"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
La celebración de hoy es un canto al Espíritu
Santo. Porque celebrar a todos los santos es motivo de alegría y de consuelo.
En ellos se manifiesta el triunfo de la gracia, la eficacia de la acción del
Espíritu Santo, porque “cuando Dios corona los méritos de los santos está
coronando sus propios dones” (San Agustín).
El conjunto de los santos nos hace ver algo
precioso: que el Espíritu Santo nos renueva, nos transforma, pero respeta la
identidad de cada uno y ama la variedad. Por eso todos los santos son diferentes
y cada uno fue santo a su manera.
Reconociendo la inmensa variedad de santos, con
temperamentos, opciones e historias tan variadas, podemos reconocer cómo la
acción de la gracia es siempre personal, respeta la identidad de cada uno, y no
condiciona su libertad. También cada uno de nosotros, con sus peculiaridades,
pero sanado y liberado, podrá integrar esa maravillosa comunidad celestial e
integrarse en la feliz alabanza que no tiene fin.
Hoy recordamos también a miles de personas que no han sido canonizadas en una declaración oficial de la Iglesia, pero que seguramente han alcanzado la santidad de maneras poco llamativas. Se han entregado con amor en la sencillez de lo cotidiano. Otros quizás han vivido la santidad en medio de muchos condicionamientos, o también en medio de la locura. Ellos, en el cielo, brillan liberados de sus límites y angustias, y su belleza es una alabanza al Espíritu Santo, que se lució embelleciendo sus vidas."
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