchos caminos por los que uno puede llegar a la santidad, el P. Alberione da testimonio al mundo de que gastar la vida predicando el Evangelio a través de los medios de comunicación es uno de ellos. Que toda la Familia Paulina comunique y esté, entonces, al servicio de la verdad y la vida.

El P. Alberione pensaba al principio en «una organización católica de escritores, técnicos, libreros, distribuidores católicos... Pero pronto, con una mayor luz, dio un paso definitivo: escritores, técnicos, propagandistas, sí, pero religiosos y religiosas... donde las fuerzas están unidas, donde la entrega es total, donde la doctrina es más segura. No hay excesivas peculiaridades ni demasiadas formalidades en esta Familia, sino que se busca la vida en Cristo Maestro y en la Iglesia». Dentro de estas líneas-marco fueron naciendo las diversas instituciones paulinas.
LOS PAULINOS. 100 AÑOS DE HISTORIA
31 marzo 2014

 

Un carisma novedoso, actual, necesario  ¿Cómo se vive una llamada así?  Y usted, un paulino ‘de a pie’, ¿cómo se define?

Yo me definiría como una persona consagrada a Dios, que quiere llevar el Evangelio de una manera concreta a las personas de su tiempo, como hizo el padre Alberione. Tratamos que, con los medios de comunicación, esté siempre Jesucristo.  Y esto lo vivimos en dos vertientes dentro de la Sociedad de san Pablo: como sacerdotes o como hermanos consagrados; los dos con la misma misión, con los mismos derechos;  unos estarán detrás del altar en algunos momentos y otros delante.

¿Qué supondría para el padre Alberione disponer de tantas herramientas de comunicación –redes sociales, Internet, smartphones…- para su misión en el siglo XXI?

Yo creo que Alberione se volvería loco en el buen sentido de la locura, ¿no?  Vería maravilloso todo este mundo, porque él fue pionero en muchas cosas dentro de la Iglesia, de los primeros que usaron la radio, la televisión o el cine. Hizo  inmensidad de viajes en avión, lo cual en aquél momento, para un cura de pueblo hacer esos viajes, incluso trasatlánticos, visitando casi todas las comunidades fundadas en todo el mundo… Fue increíble. Posiblemente nos daría una colleja a los paulinos porque, lo digo personalmente, parecemos un poquitín cobardes en los usos de estos medios. Nos dan mucho respeto y, sin embargo, él los usaría sin ningún pudor y miedo.

En los 80 años que lleváis en España, ¿qué iniciativas apostólicas o trabajos desarrolláis “para dar a conocer Jesucristo al mundo”?

Lo más difundido y lo que más conoce la gente de nuestro apostolado son las Librerías San Pablo. Y yo siempre digo que es algo más. De allí no sólo te tienes que ir con un libro, te tienes que ir con un consejo, sintiéndote escuchado, acogido. Porque para nosotros una librería es como una Iglesia, incluso tenemos la presencia del Santísimo en una capillita de la Librería de Sevilla. Es, por así decir, un púlpito distinto al de la parroquia. Luego tenemos otra iniciativa en el mundo editorial con libros y CDs;  tenemos la revista Cooperador Paulino, alguna producción de cine… Y en Sevilla tuvimos una emisora de radio durante unos 14 años, Onda San Pablo. Luego hay un apostolado que se conoce poco y también es muy querido, el apostolado bíblico. Es la Sociedad Bíblica Católica Internacional (Sobicaín), que se dedica únicamente a difundir por el mundo la Biblia.

¿Cuánto tiempo lleváis en Sevilla?

En Sevilla vamos a cumplir ahora 44 años.

¿Cómo fueron los primeros años?

En los  comienzos no teníamos local.  Al llegar a un lugar lo que hacíamos era ir puerta por puerta, vendiendo al estilo de los vendedores de enciclopedias. Así iban los paulinos y las paulinas, muchas veces acogidos por otros religiosos que nos ofrecían sus casas.  La primera residencia que tuvimos en Sevilla estaba en la Plaza de la Alfalfa, y allí, incluso, se hacía la venta poquito a poco. Nos iban conociendo religiosas y religiosos que iban a nuestro piso a comprar material. Después pudimos adquirir una casa en el barrio del Porvenir, donde actualmente vivimos. La primera librería –que no estaba donde la tenemos ahora en Sierpes 57- era más pequeñita, estaba en el número 17. Y allí empezó la expansión. En el año 87, lo recuerdo porque yo estaba ya aquí en Sevilla, nos hicimos con este nuevo local, que es mucho más espacioso.

