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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 4 de octubre de 2022

Para la oración. Prólogo (o epílogo) de parábola de las semillas. Martes, 4- Octubre - 2022

 "Ventana abierta"

Para la oración

P. Leonardo Molina García S.J.

Prólogo (o epílogo) de parábola de las semillas

Un profeta llega a la plaza del mercado con un saco lleno de bolsas. «Hay dentro semillas especiales” anuncia.

-¿Especiales?  ¿Qué tienen de especial?  Pregunta la gente que lo rodea.

-Estas semillas no son para sembrarlas a volea --explica- Hay que sembrar cada día solamente una semilla. Y cada mañana debes regar el sitio donde has sembrado las semillas. Y cada tarde tienes que sembrar una nueva semilla. Y una vez que lo hayas hecho, inclina tu cabeza y da gracias a Dios por su amorosa presencia.

-Está bien -interviene un labrador. Pero ¿qué hemos de hacer para estar seguros de que van a brotar?

-Oh, no te preocupes. Dios se cuidará de ello - le asegura el profeta.

- Y ¿qué es lo que producen? -pregunta un curioso.

-¡Sólo Dios lo sabe! -replica el profeta.  Los que las han empleado de este modo han descubierto que las semillas contienen poder para transformar el corazón.

La mayor parte de los oyentes se río para sus adentros, dio media vuelta y se marchó. Sólo unos pocos se llevaron a casa las bolsas con cierta esperanza. Pero, también éstos se sintieron totalmente desilusionados cuando, al  abrir las cajas, se encontraron con semillas, aparentemente vulgares.

-¡Se trata de una broma! Se dijeron. Y arrinconaron las bolsas en un trastero.

Solamente Prakash y su esposa Rohini, decidieron utilizar las semillas como era debido.

A la mañana siguiente, muy temprano, limpiaron su patio trasero y lo dividieron en dos parcelas, una para cada uno. Y colocaron unas marcas, en fila, para la siembra. Al volver del trabajo, por la tarde, Prakash cavó un pequeño agujero en una esquina y sembró la primera semilla. Rohini hizo lo mismo en la esquina de su parcela.

Permanecieron ambos en silencio, por unos momentos, agradeciendo la amorosa presencia de Dios. A la mañana siguiente regaron los sitios donde habían sembrado las semillas y por la tarde sembraron nuevas semillas, concluyendo la tarea con una breve oración.

Prosiguieron cumpliendo este ritual, con fidelidad, día tras día. ¡Comenzaron a aparecer brotes, después árboles, después flores y frutos -de notable y exótica variedad- ¡toda una fiesta para los ojos y el paladar!

La noticia se difundió, y llegó mucha gente de cerca y de lejos para ver este auténtico jardín del Edén, como comenzaron a llamarlo.

Los que regresaban de su visita al jardín no se cansaban de ponderar a sus vecinos las frutas deliciosas que habían probado, el exquisito aroma de las flores, el esplendor de los rostros y el brillo de los ojos de Rohini y Prakash. Estos, por su parte, les indicaban el lugar donde habían sembrado ¡aquellas semillas especiales en su patio trasero!

Esta parábola ilustra, brevemente, el método y los beneficios que obtendrás si sigues el presente programa de Ejercicios Espirituales en la vida ordinaria. Hay abundantes gracias para todos aquellos que siembren «buenas semillas» y tengan confianza en que Dios se cuidará de ellas y hará que den fruto abundante a su debido tiempo (Ver Marcos 4, 26-29).

Este libro contiene semillas especiales, en forma de narraciones, anécdotas y poemas, así como también citas de la Escritura y de otras fuentes. No está hecho para ser leído de una sentada sino, poco a poco, una o dos páginas al día. Incluye, también, sugerencias sobre qué y cómo orar (ejercicios espirituales), que van llevando al lector, paso a paso y día a día, a ser más plenamente humano y a vivir una vida superior.

Algunos de los que han utilizado este En casa con Dios, han encontrado en él una ayuda para conseguir una enriquecedora experiencia de contacto con Dios, no solamente durante los períodos estrictos de oración (“siembra de las semillas”) sino también en medio de la rutina de sus tareas cotidianas (vida ordinaria).

«Dos libros nunca deberían faltar en ninguna casa: la Biblia, que narra los milagros de Dios, y el catálogo de semillas que los confirma»

(Surtan Hillis).

Y así; la vida
/ para general sorpresa
/ descubre que los árboles tienen lengua
/ que los raudos arroyos escriben en prosa,
/ que las piedras hablan a voces
y que hay algo bueno en todas las cosas.

(W. Shakespeare)

Comentario mío:

Aquel o aquella que quiera seguir en la vida corriente una espiritualidad según san Ignacio, puede usar (o comprar) este libro con 300 ejercicios magníficos, al alcance de todos. Naturalmente usarlo cada día (al menos) y seguir el ritmo, sin prisas. Allí donde encuentres jugo espiritual, allí te detienes, no pases adelante pues es signo de que Dios por su Espíritu te está hablando. Tiene, como es normal, muchas citas de la Biblia que debes consultar para esa riqueza de habla, de Dios hacia ti (siempre evangelio) y de ti hacia Él se conviertan en una conversación de hijos a su Padre.

Puede servir para hacerlo en grupo o practicarlo individualmente. Aconsejan los expertos que haya acompañamiento espiritual de vez en cuando. A mí me ha ido muy, muy bien. Y las personas que lo han practicado afirman lo mismo. Sólo un problema: que algunos lo leen como un libro, de corrido. Hay que hacerlo despacio, ejercicio a ejercicio… Dios no tiene prisa. El que avisa, no es traidor...

Libro: En casa con Dios. De H Lewis. Editorial El Mensajero.

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