"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Ponerse en camino
Este primer domingo de julio la Iglesia en España
celebra la Jornada de la Responsabilidad en el Tráfico. Una Jornada próxima a
la festividad del patrono de los conductores, San Cristóbal, y que coincide con
el inicio de los desplazamientos masivos por las vacaciones de verano. El lema
de este año es ‘María se puso en camino’ (Lc 1, 39). Cuando María sabe por el
arcángel Gabriel que su prima santa Isabel está embarazada de seis meses y que
puede necesitar su ayuda, inmediatamente se pone en camino hacia Ain Karem, el
pueblo de Zacarías e Isabel, los padres de san Juan el Bautista. Para ella
tiene más importancia la necesidad de su pariente Isabel que los peligros e
incomodidades que puede acarrearle el viaje en aquellas condiciones.
Todos los días hay millones de conductores que cogen su
vehículo o transporte público y se ponen en camino para acudir al trabajo,
hacer gestiones, visitar enfermos, familiares y amigos o para pasar con la
familia unos días de descanso. Hay muchas personas que, como María, se ponen en
camino para ayudar a los demás en sus casas, hospitales u otros lugares. Los
hay que se paran a socorrer a otros cuando en la carretera han sufrido un
accidente de tráfico. «Me alegra saber –nos dice el papa Francisco- que desde
el Departamento de Pastoral de la Carretera estén promoviendo un ejercicio
ciudadano capaz de incentivar la cultura del cuidado» (Carta del papa Francisco
el 14 de octubre de 2021 al Departamento de Pastoral de la Carretera).
Los desplazamientos siempre han formado parte de la vida
de los seres humanos, y aunque a lo largo de los siglos los medios hayan ido
evolucionando, los peligros y los riesgos del viaje siempre están presentes. Ya
san Pablo se refiere a los peligros que comporta ponerse de viaje cuando
escribe: «Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, peligros de bandoleros,
peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en despoblados, peligros en el mar» (2 Cor 11, 26). A pesar de los
avances de la técnica y de las mejoras tanto en los vehículos como en las
carreteras, los desplazamientos comportan siempre un riesgo; por eso es preciso
cumplir fielmente las normas del código de circulación.
Con motivo del Día de la Responsabilidad en el Tráfico,
que cada año la Iglesia celebra el primer domingo de julio, hacemos una llamada
de atención a los conductores para que entre todos hagamos realidad lo que
sigue pareciendo una utopía: llegar a cero accidentes mortales. A nosotros nos
corresponde apelar a la conciencia y a las enseñanzas evangélicas y de la
Iglesia, que no se limitan a recordarnos el deber de no hacer mal a nadie, sino
el de hacer el bien a todos, hasta el punto de amar al prójimo como a uno
mismo. La carretera, además de ser un medio para nuestros viajes y
desplazamientos, ha de llegar a ser también un lugar de relación, de encuentro,
de diálogo, de convivencia y de oración.
Después de estos últimos años en los que la pandemia ha
suspendido o deslucido la fiesta en honor de nuestro patrono san Cristóbal, nos
gustaría ver cómo se renuevan entre los conductores y transportistas las ganas
de estar juntos y pasar página de los tristes acontecimientos. Por eso os
animamos a que este año hagáis un esfuerzo por recuperar las tradiciones
locales en honor de san Cristóbal. A la Virgen Santísima de la Prudencia y a
san Cristóbal, elevamos nuestras súplicas y oraciones, para que os acompañen y
guíen a todos los transportistas y conductores y cada día lleguéis felizmente a
vuestro destino.
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