¿Qué otras actividades evangelizadoras realizáis en Sevilla?

Siempre hemos estado insertos en la pastoral de la diócesis, en la parroquia. No obstante, con la ocasión del centenario, hemos querido dar un impulso a nuestra pastoral en Sevilla, y actualmente estamos trabajando en varias parroquias. Donde más lo hacemos es en la parroquia de San Sebastián, que es la nuestra. Allí tenemos algún grupo bíblico, en la animación de la eucaristía de los domingos, etc. Colaboramos en un proyecto que llevamos a cabo con Cáritas para personas sin techo, que se llama el ‘Proyecto Lázaro’, y organizamos talleres de medios de comunicación, de Biblia, retiros en parroquias o en colegios, y trabajamos también con el colegio de la Sagrada Familia de las Hermanas Carmelitas de Vedruna.

El beato Santiago Alberione fundó varias congregaciones e Institutos.  Además de vosotros ¿existen otras presencias de Familia Paulina en Sevilla?

Sí, somos diez ramas en toda la familia. En España existen ocho, de las cuales en Sevilla estamos tres: los Paulinos, un Instituto de Vida Secular Consagrada que se llama Virgen de la Anunciación -son mujeres que se consagran a Dios por el ideal de la evangelización y hacen su apostolado en los lugares más diversos, tanto ambientes eclesiales como en su trabajo ordinario, su familia- y los cooperadores paulinos, una asociación de laicos que colaboran y se reúnen periódicamente con nosotros, viven nuestra espiritualidad y en su medida trabajan y hacen su apostolado en sus parroquias con nuestro carisma.

Este año  celebráis el Centenario de vuestra fundación. ¿Cómo habéis afrontado este acontecimiento?

Uno de los retos que nos lanzó el padre general fue que volviéramos a reavivar el espíritu de Santiago Alberione, volver al espíritu original, a lo que él pensó pero con creatividad; no hacerlo como él lo hizo, pero sí con su mismo espíritu, con su intensidad de soñar, con su ímpetu. En los tres últimos años nos hemos estado preparando para ello.

¿Cómo lo vais a celebrar en Sevilla?

Además de las actividades pastorales comentadas, el miércoles 2 de abril tendremos una mesa redonda en el Círculo Mercantil, en la calle Sierpes, presidida por el obispo auxiliar, con la participación de Marcelino Manzano, delegado de Medios de la Archidiócesis, y yo mismo, en torno a los medios de comunicación y la pastoral de la Iglesia. Y el viernes próximo celebraremos una Eucaristía de acción de gracias que presidirá nuestro arzobispo en la Capilla de la Virgen de los Reyes.

Autora: Dolores Ramírez

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18 febrero 2017
DOMINGO, 19 DE NOVIEMBRE DE 2017


Identificando a un paulino

LOS MOMENTOS DEL APOSTOLADO PAULINO

El apostolado paulino es una serie de operaciones que va desde la concepción del mensaje hasta hacerlo llegar  a los destinatarios del mismo. Se distinguen tres momentos importantes: el momento creativo, momento de ejecución técnica y momento de la difusión.

P. Danilo y seminaristas en el taller
San Pablo Colombia.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

Momento creativo: son las actividades que se desarrollan en torno a la Palabra, es concebir el mensaje, e idear como se va a hacer realidad como proyecto audiovisual. El Fundador llama a esta parte la redacción, afirma que debe tener en cuenta las necesidades de los destinatarios del mensaje y que debe estar siempre en dependencia de la Biblia, es decir de la Palabra de Dios.

Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

Momento de la realización técnica: Es un momento de gran importancia porque se multiplica la Palabra de Dios a través del trabajo manual o artesanal. Es el momento donde la idea toma una forma determinada con la que va a salir a evangelizar.
Momento de la difusión: Según el padre Alberione, es el más importante de los tres momentos, es la búsqueda de mercado y canales adecuados para que se distribuya el mensaje que se encuentra en formato audiovisual.

