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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 19 de octubre de 2019

Rincón para orar. CONSTANCIA EN LA ORACIÓN, PARÁBOLA DEL JUEZ INICUO. Sábado, 19 - Octubre - 2019

"Ventana abierta"


Rincón para orar


Sor Matilde


CONSTANCIA EN LA ORACIÓN, PARÁBOLA DEL JUEZ INICUO


1 Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.
2 « Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres.
3 Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme justicia contra mi adversario!"
4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: "Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,
5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme." »
6 Dijo, pues, el Señor: « Oíd lo que dice el juez injusto;
7 y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar?
8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra? » (Lc. 18, 1-8)


Esta parábola nos muestra la antítesis de la Justicia de Dios y la del mundo. Aquí, la justicia la realiza un hombre malvado que no ejercer su oficio para hacer el bien y desoye, una y otra vez, el reclamo de una viuda para que le haga justicia. Ante lo molesto de sus continuas demandas, acaba por sentirse muy impaciente y “aunque no teme ni a Dios ni a los hombres”, escucha y actúa con la pobre viuda.
Ella se volvió impertinente con el mal juez y nosotros, sabiendo que Dios escucha siempre nuestras demandas y con abrumadora generosidad, ¿no le pediremos una y otra vez, sin cansarnos, para que nos regale lo que necesitamos para la vida y para ser santos como Él es Santo?
Nos cansamos muchas veces de pedir en la oración porque no valoramos la oración continua que ruega “a tiempo y a destiempo”, y tampoco deseamos con vehemencia el Don de Dios, que es el Espíritu Santo: “vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”.
Esta parábola de la viuda insistente, nos hace bien porque renueva nuestra oración, que cuanto más continua es más sencilla y mejor oída por Dios.
Pidamos al Señor y no nos cansemos, “porque a su tiempo, (en el tiempo de Dios) cosecharemos” copiosos frutos de vida eterna. Jesús, con la oración del Padre Nuestro nos ha enseñado a pedir orando una y otra vez…

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