El dinamismo Evangelizador de los Medios de Comunicación Social

El avance de la civilización ha aportado a la comunicación nuevos y modernos instrumentos para expresarse, en este sentido, el papa Pablo VI reconoció el trabajo del padre Alberione por impulsar el uso de esos instrumentos en beneficio de la Iglesia, para evangelizar más ampliamente.

El paulino se caracteriza por acoger
los medios más rápidos de comunicación.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

Hoy la Iglesia no puede continuar su labor sin el apoyo de estos medios, pues los recursos que se usaban tradicionalmente ya no son suficientes. El sacerdote y especialmente el religioso paulino debe familiarizarse con el manejo de estas nuevas herramientas para responder a los retos del mundo actual.

Estos medios difunden y multiplican un mensaje en poco tiempo, por eso se convierten en un canal adecuado para transmitir la “fuerza de la salvación” que es fuerza del Espíritu que fecunda el trabajo que el apóstol de la comunicación realiza.

Al principio el padre Alberione pensó en una organización de escritores, técnicos, libreros y distribuidores católicos, y dar orientaciones del apostolado; pero después se decidió a conformar una comunidad religiosa para este fin, procurando así, alcanzar la más alta perfección.

Contenido  y Método Paulino de Evangelización

El padre Alberione insistía mucho en llevar “Todo el Cristo al hombre y dar todo el hombre a Dios, por Jesucristo”. Entendía que dar todo el Cristo significaba volver a las fuentes de la vida y espiritualidad cristiana, es decir, volver a la Sagrada Escritura y la liturgia; entonces a partir de estas fuentes se puede considerar a Cristo como Maestro.

El apostolado procura 
llevar la salvación a los hombres.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

En segundo lugar, significa llevar a todo el hombre a Dios para que tenga una profunda relación con Él y para que llegué a ser imagen de Jesucristo. En pocas palabras es salvar al hombre haciéndolo verdaderamente cristiano.
Este mensaje se transmite a través de la Iglesia para que el hombre de una respuesta, asumiendo la historia de Jesús como propia en su vida cotidiana. El hombre no puede permanecer indiferente ante el mensaje de salvación que recibe.

El Apostolado, como medio de Santificación

El padre Santiago Alberione asociaba santidad y apostolado, decía que era necesario que el apostolado estuviera orientado a santificar a quienes lo realizaban. Afirmaba también que el apóstol vive dos grandes amores: Dios y los hombres.

A través de los medios de comunicación,
El paulino santifica su vida.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

Naturaleza del Apostolado

La naturaleza del apostolado es “Dar a Cristo” tal como se ha presentado: Camino, Verdad y Vida. Esto significa dar el “Cristo total”, pues el padre Santiago Alberione considero que debía usarse los medios de comunicación para este fin.

En el taller San Pablo.
Foto tomada por equipo vocacional San Pablo

La naturaleza del apostolado tiene su raíz en la predicación instrumental y se manifiesta en tres vertientes:
1.       Enseñar: que consiste en comunicar la verdad para abrir la inteligencia del hombre a las riquezas de Cristo Jesús. Parte de la doctrina y la enseñanza del Evangelio.
2.       Educar: es guiar al hombre por el camino del comportamiento de Cristo. Es seguir una moral para ser ejemplo de vida.
3.       Santificar: Es dar la vida por los hombres, es decir vivir la vida de Cristo.
La naturaleza del apostolado nos enseña que es más importante el contenido que los medios que se usen. Es decir, que lo urgente es transmitir al Cristo total con los medios que se encuentren a nuestro alcance.

El Alma del Apostolado

La tarea del Apóstol San Pablo fue anunciar a todos que Dios ama a los hombres (Hch 20, 22-24), sin embargo, era impulsado por el Espíritu Santo en todo momento. El apostolado también es impulsado por el mismo Espíritu, que nos comunica su amor para transmitirlo a los demás.

Imagen del Beato Alberione.
Tomada de San Pablo Vocaciones

El apostolado es un acto de amor hacia Dios y hacia el prójimo. Al respecto San Bernardo, un místico, ponía de ejemplo las cisternas y decía que, a diferencia del canal, la cisterna se llena y después deja salir el agua que le sobra, en cambio el canal solo deja pasar el agua. Igualmente nosotros debemos ser como las cisternas, que nos dejamos llenar de la gracia de Dios para después poderla transmitir a otros.

El alma del apostolado es la vida interior, mantener una íntima relación con Dios. El alma del apostolado es el Espíritu Santo, que apremia al apóstol y lo hace eficaz transmisor del amor de Dios. Esto nos enseña que debemos permitir que el Espíritu Santo nos guíe y cultivar una buena relación con Dios.

San Pablo y El Padre Alberione Apóstoles de Cristo

San Pablo y el Padre Alberione Apóstoles de Cristo
Imagen de San Pablo, tomada del sitio web
La Misericordia en los tiempos finales

El Apóstol San Pablo tuvo un encuentro con Jesús n el camino de Damasco, esta experiencia cambió su vida radicalmente, ha visto al Señor por voluntad de Dios y ha sido llamado a ser apóstol de Cristo.

El mismo apóstol Pablo afirma que tiene todo el derecho de llamarse apóstol gracias a este encuentro, por eso es:
Apóstol de la luz, por su encuentro con Cristo.
Apóstol del sufrimiento de la muerte, porque se identifica con la de Cristo.
Apóstol de la libertad.
Apóstol de la universalidad, porque emprende su misión de evangelizar a todo el mundo.
Apóstol de los medios de comunicación, porque usara los viajes y las cartas que eran el medio más rápido de su tiempo.
Apóstol del amor, porque es la gracia que ha recibido de Dios.

Imagen del Padre Santiago Alberione,
Tomada del sitio web Familia paulina

El padre Santiago Alberione siguió las huellas de San Pablo y sintió la necesidad de transmitir la Palabra de Dios en nuestros días, hizo suya la misión de llevar “La palabra de Dios a los hombres de hoy con los medios de hoy”.

En la noche de su iluminación, decidió impulsar su trabajo bajo las palabras de Jesús mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6), este se convierte en un programa de vida no solo para el padre Alberione, sino también para los paulinos en general.




Hoy la Familia Paulina continúa evangelizando a través de la prensa, la radio, la televisión y el Internet; procurando siempre mantener una espiritualidad firme, de donde alcanza la gracia de Dios, para hacer efectivo este trabajo.


Los Paulinos en España


La Sociedad de San Pablo es una congregación religiosa apostólica, fundada por el padre Santiago Alberione en Alba (Cuneo, Italia), el 20 de agosto de 1914, para predicar el evangelio valiéndose en particular de las nuevas tecnologías en la nueva cultura de la comunicación. Apenas transcurridos 20 años, el Fundador envía en 1934 a uno de sus primeros seguidores, el padre Desiderio Costa (1901-1989), a comenzar su obra en tierras españolas, y él será el primer Superior Provincial, desde la erección de las Provincias y Regiones, en 1956, hasta 1971. 
La Sociedad de San Pablo operó durante muchos años fundamentalmente en Zalla-Bilbao y en Coslada-Madrid, con gran autonomía e independencia entre ambas comunidades, tanto en el campo apostólico como en las actividades formativas de los profesos y aspirantes paulinos, siguiendo el llamado “modelo albés”. La casa de León, abierta en 1951, atravesó momentos difíciles y por circunstancias diversas tuvo que cerrarse en 1953. 
En diciembre de 1951 comienza en Zalla (Vizcaya) la publicación de la revista “Familia Cristiana” y por esas fechas se ponen en marcha en Madrid otras publicaciones periódicas que no lograron sobrevivir: “El Ángel del Hogar” (hoja dominical), “Valentín” (revista infantil) y “Vida Pastoral”. Hacia 1952 comienza sus actividades “San Pablo Films”, que llegó a adquirir notable desarrollo, con Agencias en Madrid, Bilbao, Barcelona, Valencia, Sevilla y Valladolid, regidas por paulinos y paulinas. En torno a 1960 surge la comunidad de Protasio Gómez, que no tarda en convertirse en sede del Gobierno Provincial.
A mediados de la década de los setenta, coincidiendo con los notables cambios sociopolíticos y religiosos, que supusieron una gran pérdida de miembros, se empiezan a tomar las primeras medidas importantes para la unificación de la vida paulina y apostólica de la SSP Provincia de España, con la centralización administrativa, la distinción entre comunidades y actividades apostólicas y la supresión de las imprentas propias. Efectivamente, la crisis posconciliar, las sucesivas reformas educativas del país y las nuevas tecnologías que van surgiendo, sobre todo en el campo de las artes gráficas, son algunas de las principales razones que aconsejan el cierre de los dos “colegios apostólicos” de Zalla (Vizcaya) y de Coslada (Madrid) y de las imprentas anexas a los mismos. Al mismo tiempo, y de una manera escalonada, se produce la apertura de cinco comunidades: Sevilla (1970), Oviedo (1972-1999), Valencia (1975-1988), Las Rozas (1976-2012) y Barcelona (1980-2003), a lo que hay que añadir la ampliación, en diciembre de 1978, de las instalaciones de Protasio Gómez, sede actual de las actividades apostólicas propias de la Dirección General, de la División Editorial y de la Administración centralizada de la Provincia.
Durante la década de los ochenta tiene lugar un fuerte período de expansión y consolidación de la actividad editorial, ya un poco más organizada y profesionalizada, con tres sectores apostólicos de creación y producción editorial (libros, música, vídeos), ofertando temas, colecciones y proyectos editoriales que son apreciados y difundidos a una y otra parte del Atlántico. En 1988 se inaugura la Casa de Formación, en Vizconde de los Asilos, Madrid, que acoge una nueva comunidad paulina (Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional, algunos profesos y un pequeño grupo de postulantes y aspirantes). En dicha sede se instalan también las oficinas para el relanzamiento de “Familia Cristiana”, que, tras sucesivos esfuerzos y campañas, no será capaz de encontrar la fórmula adecuada, por lo que dejará de publicarse en 1995. Pocos años antes, San Pablo Films va cerrando las Agencias para centrarse en el campo de vídeo.
A partir de 1990 tratamos de organizarnos un poco más y de responder mejor a los nuevos retos que nos presentan la nueva cultura, la sociedad y la Iglesia. Así en 1992, siguiendo las directrices del Gobierno General tanto para los países del CIDEP (creado en 1991) como para toda la Congregación, que nos instaba a una mayor organización, tiene lugar el nombramiento del primer Director General de Aposto-lado, con la correspondiente descripción de objetivos, orientaciones, ámbitos y plazos de su tarea, como autoridad delegada para las obras apostólicas. 
Durante este período se intensifica también la asunción progresiva y decidida de un buen número de empleados o colaboradores laicos en todas las actividades apostólicas de SAN PABLO en España, contando actualmente con una plantilla de 100 empleados (editorial, comercial, administración, servicios). 
El 2 de mayo de 1994 nace una nueva comunidad paulina en el sur de Madrid, en la calle Resina, y en torno a ella la moderna y funcional sede de la División Comercial (márketing, ventas, logística, almacenes). En los últimos años, la red de Librerías SAN PABLO nacional se expande, pasando de cuatro (Bilbao, Madrid, Sevilla, Oviedo) a diez: Palma de Mallorca (1993), calle Alcalá, en Madrid (1998), Santiago de Compostela (1999), Pamplona (2006), Zaragoza (2009), Murcia (2010). El 12 de enero de 1996 emite por primera vez Onda SAN PABLO de Sevilla, que cerrará sus emisiones el 8 de septiembre de 2007, que cerraría sus emisiones en 2008.

Uno de los medios privilegiados para el conocimiento, divulgación y difusión de la vida y misión paulina en España ha sido fundamentalmente la revista “Cooperador Paulino”, que se editó de una manera irregular de 1935 a 1969. Después de un largo paréntesis, a partir de 1980 la revista se edita periódicamente. “Cooperador Paulino” es también un óptimo apoyo para dar a conocer las novedades editoriales y el fondo del “Catálogo General” de SAN PABLO, que actualmente cuenta con más 800 títulos de libros, 200 títulos de CD´s, una librería virtual en www.sanpablo.es e importantes proyectos multimedia.

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